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Evernote pone el penúltimo clavo en el ataúd de las cuentas gratuitas

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Hubo un tiempo en el que Evernote era sinónimo de productividad, de vanguardia en lo que a aplicaciones de organización se refiere. Pero ha llovido mucho desde entonces y aunque el servicio sigue ahí, a día de hoy no es el elefante, sino el mamut de las aplicaciones de notas, un animal que no ha sabido evolucionar como corresponde y que parece más propenso a la extinción que a volver a dar alguna sorpresa… para bien, se entiende.

Que su propuesta no ha gozado del favor de los tiempos se ha evidenciado en el declive de popularidad experimentado por la aplicación en prácticamente todo los ránkings que se hacen cada año en los medios especializados en este tipo de herramientas. Rara vez aparece ya Evernote y cuando lo hace es más a modo de referencia, que de recomendación. Se podría decir que alternativas como Notion y similares le han «comido la tostada», aunque  su valor como herramienta se mantiene.

Pero si hay un indicativo claro de que Evernote vivió días mejores a nivel de popularidad, es el sucesivo aumento de precio de sus planes de pago, así como el recorte de características en el plan gratuito. Y es que un negocio que va bien no suele hacer esas cosas. Tras unos años más o menos sin cambios, la compañía fue adquirida por la italiana Bending Spoons a principios de 2023, anunciando a mediados una subida de precios de locura.

Así, el plan Profesional, el más completo que ofrece el servicio pasó de costar 69,99 a 129,99 euros anuales. A su vez, existe un plan inferior, el personal, que cuesta 99,99 euros anuales (el precio es igual en dólares y al ser pago anual supone un descuento de casi el 30% con respecto al pago mensual). O sea, que ni pagando 100 euros al año puedes disponer de todas las características de Evernote… y las hay tan básicas como poder exportar notas en formato PDF.

Por supuesto, si se aprieta a los usuarios de pago, aquellos que utilizan gratis Evernote no iban a ser menos… o más, según se mire. De hecho, hace años que el pan gratuito de Evernote es poco más que un modo de probar la plataforma, pues el límite de sincronización para dos dispositivos ya dejó patente que quien no paga, no es bienvenido. Es obvio que el que paga merece más caso, y la cantidad de limitaciones de los usuarios del plan gratuito así lo demuestra. Sin embargo, el capado es tan brutal que se empieza a ver extraño que ofrezcan si quiera un plan gratuito.

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Así es como llegamos al penúltimo clavo en el ataúd de las cuentas gratuitas de Evernote, anunciado hace un par de semanas y puesto en práctica la presente: límite de 50 notas y 1 cuaderno para las cuentas gratuitas. Quienes se encuentren en esta situación y tengan más notas no las perderán, podrán conservarlas, incluyendo la capacidad de edición; pero no podrán añadir nuevas si se ha alcanzado el límite. Lo común en estos casos.

¿Cuál es el problema? Son más de uno, en realidad. Es posible que haya usuarios a los que satisfagan las condiciones del plan gratuito de Evernote, pero con un límite tan ajustado y el grueso de las funciones capadas, hay alternativas gratuitas que le dan cien vueltas. Y si hablamos de pagar… El precio de la suscripción personal de Evernote cuesta lo mismo que el plan Microsoft 365 Familia (el personal cuesta 69 euros al año) para seis personas y con un ecosistema de aplicaciones que le dan tres vueltas.

Menciono la oferta de Microsoft en específico porque es de las más completas y, sobre todo, porque OneNote forma parte de ella. Puedes que en una comparativa de características entre Evernote y OneNote no haya una paridad plena, por lo que dependerá de cada usuario elegir la que más le convenga. Dicho lo cual, OneNoteestá por encima de Evernote en algunas cosas -y viceversa, sí- y cualquiera con una cuenta de Microsoft puede utilizarla gratis y sin limitaciones, salvo por el espacio de almacenamiento disponible.

Evernote ha puesto el penúltimo clavo en el ataúd de las cuentas gratuitas, sí, pero también ha levantado aún más la barrera de fidelización para con los usuarios que no pagan, pero que con el tiempo y la acumulación de contenidos podrían llegar a convertirse en clientes. Por otro lado, quizás limitar el número de notas tuviera sentido, de permitir libre acceso a las funciones que ahora se reservan a los usuarios de pago, ofreciendo así un «modo de prueba» completo. Pero ni lo uno, ni lo otro.

Que no sea por alternativas, claro. Es cierto que Microsoft OneNote es la mas equilibrada para hacer una comparación, pero cabe reiterar que dependerá de las necesidades de cada cual. El desafío para quienes tengan mucho material acumulado en Evernote será la migración, pero son muchas las aplicaciones que permiten realizar el proceso, incluyendo OneNote. No obstante, te recomiendo echar primero un vistazo Joplin, una alternativa de código abierto que te sorprenderá.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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