Arranca la Cumbre del Clima de la ONU para atender la mayor emergencia global humana

La Cumbre del Clima de la ONU 2019 arranca hoy en Nueva York con el objetivo de detener una catástrofe ambiental que está teniendo consecuencias reales y terribles para los humanos y el resto de seres vivos del planeta. No sirven ya las excusas, solo acciones concretas para frenar una emergencia global.

No es la primera vez que la organización reclama una «acción sin precedentes» contra el cambio climático, pero es la Cumbre del Clima de la ONU que se celebra bajo la mayor presión social de la historia, incluyendo una huelga que ha llevado a millones de personas (encabezada por los jóvenes que más sufrirán las consecuencias) a las calles de todo el mundo protestando contra la falta de acción de la clase política y los multimillonarios intereses que siguen impidiendo una respuesta adecuada a lo que ya es una crisis mundial.

Y no digamos que no estábamos advertidos. Un centenar de autores de 40 países compilaron el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU con referencias a 6.000 estudios científicos. El consenso abrumador de los autores en consonancia con la opinión de los científicos era que habíamos alcanzado un punto de inflexión crítico y que eran necesarios «cambios rápidos y de gran alcance».

Realmente hace falta poco estudio científico para confirmar que las actividades humanas y nuestro sistema económico y de vida, son directamente responsables de una buena parte del incremento de los niveles de dióxido de carbono y otros gases que generan el efecto invernadero y cuyo resultado comprobamos en un aumento de temperaturas de consecuencias desastrosas. En España, con datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la superficie con clima semiárido ha aumentado en 30.000 kilómetros cuadrados en los últimos 50 años y un verano ahora dura cinco semanas más que uno de principios de los ochenta. Si no lo frenamos, Madrid tendrá el clima de Marrakech en 2050.

El impacto va mucho más allá de un aumento de temperatura corporal que en occidente combatimos con las máquinas de aire acondicionado. Ya hemos perdido del 79 al 90% de los arrecifes de coral en todo el mundo, una buena parte del hielo marino ártico y descenso del Fitoplancton, base de la cadena alimenticia en los océanos. Las temperaturas del mar y la acidificación de los océanos han seguido aumentando sin control, al igual que los muertos y millones de desplazados por inundaciones (solo en agosto de 2018 se registraron 1,2 millones de desplazados en las lluvias torrenciales de India y Laos).

Por no hablar de las sequías en otras regiones o los incendios, cada vez más numerosos y problemáticos como los registrados por miles en la Amazonía. El resultado es que nos estamos cargando el planeta desde hace décadas y poniendo en peligro la supervivencia futura de sus seres vivos, en el caso de los humanos afectando directamente a su salud, a su sistema económico y a las condiciones de vida, aún más miserables para los que menos tienen.

Cumbre del Clima de la ONU 2019: la acción es urgente

Prácticamente ningún país ha cumplido los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París. Quizá por ello, el Secretario General de la ONU, António Guterres ha hecho un llamamiento a todos los líderes para que acudan a Nueva York con planes concretos y realistas: «Quiero que me informen sobre cómo vamos a frenar el aumento de las emisiones para 2020 y cómo vamos a reducir las emisiones drásticamente para alcanzar cero emisiones en 2050».

Entendiendo que estos planes no pueden enfrentarse a la reducción de forma aislada, para que sean efectivos y fiables deben mostrar una vía hacia la transformación completa de las economías siguiendo los objetivos de desarrollo sostenible. «No deberían generar ganadores y perdedores, ni aumentar la desigualdad económica. Tienen que ser justos, crear nuevas oportunidades y proteger a aquellos que se ven afectados por los impactos negativos en el contexto de una transición justa», explica Guterres.

La aceleración de las medidas contra el cambio climático puede fortalecer las economías y crear empleos, al mismo tiempo que «genera un aire más limpio e impulsa la conservación de los hábitats naturales y la biodiversidad y la protección de nuestro medio ambiente». El secretario ha recordado que las nuevas tecnologías y las soluciones ofrecidas por la ingeniería ya producen energía a un coste menor que la economía basada en combustibles fósiles.

Estudios anteriores del proveedor de gestión de activos energéticos, Kaiserwetter, ya establecieron que el  coste de producción de las energías renovables en 2017 fue inferior al de los combustibles fósiles y nucleares por primera vez en la historia. Las energías renovables están cambiando el mercado mundial de la energía como dijeron algunos visionarios hace muchos años y es el camino a seguir, aunque no solo.

Y es que la Cumbre del Clima de la ONU 2019 reunirá a gobiernos, sector privado, sociedad civil, autoridades locales y otras organizaciones internacionales para desarrollar soluciones ambiciosas en seis áreas:

• Finanzas: movilización de fuentes de financiación públicas y privadas para impulsar la descarbonización de todos los sectores prioritarios y promover la resiliencia.
• Transición energética: aceleración del cambio de combustibles fósiles hacia la energía renovable, además de la obtención de considerables ganancias en eficiencia energética.
• Transición industrial: transformación de industrias como la petrolera, siderúrgica, química, cementera, del gas o de la tecnología de la información.
• Medidas basadas en la naturaleza: reducción de emisiones, incremento de la capacidad de absorción y mejora de la resiliencia en silvicultura, agricultura, océanos y sistemas alimentarios, incluidos en la conservación de la biodiversidad, el impulso de cadenas de suministros y tecnología.
• Acción local y en ciudades: avance de la mitigación y la resiliencia a nivel urbano y local, con un foco de especial atención en nuevos compromisos sobre edificios de bajas emisiones, transporte público e infraestructura urbana, y resiliencia para las personas pobres y vulnerables.
• Resiliencia y adaptación: fomento de los esfuerzos globales para abordar y gestionar los impactos y riesgos del cambio climático, particularmente en las comunidades y naciones más vulnerables.

La cumbre también tiene el objetivo de movilizar a las personas de todo el mundo para que actúen contra el cambio climático y asegurar que las personas jóvenes (las más cocienciadas) estén integradas y representadas en todos los aspectos de la Cumbre. También pretende impulsar beneficios sociales y políticos, avanzando en áreas de bienestar, en la reducción de la contaminación del aire, la creación de puestos de trabajo dignos, el fortalecimiento de las estrategias de adaptación climática y la protección de los trabajadores y los grupos vulnerables.

No somos optimistas por la clase política que tenemos y los multimillonarios intereses que la sustentan, pero sean bienvenida una cumbre ambiciosa. La acción es urgente: O cambiamos o el planeta nos cambiará por la fuerza.