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Nuestros lectores opinan: ¿alquilar o comprar tecnología?

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Los ciclos de renovación que afronta la tecnología en general se han reducido de forma exponencial en muchos sectores, una realidad que ha hecho que cada vez sea más complicado (y más caro) estar verdaderamente a la última.

Para entender esto solo tenemos que mirar, por ejemplo, a lo que ocurre en el sector smartphone. La mayoría de los gigantes de dicho sector lanzar nuevos terminales cada año, aunque algunos como OnePlus se atrevieron a renovar en ciclos todavía más cortos (seis meses). Esto implica que muchos usuarios ven como su terminal tope de gama queda «obsoleto» en apenas un año, y en muchos casos deja de recibir actualizaciones en tan solo dos años.

Estoy seguro de que a más de uno de nuestros lectores le habrá venido a la cabeza la idea de la obsolescencia programada, y sí, en parte nos encontramos ante este importante problema, pero también hay que reconocer que el mundo de la tecnología avanza cada vez más rápido, y que gracias a ello es posible lanzar nuevos dispositivos, nuevos productos y nuevos equipos en plazos cada vez más cortos.

Tecnología a la última: ¿es mejor comprar o alquilar?

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La reducción de los ciclos de renovación ha impulsado la popularidad de lo que se conoce como «hardware como servicio», o «dispositivo como servicio», traducido del inglés «device as a service». Esta idea gira en torno a un concepto muy sencillo, ofrecer al usuario la posibilidad de alquilar la tecnología que necesita, y mejorar su atractivo añadiendo servicios de soporte y de asistencia.

Así, en lugar de comprar un PC puedes alquilar un PC, y lo mismo aplica al sector smartphone, de hecho Samsung ha lanzado recientemente en Alemania un programa de alquiler que permite disfrutar de un Galaxy S20 FE por 59,90 euros al mes, una cuota que se reduce a los 49,90 euros si contratamos un alquiler mínimo de 3 meses.

El modelo de alquiler de tecnología tienes sus ventajas, ya que reducen la inversión necesaria para poder utilizar un equipamiento determinado, ofrece una mayor flexibilidad ante los cambios que se produzcan en las necesidades del usuario, y nos permite dejar de alquilar un dispositivo o producto concreto para pasar a alquilar la versión superior o más actual tan pronto como esté a la venta. Nos permite estar a la última con una inversión menor, y de una manera más sencilla.

Sin embargo, también tiene sus desventajas, y es que al final no somos el propietario de ese producto o dispositivo, es decir, «no tenemos nada». Para un usuario normal, creo que el modelo de compra es, en la mayoría de los casos, la mejor opción, ya que no tenemos una necesidad tan marcada de renovar o de cambiar, y cuando decidamos hacerlo podremos recuperar parte de nuestra inversión vendiendo nuestros «viejos» dispositivos.

Para una empresa la cosa cambia, y depende en gran medida de sus particularidades y de sus necesidades. El modelo de dispositivo como servicio puede ser la única opción viable para empresas con una gran dependencia de la tecnología, no solo por ese menor coste de acceso, sino también porque el soporte y la asistencia que incluye este servicio ayuda a reducir la carga que debe soportar el departamento de TI.

A título personal lo tengo claro, prefiero comprar y renovar con menor frecuencia a tener que asumir una cuota mensual que, en muchos casos, me hará pagar en apenas unos meses casi lo mismo que me habría costado comprar el producto. Ahora os toca a vosotros, ¿comprar o alquilar tecnología? Los comentarios son vuestros.

Editor de la publicación on-line líder en audiencia dentro de la información tecnológica para profesionales. Al día de todas las tecnologías que pueden marcar tendencia en la industria.

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