Noticias
The Last of Us Part II necesita un programador con experiencia en DirectX 12 y Vulkan
Una oferta de trabajo publicada por Naughty Dog y centrada en The Last of Us Part II ha hecho saltar todas las alarmas sobre su posible lanzamiento en PC. Antes de nada os pongo en situación, recientemente hemos visto una noticia que apunta al lanzamiento de exclusivos del calibre de Horizon Zero Dawn en PC, y posteriormente aparecieron otras informaciones que sugerían un abandono gradual de la actual política de juegos exclusivos de Sony en PlayStation.
Si a todo eso unimos la oferta de trabajo de Naughty Dog, en la que buscan a un programador con experiencia en arquitecturas gráficas de AMD y de NVIDIA, y también en APIs como DirectX 12 y Vulkan, tenemos un cóctel explosivo que nos lleva a pensar que The Last of Us Part II puede llegar a PC, y si esto ocurre no hay razón para que las restantes exclusivas de PS4, y también las de PS5, acaben llegando a compatibles.
Es importante tener presente que esto no equivale a una confirmación directa de que The Last of Us Part II vaya a llegar a PC, pero si encajamos todas las piezas que hemos dado la única conclusión que tiene sentido es precisamente esa. Hasta aquí todo bien, ¿pero por qué querría Sony llevar sus franquicias estrella a compatibles? Tiene una explicación, aunque lo parezca, y es bastante sensata.
The Last of Us Part II podría marcar un importante cambio de aires
Microsoft fue la primera en darse cuenta de que las exclusivas no terminan de rentabilizarse como esperaban. Desarrollar un juego triple A exclusivo requiere de una importante inversión económica, y limitarlo a una plataforma en concreto supone restringir en gran medida la cantidad de usuarios a los que puedes llegar, una realidad que puede afectar negativamente a las ventas.
Lanzar un juego como exclusiva temporal en una plataforma ayuda a generar interés, y su llegada a otro sistema en un plazo determinado (seis meses, un año, étc) puede ayudar a dar un segundo impulso a las ventas, mejorando la rentabilidad y los ingresos obtenidos. Microsoft ha sido consciente de ello, y también de sus propios intereses en el sector PC (Windows 10), y por ello ha sabido jugar sus cartas con los exclusivos de Xbox.
En su momento la compañía de Redmond confirmó que los juegos de Xbox desarrollados por sus estudios llegarán a PC, pero no a PS4. Ahí es donde está la clave, en ampliar fronteras para llegar a un mayor número de usuarios e impulsar las ventas, pero sin dar ventaja al enemigo.
La llegada de The Last of Us Part II a PC seguiría ese mismo enfoque, es decir, podría debutar más tarde en compatibles para dar prioridad a PS4, pero nunca llegará a Xbox One. La competencia está, por tanto, entre las consolas, pero no entre estas y el PC.
Nintendo juega en otra liga y va por libre
La gran excepción a esa tendencia es Nintendo, y es perfectamente comprensible. La compañía japonesa tiene en sus franquicias exclusivas un pilar clave para el éxito de sus consolas. ¿Crees que exagerado? Vale, ¿piensas que Nintendo Switch habría tenido el mismo éxito sin exclusivas como The Legend of Zelda: Breath of the Wild o Super Mario Odyssey? La pregunta se responde sola.
Nintendo mantendrá sus títulos exclusivos limitados a sus consolas, es decir, no llegarán ni siquiera a PC, al menos a corto y medio plazo. En este sentido hay que tener en cuenta que cada compañía adapta su estrategia a sus necesidades concretas, y a los éxitos y fracaso que logra en cada generación, así que es imposible descartar que la gran N acabe cambiando de parecer en algún momento.
De nuevo tenemos dos precedentes que apoyan esta idea, NES Mini Classic y Super Nintendo Mini Classic. Ambas consolas rompieron la tradición de Nintendo de limitar la distribución de sus juegos clásicos a las tiendas virtuales de sus consolas «grandes», pero fueron una estrategia puntual con la que la compañía quiso mejorar los resultados financieros tras el fracaso de Wii U.
Cuando Nintendo Switch se convirtió en un éxito esa estrategia fue abandonada y los clásicos volvieron a la tienda virtual de la gran N.