Ghost Recon Wildlands, análisis (PC)

Ghost Recon Wildlands es el nuevo título de Ubisoft, que sigue apostando fuerte por el esquema del cooperativo de cuatro jugadores y que lanza un nuevo título dentro de un género casi propio de la empresa francesa; «el sandbox de Ubisoft».

Gráficamente el juego es espectacular, con unos paisajes que quitan el hipo, excelente dirección artística y buenos efectos de iluminación. Creo que haber escogido como localización Bolivia, demandas absurdas aparte, es todo un acierto por su riqueza visual. Miles de kilómetros cuadrados repletos de contenido para disfrutar de nuestras incursiones.

Historia y narrativa

La historia aunque clásica, está bien construida. Nos encontramos en Bolivia, donde el cártel de la droga de Santa Blanca ha consolidado un tremendo poder, hasta convertir el país en un Narco-Estado. El gobierno tiene las manos atadas y hay una especie de pacto de no agresión tenso entre estos y el cártel que funciona a través de una relación mafiosa y corrupta. En medio de todo esto, un movimiento campesino revolucionario comunista, cansados del yugo y los abusos del cártel, está tomando fuerza y reuniendo adeptos. Un buen día Santa Blanca va demasiado lejos y pone una bomba en la embajada de EEUU y ocurre lo que esperaríamos, se envía una fuerza liderada por una agente secreto y un equipo de combate encubierto y clasificado, los Ghost, a los que encarnaremos.

Aun siendo una historia tan clásica y cargada de clichés, he de decir que la narrativa está bien construida. Sobre el terreno estamos solos y no somos reconocidos oficialmente por el gobierno estadounidense y debemos mantener una alianza de conveniencia con los campesinos rebeldes y buscarnos nosotros mismos los métodos de procedimiento. El objetivo es derrotar a “El Sueño”, el enigmático y terrorífico jefe del cártel, que se cree un mesías de la religión de la Santa Muerte.

Nuestro objetivo será destruir su organización desde la base hasta la cima acabando con sus cuatro pilares fundamentales: Producción, Seguridad, Religión y Relaciones públicas. Como veis, una historia típica, pero muy bien construida.

Jugabilidad y mecánicas

Una de las claves por la que su narrativa es tan buena es que casa muy bien con su jugabilidad, aunque tiene algunos peros. Eso sí, nada que ver con lo que muchos esperaban sobre que este juego se parecería a The División, tiene su propio código aunque no invente nada.

El juego es en tercera persona, cambiando a primera persona al apuntar aunque pudiendo alternar a gusto si queremos apuntar en primera y tercera persona. Coberturas, drones de reconocimiento, campamentos, vehículos variados, capacidad para afrontar situaciones de formas variadas, resumiendo, todas las cosas que esperarías de un sandbox y con uno de los mapas más grandes que he visto.

Con todo ello, para mi lo mejor es jugarlo con amigos, ya que la IA como aliada, deja mucho que desear. Pero si lo juegas con amigos puedes vivir una experiencia genial, y como recomendación personal, jugarlo en dificultad extrema, es como más se disfruta, tiene un equilibrio de exigencia fenomenal y te obliga a jugar con una actitud mucho más cuidada y pasando desapercibido, que es lo que se supone que quiere ser el juego.

Quizás es que soy muy fan de la saga ARMA y me gusta mucho el juego táctico, pero si te metes en el papel, resolver las situaciones con tus amigos de ese modo es tremendamente satisfactorio y divertido.

Conclusiones

Ghost Recon Wildlands es un juego muy recomendable si os gustan los shooters militares que den libertad táctica y si tenéis amigos para jugarlo. La historia es muy sólida para lo arquetípica que es, me esperaba bastante menos y me ha sorprendido. El entorno es visualmente increíble y un terreno de juego genial, y mecánicamente funciona bien. Yo y la gente con la que juego lo estamos disfrutando muchísimo y tiene horas y horas de diversión. Y de verdad, os recomiendo jugarlo en dificultad extrema e intentar meteros en el papel.