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Análisis

Kia Sportage 2016: en crecimiento

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«Yo no tengo la culpa de ser más grande y fuerte, ni siquiera me entreno» Fezzik, La Princesa Prometida 1987

En el animado mercado de los SUV hay una variable que parece simple pero que en realidad trae de cabeza a los diseñadores y a las marcas y es el tamaño. Al pensar en un vehículo grande, con aspiraciones a todoterreno y en el que el espacio es fundamental pareciera que podría aplicarse la antigua máxima de «caballo grande ande o no ande» pero la verdad es que no es así. Esta es la razón por la que los primeros SUV grandes y torpones han cedido el paso a otras tallas más exitosas, desde SUV pequeños de menos de 4 metros y medio hasta grandes todocaminos.

El equilibrio lo empezó a encontrar Nissan con su exitoso Qashqai, abriendo camino a versiones y modelos de otros fabricantes que poco a poco han ido ajustando sus proporciones para ofrecer habitabilidad y maletero cercanas al SUV japonés. Kia también tiene una larga experiencia en todocaminos y su modelo Sportage, el que más se acerca a las medidas del Qashqai, ha cosechado sus propios éxitos de ventas llegando a ser segundo en ventas en 2015.

Una de las características de las marcas coreanas como Kia es su indudable adaptación al mercado, en este caso europeo, y la evolución que poco a poco están sufriendo sus modelos para competir de tú a tú con marcas más asentadas. Van adaptando el diseño a los gustos de los compradores, el tamaño a sus necesidades e introduciendo tecnología en muchos casos propia de categorías superiores así como refinando las motorizaciones.

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Ficha técnica

Es un trabajo que se ve reflejado perfectamente en la evolución del Sportage, que poco a poco y como hemos visto ha ido subiendo puestos en el ranking de ventas cosechando reconocimientos por parte de especialistas y publicaciones. Y aunque el precio ya no forma parte de las prioridades principales (para introducir buenos materiales y mejores acabados), todo ello sigue estando acompañado de una inversión económica más baja que muchos de sus competidores.

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Por fuera

En nuestra prueba hemos tenido la ocasión de analizar el nuevo modelo 2016 que retoca con acierto algunos aspectos de la generación anterior (que en algunos concesionarios puede adquirirse aún) aunque en realidad se trata de un coche realizado sobre una plataforma nueva, que comparte con el Hyundai Tucson. Y es que exteriormente el nuevo Sportage es reconocible por su silueta aunque se haya aumentado su tamaño.

Sin embargo la parte frontal está totalmente cambiada con unos grupos ópticos elevados y afilados una gran parrilla que le dotan de una personalidad propia de un SUV más grande. Los antinieblas se colocan en dos bloques bajo la línea de la parrilla arropados por las formas curvadas del paragolpes integrado en la carrocería. La parte trasera luce un spoiler y también grupos ópticos elevados que están unidos por una línea roja subrayada por metal cromado dando un toque de elegancia muy interesante.

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Aunque la impresión es que no parece más grande lo cierto es que ha crecido hasta los 4,48 metros frente a los 4,44 de su antecesor. En altura y anchura en cambio apenas cambian las cotas pero en el interior los ingenieros han trabajado para ajustar el traje a medida y competir con ventaja frente a sus rivales. En la parte delantera el espacio es abundante y los asientos cómodos. Además la consola es bastante elevada y no abulta demasiado por lo que encontrarán acomodo hasta los más altos y sus rodillas. Nos han parecido muy acertados los reposacabezas y la rigidez de los asientos que invitan a viajes largos sin demasiadas incomodidades.

Explorando el interior

En la parte trasera el espacio es abundante y aunque algo justas las tres plazas son reales. Aquí también las rodillas no tendrán problemas para los más altos de la familia y tampoco tendrán que hacer sacrificios en cuanto a la altura. Nos ha gustado mucho la luminosidad interior y eso que nuestra unidad no incorporaba techo panorámico que sí es posible pedir como opción. Algunos buenos detalles mejoran la vida de a bordo en la parte de atrás como el reposabrazos con porta botellas, las boquetas de aireación adicionales además de la toma de carga USB y de 12V tradicional accesible para los pasajeros de atrás.

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Los asientos además tienen inclinación ajustable, además de ser reclinables para aumentar el volumen de carga. El maletero, por su parte, es uno de las partes en las que el nuevo Sortage ha ganado enteros, ha mejorado en capacidad hasta los 503 litros creciendo nada menos que 38 litros frente a su antecesor y colocándole entre los más capaces de la categoría. Esto añade valor al modelo para su uso en viajes largos y vacaciones.

El interior del Sportage tiene una apariencia de buena calidad en los materiales, aunque algunos acabados aún necesiten alguna revisión, en general se ha prestado más atención al detalle que en su generación anterior. Los botones y mandos son muy abundantes y permiten acceder de forma sencilla a las principales funciones, aunque a veces su abundancia juegue en contra para encontrar una función concreta. El volante también está cubierto de botones y mandos pero su disposición es bastante racional y no parece fácil accionarlos sin querer como ocurre en algunas ocasiones.

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Tras el volante los indicadores de velocidad y cuentarrevoluciones se resuelven con dos relojes tradicionales, mientras que entre ambos se encuentra una pantalla de información muy legible y de buena calidad. Nos ha gustado tanto su funcionamiento como la facilidad de acceder a sus funciones. En la parte central de la consola por otro lado se encuentra la pantalla de información y multimedia en nuestro caso táctil y de 8 pulgadas, auque la más «pequeña» en opción es ya de 7 pulgadas.

Su disposición  es correcta: en la parte alta y flanqueada por dos grandes boquetas de aireación (que al estar tan centradas dan buen servicio incluso a las plazas de atrás). Más abajo los botones que controlan las funciones del sistema de información y entretenimiento, quizás demasiado alejados de la pantalla pero con acceso a las funciones más utilizadas. Nos ha parecido muy adecuado el diseño de los menús y las funciones, tanto que los ocupantes acabarán por utilizar la campaña táctil prescindiendo de los botones en la mayoría de los casos.

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En marcha

Una vez al volante y con el motor en marcha el Kia demuestra que es un coche con aspiraciones familiares: práctico y confortable. Tuvimos la ocasión de probar la versión 1.6 de gasolina con 132 caballos y unos algo justos 161 Nm para mover los casi 1.400 kilos del todocamino. Se trata de un propulsor del que no podemos esperar muchas alegrías, aunque se demostró sorprendentemente eficaz en ruta y aunque para recuperar o en cuesta arriba era necesario reducir marcha a menudo lo cierto es que en carretera el consumo se mantuvo en cifras bastante razonables, superando por poco los 7 litros.

En terrenos virados y siempre apurando las capacidades del motor el Sportage mostró un comportamiento neutro, más de turismo que de todoterreno y aunque con una dirección no demasiado comunicativa es posible mantener buenos ritmos en recorridos tortuosos sin perder el control en ningún momento. Según la marca se ha aumentado la rigidez y eso contribuye a un buen comportamiento en curva así como el tarado de las suspensiones.

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Pero durante la prueba las sensaciones que transmite el coche es que le gusta la tranquilidad y está diseñado para hacer que la vida de sus ocupantes sea lo más agradable posible. Las suspensiones ayudan a mantener un confort muy alto así como la insonorización, aunque seguramente motores diésel de cilindrada más alta supongan un reto algo más complicado para mantener el silencio a bordo. En el caso del motor de gasolina ni una vibración.

Al circular fuera de la carretera no podemos afrontar aventuras demasiado complicadas ya que la altura el coche desde el suelo no es demasiado elevada. Nuestro modelo de tracción delantera mostró bastante aplomo en pistas de tierra y aunque la suspensión está más pensada para el confort superamos más de un obstáculo sin demasiadas dificultades. Nos sorprendió que la insonorización mantenía el tipo incluso en terrenos abruptos y que tanto el interior como la carrocería no transmitiera crujidos u otros ruidos delatores de malos acoplamientos entre las piezas.

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Ayudas y más ayudas

Una de las características de este nuevo Sportage es la impresionante dotación de sistemas de ayuda a la conducción y de seguridad más habituales en coches de una categoría de precio más alta. Entre otros podemos equipar asistente activo de cambio e carril, aviso de ángulo muerto, sistema de frenado de emergencia con radar además de otros menos enfocados a la seguridad en carretera como el sistema de carga de teléfonos móviles sin cables, la apertura del portón trasero sin manos o cámara de aparcamiento.

Como hemos indicado el sistema de información y entretenimiento así como el navegador disponen de una pantalla de 7 pulgadas (en opción de 8 pulgadas) que nos ha parecido de una calidad muy buena. La pantalla táctil responde de forma rápida y precisa. Los menús son intuitivos y visibles y como hemos apuntado invitan a utilizar la pantalla en vez de los botones que se encuentran bajo la pantalla. El navegador se ha demostrado bastante fiable aún poniéndolo a prueba en rutas con cambios recientes de itinerarios por lo que parece bastante actualizado.

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Ningún problema de conectividad con el teléfono por Bluetooth, tanto para llamadas como para la reproducción multimedia. La calidad de los altavoces es bastante aceptable, ayudada sin duda por la buena insonorización, aunque a volúmenes altos hay cierta tendencia a distorsionar y la acústica en los asientos de atrás no es perfecta. Buena la pantalla que encontramos entre el cuenta revoluciones y el velocímetro, tanto por calidad de imagen como por la claridad de la información mostrada.

Conclusiones

El nuevo Sportage no supone ni mucho menos una revolución, pero si un paso seguro para un SUV destinado sin duda a triunfar. Crece en calidad de acabados, en tamaño, en habitabilidad, en sistemas activos y pasivos de seguridad, confort, insonorización… Crece en sensación de coche importante, de modelo en el que la marca, como así parece ser, pone toda su atención sabiendo que va a ser uno de los exponentes de la calidad y el cuidado que va a aplicar al resto de la gama.

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El Sportage 2016 es un coche importante que da muy buenas sensaciones en carretera y que puede atreverse a alguna excursión fuera de ella (sobre todo si optamos por la opción 4×4). Un coche moderno con multitud de opciones y sistemas que en algunos casos no encontraremos en sus alternativas y mucho menos por un precio tan contenido. Está claro que el Sportage sigue creciendo y que o mucho nos equivocamos o puede dar algún susto a sus rivales.

Notas finales

7Nota

Prestaciones6

Diseño7

Consumo7

Confort8

Sistema de Infoentretenimiento8

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