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Análisis

Análisis: Warhammer Vermintide 2

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Warhammer Vermintide 2

Después del considerable éxito del primer Vermintide, el segundo título de la serie ha entrado arrasando en ventas entre fans y no tan fans del universo Warhammer y, si bien han hecho un trabajo realmente bueno a nivel de mecánicas y cuenta con un apartado visual excelente, a mí, personalmente, no me termina de convencer su contenido.

El apartado gráfico es excelente. No es el motor más nuevo, ni el que mejor se ve, pero es lo suficiente como para ofrecerte un buen rendimiento junto con unos paisajes y un detalle en los modelos de personajes y enemigos que lucen de forma espectacular. Esto es realmente importante porque es un juego de ambientación en el mundo de Warhammer y los detalles son muy importantes para los fans, pero, además, un juego en el que hay diversos tipos de enemigos con efectos diferentes es crucial detallarlos hasta hacer que su imagen nos resulte única y reconocible.

La ambientación en el mundo de Warhammer Fantasy está conseguida de una forma sublime, tanto en los escenarios como en los propios personajes y las herramientas de las que disponen.

Difícil y exigente, pero muy divertido

Se trata de un juego en el que las mecánicas están muy pulidas y añaden un par de elementos que le dan un poco de vidilla al estilo Left4Dead, esto son, un ataque especial de personaje, y la posibilidad de conseguir recompensas de equipamiento y fabricar mejores objetos completando misiones, que aportan diversión pero desvirtúan un poco el contenido, algo de lo que hablaremos a lo largo de este texto.

Warhammer Vermintide ofrece cinco personajes para elegir:

  • Mercenario humano. Es un personaje estándar y bastante fácil de jugar, versátil, con armas cuerpo a cuerpo que pueden ser contundentes como una albarda o ligeras como una espada, y armas a distancia que no hacen mucho daño pero puede ser una buena contribución si se combina con los ataques de otro compañero.
  • Guerrero Enano. Cumple con la función de tanque, buena resistencia y armas de fuego de corta distancia.
  • Cazador de brujas humano. Es más ligero y rápido que el mercenario, es interesante por sus ataques especiales, pero poco más
  • Hechicera de Fuego humana. Hace muchísimo daño con la magia y tiene varios hechizos que podemos ir desbloqueando, pero no puede usarlos permanentemente ya que puede sobrecargarse y provocarse la muerte por exceso.
  • Elfa Silvana. Personaje de agilidad y golpes críticos con sus espadas cortas dobles y su arco, pero muy vulnerable en el combate sostenido.

El juego es bastante exigente y requiere de una correcta cooperación de todos los miembros del grupo y la comunidad de jugadores tiene esto muy interiorizado y es muy colaborativa. Hay enemigos especiales como skavens que se te lanzan al cuello con dos cuchillos o que te agarran con un garfio y no te sueltan hasta que tus compañeros lo eliminan, o enormes guerreros del caos y trolls que requieren del esfuerzo de todo el grupo para ser derrotados y cuyos golpes son tan contundentes que pueden tumbarte muy rápido. Además, cada escenario tiene un evento especial en forma de jefe final, o evento final que rematan muy bien la consecución de cada aventura.

Respecto al contenido y la duración el juego tiene muy pocos escenarios. En una tarde puedes echar perfectamente una partida en todos, y creo que esto es un problema.

Un juego de este estilo “Dungeon Crawler” necesita de contenido ingenioso y variado de mapas y entornos. Es un juego basado en limpiar hordas de enemigos con el objetivo de conseguir mejor equipo, y sinceramente, la cantidad de veces que puedo repetir los mismos mapas, para conseguir una alabarda morada en vez de una azul, que son exactamente iguales, pero con más daño y diferentes efectos secundarios, es bastante limitada antes de que empiece a aburrirme.

Es una pena porque los mapas que hay están muy detallados y son carismáticos, desde una ciudad imperial en ruinas a un bosque élfico de fantasía y aldeas arrasadas por las hordas del caos. Contribuyen muy bien al ambiente en el que se desarrolla el juego dentro del trasfondo de Warhammer, “El fin de los tiempos” y los detalles y la magnitud que intentan reflejar son muy fieles a los del universo del hobby. Ver la estatua del templo de Sigmar es un auténtico regalo para un fan de Warhammer.

Conclusiones

Vermintide 2 no es un mal juego, pero arriesga poco. No hay grandes cambios con respecto a la primera entrega salvo añadir al caos como enemigos, pero es que además no ha añadido mucho contenido ni tampoco cambiado una jugabilidad y mecánicas que encima no son suyas. ¿Es un mal juego? Para nada, está muy pulido en lo que tiene, pero llamarlo “left4dead con skin de warhammer” está totalmente justificado. Si al menos tuviese contenido interesante (¿los habrán reservado para futuros DLCs?) y variado podría convencerme, pero no es el caso, al menos por el momento, si tú y tus amigos os lo compráis podréis pasar un par de tardes muy divertidas, pero hay un amplio margen de mejora para futuras entregas.

Notas finales

8Nota

Gráficos 8

Jugabilidad8

Ambientación9

Contenido 6

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