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Facebook quiere saber menos sobre ti, y eso está muy bien

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Facebook quiere saber menos sobre ti, y eso está muy bien

Pronto se cumplirán 19 años desde el lanzamiento de Facebook. Casi dos décadas en las que las redes sociales han pasado de ser algo minoritario y todavía incipiente, a convertirse en una de las principales vías de comunicación e información para millones y millones de personas a lo largo del mundo. Unos años en los que hemos visto cómo cambiaba la percepción de las mismas, el éxito de muchas, el colapso de todavía más y el errático presente de las que, en su momento, parecían ser las más importantes del mundo.

Principalmente hablo, por supuesto, de Facebook y de Twitter. Sobre la segunda, estas últimas semanas estamos presenciando un proceso realmente estrambótico y esperpéntico, digno de la mejor de la fascinante inventiva de Don Ramón María del Valle-Inclán. Ahora bien, que desde la llegada de Elon Musk esa red se haya convertido en un incendio permanente, tampoco significa que antes de ello fuera una arcadia feliz. Muy al contrario, el servicio ya sufría de no pocos problemas como el odio y la información engañosa que, eso sí, al menos sus responsables intentaban solucionar.

Facebook, por su parte, vivió una época dorada, unos tiempos en los que sus números no es que crecieran, es que parecían una nave espacial elevando el vuelo. Eran tiempos de ingenuidad, en los que muchos de los usuarios de la red social no dudaban en publicar en la misma algunos aspectos bastante privados. Sexualidad, ideología política, creencias religiosas… informaciones, todas ellas, que a día de hoy gozan de un enorme nivel de protección por normas como la GDPR pero que, en aquellos tiempos, eran revelados públicamente en los perfiles de los usuarios o, como mínimo, eran subidos a la plataforma.

La crisis de reputación de Facebook que se desencadenó con el escándalo de Cambridge Analytica lo cambió todo. De repente muchas personas empezaron a preguntarse si tenía sentido haber subido dicha información a Facebook, ya fuera para hacerla pública o para mantenerla en su perfil privado. De repente, como impelidos por el golpe, millones de usuarios empezaron a eliminar dicha información de sus perfiles y, al tiempo, el uso de los servicios de la red social fue disminuyendo poco a poco, pero de manera constante.

Ahora, ya un poco tarde (pero bueno, más vale tarde que nunca) Facebook ha decidido eliminar determinada información de los perfiles de sus usuarios, tal y como ha detectado el consultor de redes sociales Matt Navarra. En concreto, Navarra cita la religión y la sexualidad (heterosexual, homosexual, bisexual, etcétera), pero una declaración posterior de Facebbok añade también a la lista la ideología política y la dirección del usuario.

Es más que sabido que, durante años, Facebook ha empleado dichos datos para ofrecer un formidable nivel de segmentación, aprovechado por los anunciantes para afinar mucho el tiro en sus campañas, algo que ha dado lugar a más de una polémica por el uso torticero de los mismos. Ahora, con este movimiento, Facebook, dentro de sus planes para «volver a molar», pretende lavar un poco su imagen y ver si, de esa manera, puede recuperar, aunque sea parcialmente, la más que maltrecha confianza de sus usuarios.

Como parte de nuestros esfuerzos para hacer que Facebook sea más fácil de navegar y usar, estamos eliminando algunos campos de perfil: Interesado en, Puntos de vista religiosos, Puntos de vista políticos y Dirección”, dijo Emil Vázquez, portavoz de Meta. “Estamos enviando notificaciones a las personas que completaron estos campos, informándoles que estos campos serán eliminados. Este cambio no afecta la capacidad de nadie para compartir esta información sobre sí mismos en otros lugares de Facebook”.

Visto desde la perspectiva actual, resulta sorprendente el nivel de inocencia (por no decir ingenuidad) con el que muchísimos usuarios actuaron en las redes sociales como Facebook durante sus primeros años. No obstante, hay que tener en cuenta que eran tiempos muy distintos (repito, han pasado casi 20 años), y que la percepción de la seguridad y la privacidad ha evolucionado mucho, y muy bien, en este periodo. Así, lo importante no es tanto lo que hicimos en el pasado, como que en la actualidad a nadie (o a prácticamente nadie, que siempre hay excepciones) se le ocurriría volver a actuar de ese modo.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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