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HONOR 90: la clave está en la cámara

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HONOR 90: la clave está en la cámara

Hace poco más de una semana se produjo el esperado lanzamiento en España de la serie HONOR 90, compuesta por el modelo que le da nombre, así como por el HONOR 90 Lite, una propuesta imbatible al valorar su relación precio-calidad. Como ya te contamos en ambas noticias, ambos terminales llegan a sus respectivos segmentos de mercado aportando la combinación de la ya muy amplia experiencia de la marca, con la vista puesta en las tecnologías más recientes, de cara a la cuidada elección de sus componentes.

Así, hoy vamos a poner el foco en un elemento en particular del nuevo HONOR 90, y no es otro que su cámara. Desde hace ya algunos años, los smartphones prácticamente se han comido el mercado de las cámaras compactas, y es que poder recurrir al teléfono en vez de tener que cargar con otro dispositivo facilita mucho la fotografía casual, es decir, todo lo que no sea una sesión fotográfica con planificación previa, desde unos selfies con amigos tomando el aperitivo hasta esa puesta del Sol que te pilla dando un paseo y que quieres inmortalizar. Dicho de otra manera, la inmensa mayoría de las fotos que hacemos la inmensa mayoría de las personas.

Los fabricantes son muy conscientes de lo conveniente que resulta la movilgrafía (que es el término empleado en algunos contextos para referirse a la fotografía practicada con el móvil) para muchos y, en consecuencia, redoblan sus esfuerzos para mejorar, generación tras generación, en este sentido. El HONOR 90 es un ejemplo de ello, con su cámara triple, presidida por un fastuoso sensor de 200 megapíxeles. Ahora bien, ¿en qué se traduce esto? ¿La resolución lo es todo? ¿Para qué sirve que cuente con varios sensores? ¿Qué es el pixel binning? ¿Qué es el Bokeh? Ponte cómodo, porque hay mucho que contar, ¡y no pienso dejarme nada en el tintero!

HONOR 90: la clave está en la cámara

Empecemos por la resolución. Por norma general, tendemos a interpretar que a más cantidad de megapíxeles, mejores imágenes y esto es verdad… pero a medias, pues en realidad hay otros muchos factores que influyen, de manera decisiva, en la calidad de la imagen. Y el primero de ellos es el tamaño del sensor. ¿Por qué? Pues porque, en función del mismo, la celda destinada a cada píxel (pues, al final, el sensor es una matriz rectangular formada por las n celdas correspondientes a los n píxeles de resolución «en bruto»).

Así, al hablar de sensores, es importante poner el foco en su tamaño, pues esto nos indicará el tamaño destinado a cada píxel. Ten en cuenta que, a mayor tamaño de píxel en el sensor, mejora la cantidad de luz capturada por el mismo. ¿Y qué quiere decir esto? Pues que en condiciones de iluminación media, y de ahí hacia abajo hasta bastante oscuras, la cámara necesitará menos tiempo para capturar imágenes, éstas serán menos luminosas y, en muchos casos, tendrán menos ruido. A este respecto, el HONOR 90 cuenta con un sensor de 1/1,4 pulgadas, que supone un salto de nada menos que el 24% con respecto a su predecesor, que se traduce en una mejora del 14% en el aprovechamiento de la luz presente.

Por lo tanto, a la hora de elegir un smartphone, si la cámara es algo importante para nosotros, debemos informarnos sobre su resolución, sí, pero también sobre el tamaño del sensor y del tamaño de píxel, que en el caso del HONOR 90 es de 0,56 µm, pues nos podemos encontrar con sensores que integran una gran cantidad de píxeles, pero que debido a su pequeño tamaño proporcionarán imágenes poco luminosas, con colores más planos y, seguramente, con los problemas que se producen cuando la separación entre celdas es insuficiente. En este caso, con algo más de media micra, nos encontramos con un tamaño de píxel más que adecuado.

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¿Para qué sirven 200 megapíxeles?

Como ya sabes, al hablar de megapíxeles nos referimos al número total de puntos que forman una imagen, un número que se calcula multiplicando la horizontal por la vertical de la matriz del sensor. Así, una imagen de 200 megapíxeles no es otra cosa que 200 millones de píxeles. Y sé que esto puede parecer obvio, pero en realidad es algo que nos debería llevar a una reflexión, que no es otra que la de la pregunta que encabeza este apartado o, planteada de otra manera, ¿realmente nos resulta útil, a la mayoría, una imagen con una resolución de 200 megapíxeles?

Si hacemos el conteo de la horizontal y la vertical de la matriz del sensor del HONOR 90, nos encontramos con que hablamos de 16.256 × 12.192 píxeles y, como aficionado desde hace ya décadas a la fotografía, puedo afirmar con seguridad que una resolución de tal tamaño queda muy por encima de las necesidades de la inmensa mayoría y, además, plantea un problema, y es el tamaño, el enorme tamaño, de los archivos resultantes, incluso si el smartphone emplea algún formato para comprimirlas antes de almacenarlas. Sin embargo, un sensor de este tamaño (tanto físico como de resolución) nos puede proporcionar imágenes de menor resolución pero, a cambio, de una calidad muchísimo más alta. Y esto nos lleva a hablar del pixel binning.

El pixel binning, o combinación de píxeles, consiste como su propio nombre nos indica en combinar varios píxeles del sensor para crear un único píxel, pero que contará con mucha más información, por lo que será mucho más rico en iluminación, en calidad del detalle… en fin, algo que podríamos calificar como un súper-pixel, ya que estará formado por la información de varias celdas. En el caso del HONOR 90, nos encontramos con que cada píxel final de la imagen estará formado por la información capturada por una matriz de 4 x 4 píxeles, es decir, por un total de 16 celdas.

Así, al volcar una fotografía tomada por el HONOR 90 nos encontraremos que cuenta con una resolución de 12,5 megapíxeles (200/16). Y, por dar un poco de contexto, la mayoría de las cámaras DSLR (réflex digital) suelen oscilar entre los 8 y los 12 megapíxeles, por lo que hablamos de una resolución más que adecuada para la gran mayoría de los usos habituales, ya sean estos exclusivamente digitales o si pasan por su volcado a papel. Pero, claro, con el plus de saber que cada píxel ha sido compuesto por la información proporcionada por 16 celdas de un sensor que, además, cuenta con un tamaño considerable.

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Luces… y sombras (que lucen)

El trabajo del sensor se puede resumir diciendo que es un capturador de luz. De nuevo otra obviedad, lo sé, pero es algo que a veces olvidamos a la hora, precisamente, de valorar su rendimiento en diferentes condiciones relacionadas con la misma. Hasta el más básico de los sensores puede hacer un buen trabajo con una gran cantidad de luz, pero a medida que ésta disminuye, es cuando empezamos a observar la gran diferencia entre un buen sensor y uno mediocre, aunque aquí también entran en juego otros factores.

HONOR pone el foco (nunca mejor dicho, ya que estamos hablando de fotografía) en la capacidad de la cámara del HONOR 90 de capturar buenas imágenes incluso en condiciones de muy baja iluminación. Así, creo que merece la pena dedicar unos minutos a desgranar el conjunto de propiedades de este smartphone por las que destaca tanto en este sentido.

En primer lugar tenemos, claro, lo que ya hemos visto anteriormente, es decir, la combinación de tamaño del sensor, el consecuente tamaño de los píxeles y el uso de pixel binning. De este modo, nos encontramos ante una cámara (y de momento solo hemos hablado de su sensor principal) que contará con una gran cantidad de superficie capturando luz para cada píxel de la imagen. Solo esto, ya supone un nivel muy elevado de calidad en este sentido.

Lo siguiente que debemos tener en cuenta es la luminosidad del objetivo, es decir, el o los elementos ópticos a través de los que pasa la luz hasta el sensor. Esto es lo que se suele indicar como número f, y es un parámetro que debemos tener muy en cuenta a la hora de elegir una cámara, ya sea integrada en el móvil o en cualquier otro dispositivo, compacta, al valorar un objetivo independiente, etcétera. Es un parámetro que viene de los tiempos de la fotografía analógica, pero que también podemos encontrar en la digital, y con el que podemos «jugar» al emplear el modo manual de cámaras y de apps de fotografía avanzadas.

El número f indica, en fotografía tradicional, el diámetro de la apertura del diafragma de un objetivo en términos relativos respecto a su distancia focal (de hecho se calcula dividiendo la distancia focal entre el diámetro de la apertura). Al hablar de movilgrafía, no nos encontramos con los elementos mecánicos propios de las cámaras fotográficas, como el obturador y el diafragma, pero el número f ha prevalecido como un indicador de la luminosidad del conjunto de elementos físicos (ópticos y electrónicos) que forman la cámara.

Ahora que sabes cómo se calcula el número f, entenderás algo que suele desconcertar a quienes ignoran dicha fórmula, y es que un f más bajo significa que la cámara es más luminosa. En el caso del HONOR 90, como ya te contamos con su lanzamiento, el sensor principal tiene un número f/1.9, que es un valor destacable, ya que nos habla de una óptica bastante luminosa. De nuevo, para dar contexto, en los kits de cámaras digitales que incluyen el cuerpo y una lente, el número f de la misma suele oscilar alrededor de 2.8.

Y a todo esto, en lo referido a la captura de imágenes con poca luminosidad, debemos sumar las funciones de software, pero hablaremos de ellas más adelante.

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Profundidad de campo y bokeh

Hay una innumerable cantidad de diferencias entre un paisaje y un retrato. En el primer caso, salvo excepciones creativas, queremos que toda la escena capturada en la imagen se muestre nítida, bien enfocada. Sin embargo, y como bendita herencia de la fotografía con cámaras réflex, para los retratos preferimos que el rostro (o el objeto a destacar) se muestre perfectamente enfocado, pero que el fondo esté desenfocado, ya que esto aporta profundidad y centra el interés de la imagen en aquello que queremos que destaque. Esto es la profundidad de campo.

Al revisar la configuración de cámaras del HONOR 90, verás que una de ellas es un sensor de profundidad de 2 megapíxeles con f/2.4. El sensor de profundidad, también identificado en muchos casos como sensor bokeh (por el efecto que proporciona) trabaja, de modo combinado con el sensor principal de la cámara, para realizar una medición más precisa de las distancias de los distintos elementos que integran la imagen a capturar, para que el software sea capaz de proporcionar la profundidad de campo adecuada para el tipo de imagen, sin que el usuario se tenga que perder haciendo mil ajustes manuales.

En el otro extremo se encuentra, como mencionaba antes, la fotografía de paisajes, entornos urbanos, actividades y, en general, ese tipo de tomas en las que queremos capturar la mayor cantidad posible de contenido, pero sin tener que retroceder unas decenas de metros (lo que en muchas ocasiones es imposible) para conseguirlo. Aquí es dónde entra en juego el único sensor de la cámara principal del HONOR 90 que no hemos mencionado todavía, el ultra gran angular (112º) de 12 megapíxeles con número f/2.2, con el que podremos contar con una función que podemos definir, para los profanos, como zoom inverso, ya que gracias a los ajustes ópticos proporcionará un resultado similar a si hiciéramos la foto con un objetivo normal, pero dando varios pasos atrás.

Obviamente, el usuario no tiene que preocuparse por elegir qué sensor o sensores se emplean con cada toma. El salto entre el principal y el gran angular se produce de manera automática en función del nivel de zoom que escogemos antes de hacer la foto, y el sensor de profundidad se activará de manera automática siempre que sea necesario, para que el ajuste de la profundidad de campo sea siempre el más deseable para el tipo de fotografía que vas a hacer.

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Hay mucha inteligencia en el apartado fotográfico del HONOR 90, también artificial

Aunque en las especificaciones técnicas del HONOR 90 vemos que la cámara principal está formada por tres elementos (principal, ultra gran angular y bokeh), lo cierto es que no hablamos de un trío, sino de un póker pues, como mencionaba anteriormente, la ecuación estaría incompleta si no hablamos del software que se encarga de gestionar el funcionamiento de la cámara, así como de las funciones de posprocesado que se aplican a la captura una vez que sensores y óptica han hecho su trabajo.

Desde hace ya bastantes años, las funciones de cámara fotográfica de los smartphones han contado con una serie de preajustes para determinados tipos de imagen, lo que ofrecía algunas mejoras sobre parte de las capturas originales, si bien es cierto que en no pocos casos terminaba por proporcionar capturas que resultaban poco realistas, con colores que no estaban bien ajustados, texturas de piel que parecían de porcelana, etcétera. Y a esto se sumaba la falta de control que tenía el usuario sobre el resultado final, al no poder realizar determinados ajustes.

El conjunto de cámara y software del HONOR 90 nos muestra, sin embargo, una sensacional evolución con respecto a ese antiguo paradigma que, por sorprendente que resulte, todavía podemos encontrar a día de hoy en algunos modelos de gama de entrada e incluso aspirantes a la gama media. Y es que, a las prestaciones de su cámara, debemos sumar tanto el uso inteligente del posprocesado, que incorpora funciones de inteligencia artificial, con la posibilidad de que el usuario realice (si lo desea, claro) determinados ajustes sobre la aplicación de efectos.

En este último sentido, y personalmente me parece un gran ejemplo de esta sustancial mejora, nos encontramos con el efecto de desenfoque en retratos del que hablaba anteriormente. Y es que una de sus funciones es que el usuario puede escoger el nivel de desenfoque del fondo de las imágenes, de modo que contaremos con un ajuste especialmente creativo, y que nos permitirá oscilar entre cualquier punto intermedio entre un fondo perfectamente distinguible y otro en el que resulta terriblemente complicado identificar dichos elementos secundarios.

Y sin alejarnos de los retratos, nos encontramos con más prestaciones, que HONOR ha aglutinado en el Modo Retrato Mejorado del HONOR 90. Con el mismo, además del ya citado ajuste del efecto bokeh, también nos encontramos con el uso de la inteligencia artificial, que reconoce de manera automática tanto escenas como sujetos (ya sean humanos, mascotas, etcétera). Con dicha información, el software es capaz de realizar los ajustes necesarios para que todo lo que es importante en la composición se muestre del mejor modo posible. Un ejemplo de ello son las fotos con mascotas, y es que el software se encargará de que tanto humano como animal estén perfectamente iluminados y se muestren del mejor modo posible.

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Seguramente, tras lo que te contaba sobre el buen rendimiento de la cámara en condiciones de poca iluminación, te hayas quedado queriendo saber qué papel juega el software a la hora de hacer este tipo de fotos. Y es que, como ya adelantaba entonces, hablamos de un papel protagonista.

El Modo Noche del HONOR 90 pone el foco en varios aspectos a la hora de hacer fotos nocturnas, y el primero es el bajo tiempo de exposición. ¿Qué significa esto? Pues que tras pulsar el disparador no tendrás que mantenerte totalmente inmóvil durante unos segundos para garantizar que la imagen no sale movida y/o desenfocada. A este respecto, resulta especialmente interesante saber que el smartphone es capaz de detectar si estamos empleando un trípode o cualquier otro tipo de estabilizador físico, o si estamos fotografiando a mano alzada, de modo que ajustará el tiempo de exposición en función de ello.

En lo referido al posprocesado, el software cuenta con la capacidad de reducir el ruido que tan común es en las capturas con poca iluminación. Además, y aquí la inteligencia juega un papel clave, el software realizará un completo análisis tanto de la imagen como de las condiciones en las que ha sido tomada para, de este modo, mejorar la precisión del color, que suele ser otro de los grandes perdedores en este tipo de fotografías.

Así, y como puedes comprobar, para que una cámara sea una gran cámara no basta con que tenga muchos megapíxeles, es más, es posible encontrar cámaras que cuentan con una gran resolución, pero que proporcionan resultados bastante mediocres. En el caso del HONOR 90, sin duda alguna nos encontramos ante una comunión de óptica, electrónica y software que han sido meticulosamente combinados en una cámara que, sin duda, supone uno de los principales puntos fuertes de este destacable smartphone.

 

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Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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