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Noruega a Apple: los usuarios tienen derecho a reparar su iPhone

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Una pequeña firma de reparaciones noruega ha ganado un pleito a Apple en un caso de los conocidos como «derecho a reparar» donde los de Cupertino son líderes negativos.

Apple y el derecho a reparar no tienen cabida en la misma línea. A no ser que las reparaciones las hagan ellos mismos y pagues religiosamente unos costes -a veces- escandalosos. Una consecuencia de que Apple tenga el ecosistema tecnológico más cerrado del mercado, incluyendo la distribución de sus productos o su reparación.

La historia es repetida. Apple impide la venta de componentes oficiales a todas las tiendas que no sean sus asociadas o las propias Apple Store y a la vez, intenta bloquear el uso de piezas alternativas que llegan del mercado chino alegando razones de propiedad intelectual como ha sucedido en este caso. En este escenario, los miles de talleres independientes se quedan fuera de juego como explica el abogado de la tienda denunciada:

«Quieren el monopolio de las reparaciones para poder mantener los precios altos. Por tanto, no quieren vender repuestos a nadie más que a ellos mismos»

Apple persigue judicialmente a las tiendas, en el último caso en Noruega con un equipo de cinco abogados frente al pequeño taller que se atrevió a importar 60 pantallas para reparar los iPhones de sus clientes. Ganó David contra Goliath al estimar el tribunal que la ley noruega “no prohíbe a un reparador importar pantallas móviles de fabricantes asiáticos que sean 100 por ciento compatibles y completamente idénticas a las pantallas propias de Apple, siempre y cuando la marca registrada de Apple no se aplique al producto”. La justicia noruega también señaló la falta de opciones para los pequeños talleres de reparaciones ante la prohibición de Apple de vender componentes oficiales.

Gay Gordon-Byrne, responsable de Repair.org, asegura que “Apple está demostrando ser la imagen mundial del movimiento contra las reparaciones” y recuerda que Apple “no posee” el producto después de haberlo vendido y el cliente tendría que poder decidir donde llevar sus productos a reparar.

El problema es que sin piezas de repuesto (ni oficiales ni oficiosas) no hay reparación posible y al usuario no le queda otro remedio que pasar por una Apple Store o las contadas «tiendas autorizadas» donde el alto precio es el protagonista de este gran negocio donde el cliente no tiene realmente derecho a reparar su iPhone.

Apple ha sido demandado en varias ocasiones por bloquear reparaciones de terceros y ha sido criticado (como otras tecnológicas) por el mayor interés en vender nuevos productos y no en reparar, muestra de la criticada obsolescencia programada. ¿Recuerdas cuando los procesadores de los iPhones reducían su velocidad a medida que las baterías acumulaban meses de uso e iban perdiendo su capacidad original?

Más información | Vice

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