Noticias
La Estación Espacial Internacional tuvo que cambiar su rumbo por la basura espacial
La Estación Espacial Internacional es, a día de hoy, una de las mayores pruebas del ingenio y el talento que puede demostrar el ser humano. Parece mentira, pero ya son más de 20 los años en los que la colosal infraestructura orbita sobre la Tierra, siempre con tripulantes en su interior. No es exactamente el tipo de conquista del espacio con el que soñamos muchos en nuestra infancia, pero sí que resulta digno de admiración, y un ejemplo a seguir.
Aunque ya tiene una edad y, de manera cada vez más frecuente se aborda la conversación sobre el fin de su vida útil, de momento la Estación Espacial Internacional sigue prestando un gran servicio y siendo una instalación de lo más necesaria. Y la prueba más clara de ello la tenemos en que, ahora que todavía está activa y operativa, ya hay planes sobre la estación que la sustituirá llegado el momento, y con la que al menos durante un tiempo compartirá órbita sobre nuestro planeta.
Sin embargo, para llegar a completar su vida útil la estación tiene que enfrentarse a múltiples amenazas y riesgos, y uno de los crecientes en estos últimos tiempos es el de la basura espacial. El último ejemplo de ello lo tuvimos hace solo unos días, cuando la Estación Espacial Internacional tuvo que activar sus propulsores para realizar un cambio en su órbita, con el fin de evitar un fragmento de basura espacial que podría haber colisionado con ella, con todos los riesgos que esto supone.
El objeto en cuestión era una pieza de los escombros generados por la destrucción del satélite meteorológico chino Fengyun-1C, en el contexto de las pruebas de un misil anti satélite. A consecuencia de dicha detonación se crearon más de 3.500 piezas de basura espacial, más de 3.500 proyectiles en órbita alrededor de la Tierra a más de 35.000 kilómetros por hora. Y fue uno de esos fragmentos lo que obligó a activar los propulsores de la nave Russian Progress para cambiar la velocidad de la Estación Espacial Internacional en 0,7 metros por segundo y aumentar su altura orbital en aproximadamente 0,7 millas.
Hablamos, sí, de una leve corrección, que además se pudo llevar a cabo sin problemas y que evitó cualquier riesgo para la Estación Espacial Internacional. El problema es que la frecuencia con la que este tipo de maniobras elusivas se tienen que llevar a cabo parece tener un curso ascendente. A lo largo de toda su historia, sus más de 20 años de servicio, la estación ha tenido que realizar 30 maniobras de este tipo por la misma razón, tres de las cuales se concentraron en 2020.
Sé que Gravity, del brillante director mexicano Alfonso Cuarón, tiene algunos «fallos» (necesarios, por otra parte, para que la historia funcione). Sin embargo, creo que fue una excelente aproximación para que millones de personas en todo el mundo llegarán a entender el problema de la basura espacial. Un problema que hoy amenaza a la Estación Espacial Internacional, pero que con el boom de los satélites de acceso a Internet, puede tener consecuencias mucho peores, al punto de que un accidente con reacción en cadena podría llegar a impedirnos los vuelos espaciales durante mucho, mucho tiempo.
Con información de ScienceAlert
-
PrácticosHace 2 días
Cómo acelerar el arranque de Windows sin usar software externo
-
NoticiasHace 6 días
El Galaxy S25 llegará en dos versiones, una más potente y otra más lenta
-
PrácticosHace 1 día
Cómo usar WhatsApp en el escritorio con la aplicación UWP nativa
-
A FondoHace 7 días
OpenAI anuncia OpenAI o1 y ChatGPT Pro. ¿Qué son?