Twitter quiere menos capturas y más retweets
Un día cualquier entras a Twitter (que supongo que ya sabes que finalmente Elon Musk ha retomado su compra, ¿no?), empiezas a dar un repaso a los tweets que la red social ha seleccionado y ordenado para tu timeline y, de repente, te encuentras con un mensaje que te deja boquiabierto, patidifuso, una publicación que, por lo que te gusta o por lo que te irrita, decides que debes compartir con tus seguidores. Si es para bien, solo (es decir, sin añadir anotación alguna) o con alguna breve consideración. Si es para mal, posiblemente con una retahíla de insultos, un análisis de la razón por la que consideras que se equivoca o, simplemente, tu opinión al respecto.
Todo normal hasta este punto, pero aquí es donde la historia se bifurca en dos posibles acciones. La primera, la más usual, es pulsar el botón para compartir el tweet, y que desde hace ya tiempo nos ofrece hacer un retweet sin más, o bien compartirlo añadiendo lo que nosotros queramos (texto, imágenes, etcétera), ya sea para complementarlo o para rebatirlo. Ese es el método planteado por Twitter para que los usuarios compartan mensajes, y el empleado por muchos de manera habitual.
Sin embargo, y desde antes incluso de los tiempos en los que Twitter contaba con la función de retweet, los usuarios han empleado otro método para compartir mensajes de otros usuarios: realizar una captura de pantalla con los mismos y, en sus tiempos, subirla a un servicio para añadir imágenes a los tweets (cuando no podían incluir imágenes), y después, cuando ya fue posible, para incluirlas directamente en los mensajes. Y a día de hoy, este método sigue siendo bastante común.