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Redescubre tu música en local con estos siete reproductores

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Música en local

Aunque servicios como Spotify y YouTube Music han hecho que muchos hayan dejado de emplear aplicaciones de reproducción de música en local, todavía quedan usuarios que se resisten (nos resistimos) a saltar a las nuevas plataformas, ya sea por haber acumulado una extensa colección de música a lo largo de los años, por desconfianza hacia los servicios vía streaming o por no acarrear los inconvenientes que tienen esos servicios, sin tener que entrar necesariamente en cuestiones complejas como la privacidad.

Sin embargo, y a pesar de ese grupo de usuarios que se resiste a dar el salto a las plataformas que sirven música mediante transmisión, no es menos cierto que la era dorada de los reproductores de música en local pasó hace muchos años. Esto no solo se ha traducido en un menor uso de ese tipo de aplicaciones, sino también en el hecho de que el desarrollo de una gran cantidad de las opciones disponibles se ha ralentizado o ha sido abandonado, como es el aparente caso de Clementine.

Además del empuje de servicios como Spotify y YouTube Music, hay que tener en cuenta que los reproductores de audio en local tocaron techo hace mucho tiempo o dicho de otra forma: no tienen margen de evolución. Esto se puede ver en el hecho de que pocas de estas aplicaciones han cambiado su aspecto durante el transcurso de la última década o década y media y que los pocos intentos de reinventar la rueda no han terminado de calar entre los usuarios.

Aunque no lo parezca, es en Linux donde posiblemente más se ha intentado reinventar los reproductores de audio en local en los últimos años. Para el sistema de código abierto todavía siguen apareciendo nuevas aplicaciones de ese estilo que intentan aportar algo de novedad en términos de usabilidad, pero el uso de tecnologías que trabajan a alto nivel como Python terminan haciendo que consuman más memoria que opciones más antiguas que a día de hoy siguen en desarrollo.

Un ejemplo paradigmático de reproductor de reciente creación que se estrella en uso de recursos en comparación con uno más antiguo es el de Amberol frente a Audacious. El primero tiene una interfaz más simple, limpia y moderna, pero si uno compara con un monitor de sistema, termina descubriendo que consume bastante más memoria que el segundo. Eso es debido a que Amberol está construido con Python y GTK, mientras que la base de Audacious está hecha con C++, una tecnología que trabaja a más bajo nivel debido a que es compilada, no interpretada.

En resumidas cuentas, ni las tendencias del mercado ni la situación tecnológica juegan a favor de los reproductores de música en local, los cuales han quedado en el olvido para muchos. Pese a esa situación, eso no quiere decir que su uso no tenga sentido, ya que aportan algunas ventajas frente a los servicios de transmisión que son tan populares en la actualidad:

  • Si uno ya ha acumulado una colección de música en disco, un reproductor de audio en local permite disfrutar de ella sin tener que repagar.
  • Como consecuencia de lo anterior, el usuario no depende de una plataforma sobre la que no puede ejercer ningún poder o como mucho tiene un poder muy limitado. Al final los reproductores de audio en local terminan dando más libertad, aunque sea a costa de perder espacio en disco (ir quitando y poniendo CD es algo demasiado obsoleto como para tenerlo en consideración).
  • Permiten escuchar la música sin necesidad de tener una conexión a Internet, lo cual, además de dar más independencia, permite disfrutar dejando el Wi-Fi apagado, lo que aumenta la autonomía ofrecida por la batería de un portátil (es cierto que hay servicios vía streaming que soportan la descarga, pero por lo general la ofrecen con limitaciones).
  • Los reproductores en local suelen acaparar menos recursos del ordenador, sobre todo viendo que las aplicaciones oficiales de ciertos servicios de transmisión se sirven en formato webapp o lo que viene a ser lo mismo, son sitios web autocontenidos que se ejecutan a través de un navegador web que está “disimulado” (por explicarlo de forma muy simplifada).

Después de exponer un poco sobre la situación actual y las ventajas que ofrecen frente a los servicios vía streaming, paso a mencionar algunos de los mejores reproductores de música en local que existen.

Winamp

Empiezo con la que posiblemente sea la aplicación más conocida, sobre todo por aquellos que ya peinamos algunas canas. Winamp fue desde finales de la década de los 90 del siglo pasado hasta principios de la segunda década del Siglo XXI el rey de la reproducción de música, pero su popularidad empezó a tambalearse cuando los responsables decidieron cambiar la interfaz en la versión 5.5 y fue rematado con la emergencia de Spotify.

Sin el empuje de tiempos pasados, Winamp sigue en desarrollo, aunque está girando hacia los servicios online. Oficialmente ofrece soporte para Windows y Android y entre sus virtudes están el soporte para reproducir una gran cantidad de formatos de audio, entre ellos MP3, MIDI, MOD, AAC, OGG, M4A, FLAC, WAV y WMA, además de ser capaz de reproducir e importar el audio contenido en un CD y de asignar la portada de un álbum a partir de una base de datos. Por otro lado, el etiquetado automático analiza el audio de una pista utilizando el servicio Gracenote.

Sin embargo, posiblemente las características más populares de este reproductor sean los soportes para plugins y skins, que han sido imitados por algunos de sus competidores y en el caso de lo segundo de forma que sea compatible con lo disponible para Winamp.

Winamp

AIMP

AIMP es un reproductor de música en local de origen ruso y gratuito disponible para Windows, Android y Linux, aunque para el último sistema se apoya en Wine. Emplea dos componentes publicados como software libre, SoundTouch Library y FFmpeg, aunque la aplicación es freeware (privativa). Al igual que Winamp, destaca por soportar una gran cantidad de formatos de ficheros de audio, entre los que están MP3, AAC, Dolby AC-3, Ogg Vorbis, Opus, Speex, Windows Media Audio, Apple Lossless, FLAC, WAV y CD de audio.

Soporta las interfaces de audio DirectSound, ASIO y WASAPI, utiliza procesamiento de audio de 32 bits para su ecualizador de 18 bandas y tiene efectos de sonido integrados. Es capaz de cargar todo el archivo de multimedia que se está reproduciendo en la RAM hasta los 250 megabytes, proporcionando de esta manera una reproducción sin interrupciones casi garantizada incluso en ordenadores lentos o bajo la presión de tener varias aplicaciones pesadas ejecutándose a la vez.

AIMP

Strawberry

En la actualidad todavía muchos se acuerdan de Clementine, pero la realidad es que de esa aplicación no se lanza una nueva versión desde 2016, así que se puede decir que está abandonada. En su lugar se puede recurrir a Strawberry, que es una bifurcación construida con Qt 5 y cuyo desarrollo sí está activo.

Entre sus características, Straweberry cuenta con organización de la música, soporte para una gran variedad de formatos de audio, notificaciones nativas del escritorio, gestión de listas de reproducción, edición de las etiquetas de los ficheros de audio, obtención de carátulas y letras, analizador de audio y ecualizador de audio. Lo bueno es que la creación de listas de reproducción es tan simple como abrir el explorador de ficheros que se encuentra en el panel de la izquierda e ir arrastrando y soltando carpetas y ficheros.

Es una aplicación software libre cuyo código fuente está publicado bajo la licencia GPLv3 y ofrece soporte multiplataforma a través de Linux, Windows y macOS. Debido a que es una bifurcación de Clementine, su interfaz está fuertemente inspirada en la del difunto Amarok 1.4, un mítico reproductor de audio para Linux (para muchos el mejor que haya tenido ese sistema en su historia).

Strawberry

Foobar2000

Foobar2000 fue creado por Peter Pawlowski, quien trabajó para Nullsoft, la compañía creadora de Winamp. Esta aplicación, que cuenta con versiones para Windows, Mac, iOS y Android, tiene en un principio una interfaz sencilla y es capaz de reproducir una gran variedad de formatos de ficheros de audio. Para el soporte de la multimedia se apoya en FFmpeg, publicado como software libre.

Foobar2000 destaca por su diseño extremadamente modular y cuenta con un SDK (kit de desarrollo de software) que está publicado como código abierto (BSD), pero su núcleo es freeware. Proporciona modelado y oscilación de ruido para maximizar la fidelidad del audio en los casos en los que se requiere de remuestreo o reducción de escala en profundidad de bits, aunque probablemente las posibilidades mencionadas no sean de interés para aquellos que solo quieran reproducir pistas en formato MP3, Flac, OGG, WAV y AAC, por nombrar los más comunes.

Foobar2000

Audacious

Audacious es uno de los grandes clásicos cuando se trata de reproducción de música en local para Linux, pero también ofrece soporte para Windows. Es software libre, gratuito y destaca por centrarse en el bajo uso de recursos, la alta calidad del sonido y el soporte para una amplia gama de formatos de audio.

Esta aplicación proporciona diversas interfaces. Dos de ellas son Qt, que está por defecto, y GTK, que se tiene que habilitar manualmente. Estas son muy similares entre sí debido a los cambios tecnológicos que ha ido implementando la aplicación, primero de GTK a Qt y luego para recuperar GTK como alternativa a Qt. A su favor se puede decir que es de los pocos que se han preocupado en introducir soporte nativo para PipeWire, el futuro servidor de multimedia (y de sonido) para Linux.

La otra interfaz que Audacious pone a disposición es la de tipo Winamp, que puede hacer las delicias de los nostálgicos al soportar de manera completa los skins de Winamp 2. A lo mencionado se suma la inclusión de muchos plugins activables que añaden más posibilidades a la interfaz y muchos efectos de sonido.

Exaile

Exaile es otro reproductor con un fuerte tufo linuxero, pero ofrece soporte multiplataforma al abarcar también Windows y macOS (a través de homebrew) y es software libre. Es una aplicación cuya interfaz, al igual que Straweberry, recuerda mucho a la de Amarok 1.4, pero que está construida con GTK en lugar de Qt, así que estéticamente luce muy diferente a pesar de que los elementos de la interfaz se encuentran ubicados en lugares similares.

Entre sus características está la obtención automática de las portadas de los álbumes, manejo de bibliotecas, búsqueda de letras, compatibilidad con Last.fm, un ecualizador con preajustes, previsualización de pistas a través de una tarjeta de sonido secundaria, edición avanzada de etiquetas y compatibilidad con dispositivos iPod y MSC a través de plugins, los cuales también proporcionan posibilidades como el soporte de ReplayGain.

Y sí, al igual que Strawberry y otros reproductores de perfil similar al de Amarok, es posible crear listas de reproducción con arrastrar y soltar, cosa que es a fin de cuentas una característica básica de las aplicaciones que hacen uso de esta disposición de los elementos.

Exaile

Lollypop

Y cierro la lista con una opción exclusiva para Linux, pero que puede resultar interesante sobre todo para las personas que buscan priorizar la gestión de su colección de música en local.

Lollypop está construido con GTK3 y Python y forma oficialmente parte del proyecto GNOME, así que sobra decir que es software libre. Entre sus características tiene modo fiesta, descarga de imágenes de portada (carátulas), vista de contexto del artista, vista de las letras de las canciones, sincronización por MTP, instalación automática de códecs, soporte de Last.fm, creación de listas de reproducción personalizadas, soporte de HiDPI, Equalizador, soporte de TuneIn y navegación a través de los géneros, artistas y carátulas.

Lo más destacado de Lollypop es su peculiar interfaz, que está construida con el propósito de adaptarse a escritorio, móviles y tablets. Al principio puede que muestre una más bien orientada a dispositivos táctiles, pero el usuario solo tiene aumentar el tamaño de la ventana para que se ajuste más a una interfaz de escritorio.

Aunque en realidad es un desarrollo más veterano de lo que aparenta, es posiblemente una de las propuestas más originales y singulares que han surgido en el sector durante el transcurso de la década pasada.

Lollypop

Conclusión

A pesar de que no viven sus tiempos dorados, los reproductores de música en local siguen teniendo su público y ofreciendo ventajas frente a unos servicios vía streaming que, en el fondo, terminan reduciendo la libertad de los usuarios, a pesar de que pueden resultar más cómodos. Es cierto que servicios como Spotify soportan la reproducción offline, pero no sin limitaciones y dejando al usuario atado a la aplicación oficial de la plataforma en muchos casos.

Imagen de portada: Pexels.

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