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El Europarlamento aprueba la nueva Directiva sobre derechos autor

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A mediados de año informamos sobre la tramitación por parte de las instituciones de la Unión Europa de una nueva Directiva en materia de derechos de autor, la cual, a pesar de estar envuelta en bonitas palabras y aparentemente buenas intenciones, podría terminar imponiendo unas fuertes restricciones que convertirían al espacio comunitario en la segunda gran área geográfica en tener una “Gran Muralla”.

La raíz de toda la polémica está en dos artículos de la Directiva: la 13 y la 11. La primera es la que más preocupa, ya que a través de ella se impondrían filtros automatizados en los servicios de Internet que impedirían la subida de contenidos que presuntamente violen los derechos de autor, abarcando no solo servicios de vídeo como YouTube, sino también de repositorios de código como GitHub.

Muchas voces han salido al paso diciendo que a día de hoy los “robots” que se quieren implementar no son lo suficientemente “inteligentes”, y que esto podría derivar en la prohibición de memes, remezclas y otros contenidos generados por los usuarios. De hecho, la misma Blender Foundation llegó a recordar un caso de falso positivo en YouTube que la perjudicó.

Pero no solo en materia de libertad de expresión podría afectar el Artículo 13 de la Directiva, sino que también existe la posibilidad de que repercuta de forma negativa en la economía de la Unión Europea al penalizarse los nuevos modelos frente a otros que muestran resistencia a los cambios. Esto haría que muchos desarrollos de software, sobre todo software libre y Open Source, se fuera de la Unión Europea buscando un marco más cómodo para continuar con su actividad.

Sobre el Artículo 11, es básicamente un “link tax” (impuesto por enlazar) que se intenta implementar a nivel comunitario, teniendo mucho parecido con la vulgarmente conocida como “Tasa Google”. Resumiendo, se trata de que las plataformas online paguen una tasa por enlazar a los editores de noticias y permitir a estas últimas obtener unos ingresos que les permitan ser sostenibles. Lo peor es que ni siquiera se definió en su momento qué es un enlace ni pone claras las restricciones, pudiendo dejar en una posición de vulnerabilidad a las pequeñas empresas y dando poder a los políticos para que puedan determinar qué noticias son difundidas y cuáles no. En otras palabras, se convertiría Internet es una especie de oligopolio dominado por los gigantes de Internet y las autoridades de la Unión Europea.

¿Hasta qué punto entregaría esta Directiva Internet a los gigantes? Google gasta actualmente más de 60 millones de dólares en el sistema de identificación de contenidos que aplica en YouTube. Obviamente, para el gigante de Mountain View esto una inversión pequeña, sin embargo, es una cantidad inasumible para muchas pequeñas y medianas plataformas, que ante esta situación se verían obligadas a cerrar o dejar de operar en la Unión Europea.

Las muchas quejas y las campañas en contra de la Directiva y sobre todo de los artículos 11 y 13 terminaron haciendo que el Parlamento Europeo la tumbara. Sin embargo, aquello fue una victoria temporal para los defensores de una Internet libre.

Hoy se podría dar luz verde a la Directiva

Hoy, miércoles 12 de septiembre de 2018, se podría terminar dando luz verde por parte del Parlamento Europeo a la nueva Directiva sobre derechos de autor. Sin embargo, parece que ya ha recibido algunos recortes frente a la propuesta original, aunque el nuevo borrador sigue generando muchas susceptibilidades.

Axel Voss, eurodiputado alemán del Partido Popular Europeo y ponente del primer borrador presentado en la Eurocámara (y por lo tanto defensor de la Directiva tal y como fue concebida originalmente), ha decidido retirar del Artículo 13 el concepto “filtros de contenidos”, que fue el gran foco de las críticas por parte de los defensores de una Internet libre.

Pero a pesar de este matiz, parece que los filtros de contenidos podrían terminar aplicándose para impedir la subida de contenidos por parte de los usuarios a plataformas que no cumplen con los requisitos. Dichos requisitos serían, básicamente, tener que comprarle un software a algunos de los gigantes tecnológicos o bien adquirir los propios derechos de autor para poder reproducir una obra protegida.

Hoy se votarán más de 200 enmiendas al texto hasta que se consiga una mayoría. Se podría presentar alternativas en el proceso y se verá si se abre la puerta a la posibilidad de establecer una ”tasa Google” a nivel comunitario, cosa que ya se ha pasado en España y Alemania con resultados bastante pobres para los medios partidarios de la medida.

Existe bastante igualdad en el Europarlamento entre los partidarios y los contrarios a la Directiva, por lo que se puede esperar cualquier resultado.

[Actualización: 12-09-2018 a las 15:30]

El Parlamento Europeo ha dado luz verde a la nueva Directiva sobre derechos de autor con 438 votos a favor y 226 en contra. Sin embargo, esto no supone la entrada en vigor inmediata de la directiva, sino que la decisión tomada hoy estará sujeta a más negociaciones entre políticos y los estados miembros, con una votación final que se hará en el mismo parlamento en enero del año que viene.

Al tratarse de una Directiva, su aplicación no es directa como en un Reglamento, como es el caso del GDPR, sino que los países miembros de la Unión Europea pueden interpretar la Directiva como crean conveniente. Pese a todo, posiblemente estemos ante el fin de Internet tal y como lo hemos conocido hasta ahora.

Fuentes: ArsTechnica y eldiario.es

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