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Cómo hacer overclock a un procesador Ryzen en segundos

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Si tienes un procesador Ryzen y te preguntas cómo hacer overclock de forma sencilla, rápida y segura no te preocupes, gracias a la herramienta Ryzen Master es muy sencillo, y en este artículo te vamos a explicar cómo hacerlo.

Antes de empezar es importante que recuerdes que los procesadores Ryzen de primera y de segunda generación solo soportan overclock cuando se montan en una placa base con chipset B350, X370, B450 o X470. Esto quiere decir que si tienes una placa base con chipset A320 no podrás overclockear tu procesador.

Cómo hacer overclock a un procesador Ryzen: descarga Ryzen Master

Si no quieres tener que trastear con la BIOS del equipo para hacer overclock y deseas reducir al mínimo los riesgos estás de suerte, ya que la herramienta Ryzen Master te permite hacer overclock desde el escritorio de Windows, y sin tener que afrontar complejas configuraciones ni riesgos, ya que en caso de que introduzcas valores inestables podrás reiniciar automáticamente con la configuración por defecto.

El primer paso es, como indicamos, descargar Ryzen Master a través de la web oficial de AMD y proceder a su instalación. Una vez hecho abrimos el ejecutable y aceptamos las condiciones de uso. Tened en cuenta que los daños causados por el overclock pueden invalidar la garantía, así que debemos movernos en valores seguros y no forzar el procesador.

Cómo hacer overclock a un procesador Ryzen: configuración de Ryzen Master

En la imagen que acompañamos podéis ver una serie de cuadrados de color que asociamos a los diferentes valores que debéis tener claros para aprender a utilizar Ryzen Master. A continuación os describimos qué representa y qué función tiene cada espacio marcado en esos colores.

  • Verde: frecuencia actual y máxima de la CPU, así como la temperatura actual.
  • Rojo: las flechas que nos permitirán aumentar o reducir la frecuencia del procesador en todos los núcleos activados.
  • Marrón: velocidad de trabajo de cada núcleo.
  • Amarillo: flechas que utilizaremos para subir o bajar el voltaje máximo de la CPU, que aparece justo a la izquierda.
  • Lila: número de núcleos deshabilitados.
  • Azul: indicador que permite activar y desactivar la tecnología SMT, que hace que cada núcleo maneje dos hilos.

Bien, empezamos subiendo la frecuencia de trabajo utilizando las flechas del cuadro rojo. Es recomendable empezar con una velocidad razonable que normalmente se puede alcanzar sin problemas en cualquier procesador Ryzen: 3,9 GHz y un voltaje de 1,35 voltios. Damos a aplicar y comprobamos la estabilidad y las temperaturas.

Para ello no es necesario recurirr a tests complejos, podéis utilizar la prueba de estrés que incluye CPU-Z por ejemplo, manteniéndola activa durante al menos un par de minutos. Si no registráis ningún problema y las temperaturas se mantienen en menos de 70 grados podéis probar a subir la frecuencia siguiendo estos consejos:

  • Aumentos de 50 MHz y prueba de estrés para afinar y encontrar el punto óptimo.
  • No debemos pasar de los 1,40 voltios, ya que acortaremos la vida útil del procesador.
  • Es importante no superar los 70 grados de temperatura, ya que superamos el nivel óptimo de Ryzen y el calor puede acabar dañando nuestra CPU.
  • No todos los procesadores overclockean igual de bien, así que no debemos obsesionarnos. Un Ryzen 7 1800X puede subir a 4 GHz con 1,35V y otro no pasar de 3,9 GHz con ese voltaje. Es lo que llamamos «la lotería del silicio».

Una vez que encontremos el nivel óptimo guardamos el perfil y lo tendremos listo para activarlo y desactivarlo en cualquier momento.

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