GAME incendia las redes y quema a sus clientes
Si a muchos nos preguntan por una tienda de referencia de la industria del videojuego, la respuesta generalizada será GAME. Hablando, claro está, de tiendas físicas. Para quienes peinamos canas, puede que incluso nos traicione la memoria y acabemos refiriéndonos a ellas como Centro Mail (espacio patrocinado por la nostalgia…). Tanto con locales a pie de calle como los que se encuentran en centros comerciales, esta veterana casa ha sido la proveedora de juegos, consolas y más para varias generaciones.
La GAME actual tiene muy poco que ver, eso sí, con la cadena española que nació como un servicio de alquiler de juegos en los tiempos del Spectrum con el nombre de OneWay Software, y que poco después empezaron a vender juegos por correo, asentando el germen de Centro Mail, Hoy en día forma parte de un grupo multinacional, que ha tenido que adaptarse a la espectacular evolución que ha vivido el sector del videojuego en alrededor de cuarenta años.
Atesoro en mi memoria no pocos recuerdos de compras en la cadena, tanto cuando todavía era Centro Mail (aún recuerdo la felicidad con la que salí el Centro Mail del BurgoCentro de Las Rozas, con la trilogía original de Tomb Raider y una figura de Lara Croft), como cuando ya se habían convertido en GAME (donde trabajaba entonces una buena amiga, que me consiguió un descuento sensacional en mi Xbox de primera generación). Y creo que esta introducción es importante, pues quiero dejar bien claro que hablo de una marca que me infunde cariño y nostalgia a partes iguales.
En las últimas horas, GAME se ha visto envuelta en una polémica que ha incendiado las redes, y lo cierto es que ha dado razones más que de sobra para ponerse en la picota pública, tanto por sus acciones como por la respuesta ante las (merecidas) críticas de los usuarios. Porque, seamos claros, se puede cometer un error o se puede tomar la decisión de realizar algún cambio, lo que no es de recibo es pretender cambiar las reglas de juego y, además, pretender hacer pensar a la otra parte que las cosas siempre han sido de una determinada manera cuando eso no es cierto.
GAME, como otros muchos comercios minoristas, cuenta con un programa de fidelización del cliente, y uno de los aspectos más destacables del mismo es que cuenta con un programa de puntos. Sí, ya sabes, cada compra que haces se traduce en una determinada cantidad de puntos que se suman a tu cuenta. Unos puntos que tienen una tasa de conversión a euros, que puedes utilizar posteriormente en las compras que realizas en sus tiendas y en la web. Un programa de puntos al uso, vaya, que es algo que muchos compradores valoran muy positivamente, pero con una singularidad que vemos ahora.
Pero, ¿qué es entonces lo que ha ocurrido? Pues que, desde la puesta en funcionamiento del programa (hace ya muchos años) hasta ahora, los puntos no caducaban. Es decir, que si tú habías comprado Halo 3 en su fecha de lanzamiento, allá por 2007, y habías empleado tu tarjeta de fidelización, tus puntos viajaban contigo a través del tiempo y hasta la actualidad, aunque hubieran pasado más de 15 años.
Cabe aclarar que esto no es lo común, y por eso hablaba de la singularidad de GAME, pues lo habitual es que los puntos obtenidos mediante este tipo de programas de fidelización sí que tengan fecha de caducidad. Sea de uno, dos, tres o incluso más años, pero que no sean «para siempre». Y la primera parte del problema es que GAME ha decidido acabar con esta singularidad.