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Los peligros de comprar en formato digital

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Los peligros de comprar en formato digital

El formato digital vive, actualmente, sus mejores tiempos. Ya hablemos de música, cine, juegos… en fin, en general cualquier cosa que pueda ofrecerse en este formato se ha convertido en la favorita de la inmensa mayoría de empresas (tanto quienes producen como quienes distribuyen), al tiempo que vemos al formato físico seguir languideciendo, en algo que identificamos como una clara tendencia a principios de este siglo y que, con la popularización de las tiendas digitales, ya se ha comido muchos mercados.

Es cierto, eso sí, que el formato digital en la modalidad de compra ha perdido parte de su cuota de mercado, que le ha sido arrebatada por los modelos de suscripción. De nuevo, hablemos de cine, series, juegos o música, cada vez hay más usuarios que prefieren pagar una cuota mensual para tener acceso a un amplio catálogo, a realizar pagos puntuales por adquirir algo en particular. No obstante, también la mayoría de estos últimos realiza alguna compra de vez en cuando, de manera puntual.

Al hablar de compras en formato digital debemos distinguir, eso sí, en función del modo en el que obtenemos aquello por lo que hemos pagado. Por ejemplo, es común comprar software en este formato. Así, una vez comprado obtenemos un enlace de descarga (si es que no lo teníamos ya anteriormente) y la clave asociada a la licencia. En la inmensa mayoría de los casos podremos recuperar ambas cosas posteriormente desde la web del fabricante/desarrollador/distribuidor, pero en todos los casos, podremos conservar en local tanto el instalador como la clave de licencia.

Esto varía sustancialmente si lo que se nos ofrece es acceso en remoto, y protegido por DRM, a aquello por lo que hemos pagado. Y ese es el caso de Kai, un usuario de Twitter que ha compartido un mensaje en el que vuelve a traer este escabroso asunto a la palestra. Y es que, como puedes ver en el mismo, Sony le informa de que próximamente perderá el acceso a contenido en formato digital adquirido previamente en la PlayStation Store. El texto del mensaje no puede ser más categórico, pues no es solo que no le vaya a ser posible descargarlo a partir de la fecha indicada, es que tampoco podrá reproducirlo, aunque tuviera una copia en local, cumplido dicho plazo.

Ni el mensaje ni el usuario explicitan qué contenidos son los que perderá, pese a haber comprado, solo podemos ver que son de Discovery y que el tijeretazo tendrá lugar el próximo 31 de diciembre, es decir, que se le ha comunicado con un plazo de 30 días, quizá con la «generosa» intención de que pueda disfrutarlo unas cuantas veces más antes de que sea eliminado de su cuenta, de manera definitiva, con el cambio de año. No sé qué pensarás tú, pero pese a que es algo que llevamos tiempo temiendo, en esta ocasión me parece absolutamente vergonzoso.

Como ya conté en su momento, fui usuario de Stadia, plataforma en la que compré un par de juegos. Así, cuando Google informó de su cierre, lo primero que vi es que los del buscador se comprometían a reembolsar todas las compras efectuadas en la plataforma y, de hecho, recibí dichos reembolsos en tiempo y forma. El riesgo de cierre de un servicio es algo que siempre está presente, y también el del traspaso de los derechos, pero lo que no debería ser legal (y tengo mis dudas de que lo sea en la Unión Europea) es actuar como parece que lo está haciendo Sony en este caso.

En un caso como éste, los usuarios afectados deberían verse resarcidos con el reembolso de los pagos por dichas compras o, en su defecto, con la posibilidad de descargar una copia sin DRM de aquello que han comprado y que, de otra manera, perderán. Claro que, en realidad, lo que un gigante como Sony debería hacer al negociar las cesiones temporales de licencia es garantizar la persistencia de las mismas para quienes han pagado. Cualquier otra manera de actuar de las mencionadas en este párrafo, es una falta de respeto de Sony a sus usuarios y una razón muy de peso para no volver a comprar nada en formato digital en la tienda de PlayStation.

El mensaje en el que Sony informa sobre esto tiene, paradójicamente, una firma (común a las comunicaciones de PlayStation), Play has no Limits. Así, no pocos usuarios se han dado cuenta sobre la tremenda contradicción que, como mínimo, merece ser señalada pues, al final, parece que sí que hay algún que otro límite.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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