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Call of Duty Modern Warfare y sus parches de 100 GB reavivan el debate de los HDDs frente a los SSDs

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Call of Duty Modern Warfare

La llegada de Call of Duty Modern Warfare generó mucho revuelo por sus requisitos mínimos. Es perfectamente comprensible, no todos los días vemos un juego que requiera 175 GB de espacio libre, una cantidad que según Activision Blizzard no iba a ser «imprescindible» para disfrutar del juego, aunque la realidad ha sido totalmente distinta.

El último parche de gran calado que ha recibido Call of Duty Modern Warfare (la segunda temporada) ocupa casi 100 GB, una cifra enorme que puede acabar siendo un problema para aquellos usuarios que cuentan con unidades SSD con un tamaño inferior a los 500 GB, y que vuelve a traer a la palestra el eterno debate de HDDs frente a SSDs, el valor de la capacidad y el coste sobre la velocidad y el rendimiento, y las complicaciones que representa el impulso al modelo de juegos como servicio para conseguir una monetización continuada.

Las expansiones y los contenidos adicionales no son algo nuevo. Recuerdo perfectamente que en la década de los noventa se empezaron a popularizar en gran medida en PC, pero su enfoque ha cambiado de manera gradual hasta acabar convirtiéndose en algo «más importante» que el juego base. Call of Duty Modern Warfare y ese parche de casi 100 GB no es más que la confirmación de una tendencia que intenta mantener el interés del usuario en el juego y dar un impulso a los ingresos con nuevos contenidos.

Infinity Ward, desarrolladora de Call of Duty Modern Warfare, se disculpa

Los responsables de Call of Duty Modern Warfare son conscientes del malestar que ha generado ese enorme parche. En consolas su impacto es menor, 68 GB en Xbox One y 51 GB en PS4, pero siguen siendo cifras enormes que pueden acabar afectando de forma negativa a los usuarios que compraron, en su momento, los modelos con discos duros de 500 GB.

Han prometido que trabajarán para reducir el tamaño de la instalación y de futuros parches, ¿pero hasta qué punto resulta viable mantener este enfoque? Muchos jugadores utilizan unidades SSD de 120 GB o de 240 GB junto con discos duros de 1 TB o más para unir lo mejor de ambos mundos sin tener que realizar una gran inversión, pero otros han optado por unidades SSD de 240 GB o de 500 GB para tener sus juegos favoritos instalados en dicha unidad.

Esa tendencia «tragona» que tienen juegos como Call of Duty Modern Warfare provoca que las unidades SSD económicas y de menor capacidad dejen de tener sentido directamente, y explica a la perfección por qué todavía no estamos preparados para completar una transición total a dicho tipo de soluciones de almacenamiento.

Creo que, en este caso, buena parte de la culpa la tienen las consolas de la generación actual. El propio Mark Cerny, principal responsable del hardware de PS5 (y de PS4 en su momento), dijo que para reducir los tiempos de carga y solucionar los problemas que presentan los HDDs a la hora de conseguir buenos tiempos de acceso con instalaciones muy grandes se copiaban datos redundantes hasta en dos o tres ocasiones, lo que significa que nos encontramos con instalaciones infladas que, en teoría, se reducirán de manera significativa con PS5 y Xbox Series X.

Veremos qué impacto real tiene la llegada de la nueva generación de consolas, pero está claro que todavía no estamos preparados para abandonar por completo los HDDs.

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