Twitter cobrará un euro anual a las cuentas de nueva creación
Elon Musk tiene un problema con Twitter, y es un problema que no parece tener una solución sencilla. En otras circunstancias, podríamos pensar que hablo del uso de la red social para la difusión de noticias falsas, la creciente presencia de contenido de odio, que el spam campe a sus anchas por la plataforma, su contribución a la polarización de todo tipo de posturas… la lista podría ser muy amplia, sí, pero en realidad todos sabemos que lo que verdaderamente le preocupa es el dinero.
La compra de Twitter fue una operación económicamente desastrosa, como ya plantearon múltiples expertos tras la oferta inicial de adquisición. Nunca hemos tenido una explicación oficial (ni la tendremos, probablemente) sobre lo que llevó a Musk a modificar sus planes iniciales, que se limitaban a ampliar su participación en el accionariado, para decidir convertirse en el propietario de una red social que, sí, era exitosa en lo referido a su alcance, pero que económicamente era una inversión bastante ruinosa.
¿Fue un «calentón», una acción totalmente irreflexiva? ¿O, por el contrario, sí que tenía planificado actuar como lo hizo, para intentar obtener posteriormente una sustancial reducción en el precio ofrecido inicialmente? Sea como fuere, su decisión de echarse atrás se topó con los tribunales, precisamente en una jurisdicción en la que incumplir un precontrato no suele salir bien. Así, pagó un dineral y, desde el primer día como propietario de Twitter, ha puesto el foco en intentar reducir costes e incrementar ingresos, aunque algunas de sus acciones hayan actuado en el sent6ido contrario.