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Análisis

Toyota Yaris 2021, correspondencia

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It’s getting to the point / Where nobody can stop it now Electric Light Orchestra (Getting to the point, 1986)

«No quiero untar la mantequilla» Raquel arropada por su camisón de fieltro y minuciosamente despeinada miraba fijamente las tostadas algo chamuscadas que le acababa de servir en el plato con grave perjuicio de la integridad térmica de la yema de mis dedos. Entonces levantó su mirada verde como la albahaca que sobrevivía junto a la ventana de la cocina para fijarla en mi: «Es que no quiero». Raquel es un misterio como persona y como entidad sujeta solamente a ciertas leyes de la física. Seguramente las que a ella le hacen más gracia. Nunca termina de escuchar una canción, empieza los libros por el tercer capítulo, toca el violín en la ducha, solamente se come la punta de las fresas (y no deja que te comas el resto). Nunca habla de su familia ni de su pasado, nos conocimos en un Starbucks en el que trabajaba. Me pidió un vaso de agua con canela y desde entonces estamos juntos. No se si quiero estar con ella porque me atrae o porque me ha atrapado el misterio que la envuelve, la constante excentricidad que poco a poco descubres que no es pose, no es guión de película romántica de media tarde. Es Raquel.

«¿Quieres que sea yo el que unte la mantequilla en las tostadas?» le pregunto buscando entre los rizos sus ojos con la mirada. Raquel sonríe para desarmarme una vez más. «No debiste decir eso». En cuestión de minutos en esta casa ya no habita Raquel. Ha cogido sus cosas y algunas de las mías y las ha metido en un par de bolsas y una maleta. No me ha dado una explicación, no ha habido una pelea porque tampoco he insistido. Se que es inútil. Me asomo y ella me lanza un beso desde la calle mientras arrastra sus bolsas y su maleta por el suelo. Me termino el café mirando la calle vacía durante un buen rato. Entro en la habitación. Raquel se ha dejado su perfume impregnado en las sábanas. Pero ¿sabéis qué? Estoy feliz. No aguanto más el realismo mágico, la serendipia, la tontería cósmica, lo sobrenatural cotidiano, el misterio gratuito. ¡Dios! Quiero una tortilla de patatas con cebolla, el café con leche y una persona con la que poder hablar sin enigmas y con la que divertirme sin más y si puede ser compartir cosas interesantes. Me tengo que cortar los pelos de la nariz. Quizás mañana.

La historia del Toyota Yaris se remonta a hace más de veinte años, concretamente en el salón del automóvil de Frankfurt de 1997 donde la marca japonesa exhibía una concept car diseñada específicamente para su uso urbano que tuvo el nombre de Funtime. Lanzada al mercado japonés el año siguiente con el nombre de Toyota Vitz no vería hasta el 1999 su lanzamiento en Europa bajo la denominación Yaris. Se trataba de ofrecer un coche compacto con la versatilidad como bandera y con unos motores que ya entonces comenzaron a revolucionar el mercado.

Modelo analizado Toyota Yaris
Motor y acabado 120H Style Plus
Potencia 116 CV (91 CV gasolina, 80 CV eléctrico)
Velocidad máxima 175 Kmh
Aceleración o-100 9,7 s
Largo/ancho/alto 3940/1745/1500 mm
Potencia máxima RPM 116 CV 5.500 rpm
Par máximo Nm/RPM 120 Nm
Caja de cambios Automática CVT velocidades
Web https://www.toyota.es/
Precio 21.200  euros

Los primeros Toyota Yaris, en efecto, equipaban un motor de menos de un litro de cilindrada y cuatro válvulas por cilindro que recibió incluso el premio de motor del año ya que obtenía el rendimiento de un propulsor de mayor cilindrada con un peso y volumen mucho más contenidos, una tendencia que se ha ido manteniendo hasta ahora. Pero no fue hasta 2012 cuando Toyota empezó a ofrecer para este pequeño utilitario un propulsor híbrido para unirse así a la familia de modelos de la marca japonesa que recorrían su particular camino a la electrificación en el que en muchos aspectos fueron pioneros.

Utilitarios híbridos

Entonces el Toyota Yaris se convertía en una de las escasísimas propuestas híbridas en el segmento B de utilitarios que con el tiempo ha visto crecer su número. Ahora parece que siguiendo la renovación del resto de su gama de vehículos Toyota está decidida a una profunda modernización como hemos visto con los lanzamientos del CH-R y del Corolla en los que los diseñadores han actualizado las anteriormente prudentes líneas de sus coches. Y esta cuarta generación del Yaris también se ha beneficiado de este lavado de cara.

En nuestro caso hemos tenido la ocasión de probar un Toyota Yaris con la conocida motorización híbrida de 116 caballos. La línea de este nuevo Yaris supone una continuación en la actualización del diseño que ya vimos en la anterior generación que tuvimos la ocasión de probar. En la parte frontal cambia la parrilla, incluso más grande que en la generación anterior dividida en esta ocasión por una gruesa banda de plástico negro donde se coloca la matrícula.

Los relieves son más pronunciados y dinámicos y los faros más afilados. Las luces de posición siguen colocadas en un lugar similar pero más hundidas en la carrocería y envueltas con un diseño con tintes más deportivos arropadas por molduras de plástico negro que las hacen resaltar. En el capó se han acentuado los relieves para dejar en conjunto una parte delantera más agresiva y moderna que proporciona al Yaris el aspecto de un pequeño deportivo.

Trasera retocada

La parte trasera también se ha retocado con una zona por debajo de la luna que sobresale hacia atrás formando un bloque con los grupos ópticos traseros unidos por una pieza de plástico negro brillante. También se ha hecho sobresalir la zona del paragolpes mucho más que en la generación anterior con el resultado de que el portón trasero parece más hundido. En la parte inferior recortando el parachoques se ha colocado una moldura en plástico negro mate que junto al discreto spoiler que parte del techo rematan los toques deportivos del vehículo.

También se ha retocado el perfil, sobre todo llama la atención la forma de las ventanillas que en la generación anterior era más «anodina» y regular mientras que en esta generación se estrechan al llegar al pilar C para dar un toque más dinámico al lateral. Los pasos de rueda también han ganado en volumen, también las puertas tienen relieves más pronunciados. Son todos elementos que van sumando a la nueva imagen para el pequeño de Toyota.

El interior del nuevo Yaris también ha recibido una profunda renovación con respecto a la generación anterior. Las salidas de ventilación han cambiado de forma y de posición. Ya nos son redondas sino alargadas y las salidas centrales se colocan bajo el display del sistema de información y entretenimiento. Esta pantalla de ocho pulgadas se ha dispuesto en un lugar más elevado, más seguro para la conducción, y se ha actualizado disponiendo la que ya lucen el Corolla o el RAV4.

Nuevo salpicadero

El salpicadero cambia de forma y ya no tiene un diseño plano sino que consiste en dos zonas, la superior en la que se encuentran los elementos principales y una especie de repisa más abajo que sobresale de ella y en la que se colocan los mandos de ventilación y en la que se encuentran distintos espacios portaobjetos. En este sentido hay que apuntar que en el hueco destinado a ello (que dispone de carga inalámbrica)  un móvil de cierto tamaño es difícil de acomodar en estos espacios, máxime si dispone de una funda o protección. Además no dispone de goma antideslizante aunque sí de un borde para impedir que el teléfono se caiga.

Los acabados son en un plástico duro que sin embargo transmite una sensación de calidad a la vista y al tacto mayor que la que ofrecen otros fabricantes en modelos de categoría similar. El diseño de los indicadores tras el volante sin embargo es prácticamente el mismo aunque se ha actualizado ligeramente la parte gráfica sigue disponiendo el indicador analógico de velocidad en la parte derecha y en la izquierda el que muestra el funcionamiento del sistema híbrido con una pequeña pantalla en el centro.

Un gran cambio es precisamente el de la palanca que sirve parta manejar la transmisión automática. En el Yaris anterior el aspecto era algo espartano y dejaba a la vista el recorrido de la palanca para seleccionar los distintos modos de funcionamiento. En el nuevo Yaris la palanca tiene un pomo ergonómico de plástico de mayor calidad y dispone de un fuelle que cubre la parte mecánica del cambio. Además el funcionamiento es más suave.

Comodidad dentro

Nos ha parecido que para la categoría del coche los asientos son cómodos y sujetan bien, incluso para personas grandes y que la disposición de los mandos y la colocación del volante son cómodas y en general muy bien pensadas. En general en la parte delantera se viaja muy cómodos y en la trasera algo más sacrificados ya que el espacio para las piernas es algo justo y la altura tampoco es demasiado holgada. Problemas que por otro lado corresponden a la categoría y al tamaño del coche, no a este modelo en particular.

En lo que respecta al maletero y a pesar de los importantes cambios en la carrocería se ha mantenido intacto el tamaño y la forma del mismo. Los 286 litros sin embargo son ahora algo más aprovechables ya que el portón deja más espacio y es más cómodo cargar bultos en el maletero. Es posible abatir los asientos en dos partes para aumentar el volumen de carga que permite el maletero hasta superar los 700 litros de espacio.

Al volante del Yaris las primeras sensaciones son similares a las que nos encontramos con el Yaris híbrido de la generación anterior cuando nos movemos por ciudad. En estas condiciones y con conducción tranquila el aumento de caballos (de  106 a 116 caballos) no se nota demasiado y la comodidad y suavidad de funcionamiento siguen siendo la seña de identidad del pequeño Toyota. Cuando necesitamos arrancar velozmente o desenvolvernos por el tráfico con mayor rapidez ya notamos más diferencia.

Más nervio

La aceleración es mucho más inmediata (más de dos segundos más rápido para alcanzar los 100 Kmh desde parado) y se nota sobre todo el aumento de potencia del motor eléctrico, ahora 80 CV. Eso sí, el cambio del Yaris sigue siendo de tipo CVT con lo cual el motor de explosión se revoluciona aparentemente en exceso, aunque en menor medida que el Yaris anterior, quizás gracias a la potencia mayor que aporta el motor eléctrico. Además el aislamiento sonoro es más eficaz por lo que la molestia es mínima a menos que el requerimiento de potencia sea muy elevado.

Donde se nota realmente la diferencia con la generación anterior es en carretera. Cuando sacamos al japonés fuera de la ciudad la respuesta del acelerador se deja notar en todas las situaciones en las que requerimos potencia como adelantamientos o cuestas pronunciadas. Pero es que Toyota también ha intervenido en las suspensiones y el chasis y ahora el Yaris se porta mucho mejor en curva con un aplomo digno de coches de mayor tamaño y categoría.

Nos ha gustado mucho también el confort de marcha en autopista con suspensiones lo suficientemente blandas como para absorber sin problemas las irregularidades sin perturbar la paz interior pero con la eficacia suficiente, como hemos visto, para desenvolverse sin problemas en las curvas. Sigue pecando de consumos algo elevados fuera de la ciudad aunque en este aspecto el aumento de potencia beneficia ya que no necesitamos revolucionar tanto el motor y es un aspecto mejorado también. El consumo en trayectos urbanos por contra sigue siendo muy bueno.

Conclusiones

Este nuevo Yaris supone un cambio mayor de lo que podría parecer a primera vista. Las intenciones de Toyota es de convertirlo en un coche «grande», no por tamaño (ya que mantiene prácticamente las cotas de su antecesor) sino en lo que respecta primero al aspecto, con una apariencia más moderna y deportiva y con una subida de nivel en acabados y diseño interior, y en segundo lugar en prestaciones con un sistema híbrido más moderno y eficaz.

Por otro lado se han mejorado otros aspectos como el sistema multimedia, aunque sigue pareciendo algo anticuado con respecto a la competencia, y sobre todo el comportamiento general del coche que tiene ahora unos parámetros de confort pero también de comportamiento dinámico que han subido enteros con respecto al Yaris anterior. Se trata de un coche que ya no se conforma con ser un vehículo urbano sobresaliente sino con el que viajar es más que factible y cómodo.

Valoración final
8.2 NOTA
NOS GUSTA
Consumos bajos en ciudad
Confort de marcha
Habitabilidad delantera
A MEJORAR
Cambio CVT
RESUMEN
Este nuevo Yaris es una gran mejora con respecto a un coche con mucho talento en ciudad pero que ahora puede desenvolverse sin complejos en todo tipo de carreteras. También interesante la modernización estética.
Prestaciones7.5
Diseño8.5
Consumo8.5
Confort8.5
Sistema de infoentretenimiento8

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