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El CEO de Intel sale del Consejo de Trump tras los sucesos de Charlottesville

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Consejo de Trump

El CEO de Intel ha anunciado su renuncia al Consejo de Trump, un grupo de asesoramiento creado para modernizar el sector tecnológico y los sistemas de información de Estados Unidos.

La salida de Brian Krzanich viene motivada por la tibia respuesta inicial de Trump ante los sucesos de Charlottesville. Una concentración de neonazis, miembros del Ku Klux Klan, grupos fascistas y supremacistas blancos que se reunieron para protestar por la eliminación de una estatua del general confederado Robert E. Lee y que se saldó con tres muertos, decenas de heridos y un clima de odio racial que recordó los peores pasajes de la historia de Estados Unidos.

Krzanich explica su renuncia por «el grave daño del clima político y la necesidad de hacer frente a los problemas del sector tecnológico estadounidense». Sin nombrar a Trump, el jefe de Intel tomó posición ante los sucesos de Charlottesville: «he dejado claro mi aversión ante la reciente violencia de odio engendrado en Charlottesville y quiero hacer un llamamiento a todos los líderes a condenar la violencia de los supremacistas blancos y los de su clase«.

«Renuncio porque quiero progresar, mientras muchos en Washington parecen más preocupados por atacar a cualquier persona que no está de acuerdo con ellos. Debemos honrar y no atacar a aquellos que han defendido la igualdad y otros valores estadounidenses preciados. Espero que esto cambie y estoy dispuesto a servir a ello»

Más renuncias al Consejo de Trump

El anuncio del CEO de Intel se ha producido unas horas después de la renuncia de otros dos altos ejecutivos que todavía formaban parte de este grupo de asesoramiento, la del CEO y fundador de la firma de ropa deportiva Under Armour, Kevin Plank, y la del CEO del gigante farmacéutico Merck Pharma, Kenneth C. Frazier.

No son los primeros en abandonar. Otros que salieron hace meses fueron el CEO de Uber, Travis Kalanick, que renunció en respuesta a la orden ejecutiva de Trump sobre inmigración y los responsables ejecutivos de Tesla, Elon Musk, y de Disney, Bob Iger, que se retiraron tras la decisión de Trump de incumplir el Acuerdo de París contra el cambio climático.

El Consejo de Trump está virtualmente acabado. No servirá para cumplir los objetivos iniciales (teóricos) como estaba claro desde el principio y seguirá siendo criticado ante la percepción de que la permanencia de los grandes ejecutivos del mundo tecnológico suponen un apoyo tácito a la mayor gloria de Trump y lo que es peor, un aval para sus políticas.

«El sector tecnológico no puede pasar de puntillas»

Más allá del Consejo de Trump, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, ha enviado un correo electrónico a empleados apostando por la «diversidad y la inclusión» ante los sucesos de Charlottesville: «No hay lugar en nuestra sociedad para el prejuicio, la intolerancia y la violencia sin sentido provocada por nacionalistas blancos en Virginia».

También ha habido mensajes de condena en Twitter del CEO de Apple y el de Google, mientras que desde GoDaddy se ha cancelado el soporte al dominio del sitio web supremacista blanco Daily Stormer «por incitar a la violencia». 

Por otro lado, el reverendo Jesse Jackson ha instado a los responsables de otras grandes empresas de tecnología a ponerse en pie, hablar, actuar con principios y ser valientes. «El silencio es una traición… ¿De qué lado estás?», escribe Jackson, seguramente pensando en los que todavía permanecen en el Consejo de Trump como el jefe de Dell, Michael Dell o el de Boeing, Denis Muilenberg, además del CEO de IBM, Ginny Rometty, miembro de otro consejo de Estrategia y Política del presidente.

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