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Análisis

Skoda Scout, apertura

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«Siempre he pensado que era mejor ser alguien falso que un don nadie de verdad», Tom Ripley (El Talento de Mr Ripley, 1999)

No me has logrado convencer pero sí que has llamado mi atencíon. Desde que acepté tu primer mensaje esta situación me ha parecido intrigante. ¿Lo recuerdas? Decías «asómate a la ventana, ahora estás mirando al mismo cielo al que miro yo». Lograste convencerme de que no querías ligar conmigo. Logré convencerte de que en el fondo no soy una persona con la que la gente busca ligar. Eso es, ahora mismo prefiero que no me contestes. Mira tu reloj, vas a dejarme escribir por lo menos otros cinco minutos sin que escribas tu nada. No quiero que me interrumpas. Tendré tiempo de sobra para escribir lo que tengo que escribir. Y no, no voy a grabarte mensajes de voz. Te lo dije ya el segundo día, cuando me pillaste en el autobús ¿recuerdas? Querías saber cómo sonaba el autobús. Pero yo no grabo audios. Y odio mi voz.

El misterio es quién te ha podido decir que tengo intención de hacer lo que quiero hacer. No se lo he contado a nadie. Pero tú lo sabías. No solamente sabías lo que iba a hacer. Conocías todos mis planes. Eso sí, me lo soltaste poco a poco. Muy astuto, me doy cuenta que si no lo hubieras hecho así me hubiera asustado. Te hubiera bloqueado. ¡Para! Veo que estás escribiendo, pues borra. Así ;-). No han pasado los cinco minutos. Eso está mejor. Pues como te decía no me has convencido. Mañana seguiré con mi plan. Bueno, cuando terminen estos cinco minutos tendrás una última oportunidad hasta mañana a las ocho diecisiete. A partir de entonces se acabó nosotros y se acabó todos los demás. Te toca…

El del Skoda Scout es uno de esos casos en los que aparentemente puede definirse como una crisis de identidad. Como hemos mencionado quizás demasiadas veces, el mercado automovilístico actualmente se alimenta en gran parte de un tipo de automóvil que deja perplejos: el SUV, un derivado de los adustos todoterrenos reservados para los caminos más difíciles con interiores espartanos y pocas concesiones al diseño que se ha convertido en la elección preferida tanto para circular por ciudad como por carretera dejando a un lado la eficiencia para abrazar el espacio y cierta practicidad.

Ficha técnica

Esto ha hecho que los caminos embarrados se encuentren en parte huérfanos de vehículos que afronten sus desafíos ya que los SUV, estos todoterrenos domesticados, no suelen tener capacidades suficientes para aventurarse con solvencia por terrenos accidentados. Y en ese espacio parcialmente abandonado es donde se encuadra el Skoda Scout. Se trata de un coche basado en el Octavia Combi con tracción total y una altura al suelo más elevada de lo habitual que ofrece en su identidad de ranchera familiar la posibilidad de desafiar a los todoterreno en su propio campo de batalla mirando a los civilizados SUV por encima del hombro.

Exteriormente el Scout se distingue del Octavia normal casi exclusivamente por los protectores de plástico que se ubican en la parte frontal y en la posterior y las molduras también protectoras de los lados. Los otros cambios son imperceptibles a simple vista como los 30 milímetros de aumento de altura con respecto al modelo normal o el aumento de anchura del eje trasero. En realidad inmersos en el tráfico urbano o circulando por autopista el Scout puede pasar totalmente desapercibido hasta que no salgamos del asfalto para demostrar todo lo que el Scout es capaz de ofrecer.

La familia Scout

En MuyComputer ya tuvimos ocasión de probar otro elemento de la familia Scout derivado del Fabia con una filosofía muy similar. El resto de elementos estéticos exteriores son los mismos que encontramos en el Octavia Combi que probamos. En realidad se trata de una categoría, el de los turismos con aspiraciones todoterreno, que no está muy poblado pero que puede ser muy interesante tanto para personas que realicen esas salidas del asfalto de tanto en tanto como aquellas que vivan en zonas con carreteras difíciles o con condiciones metereológicas complicadas que pueden complicar la vida a un turismo normal.

En el interior el Scout es prácticamente idéntico al del Octavia, con algunos detalles que revelan de qué coche se trata con el logo Scout bordado en los respaldos de los asientos. El resto es idéntico al Octavia, con amplio espacio para los ocupantes y buenos acabados. El sistema de infotainment también es el del Octavia con todas las ventajas que esto supone. En nuestro caso hemos dispuesto de un sistema con pantalla de 9,2 pulgadas con todas las bondades que encontramos en el Octavia Combi.

El acabado del Scout de base incluye muchas funciones de serie como faros led tanto para la iluminación de carretera como de posición con función adaptativa, llantas de aleación de diseño exclusivo con tamaño de 17 pulgadas, asientos delanteros con calefacción y el sistema multimedia que hemos descrito. Lo acompañan los sistemas de seguridad pasiva y de control de crucero avanzadas del grupo que completan un conjunto realmente avanzado. Como opción sistemas adicionales como la alerta de tráfico cruzado o de maniobra con remolque que también hemos visto en otros modelos VolksWagen.

Gran maletero

El maletero está en línea con lo que ofrece la versión ranchera del Octavia, con un espacio realmente notable de 610 litros, que es posible ampliar abatiendo los asientos para tener el espacio equivalente a lo que podríamos almacenar en una pequeña furgoneta. Como pasa con el modelo de asfalto el maletero dispone de soluciones prácticas como elementos de fijación, doble fondo, huecos en las paredes laterales, ganchos metálicos… Además la forma es muy regular lo que favorece el reparto del espacio para los bultos que tengamos que transportar. El portón por otro lado puede ser de tipo automático accionable con un sensor.

En esta ocasión hemos probado el Scout con la motorización de dos litros diésel que rinde 184 caballos y 380 Nm de par, unas cifras que parecen ideales para el desempeño del scout dentro y fuera del asfalto. Al volante del Scout lo primero que notamos es el buen tacto que proporciona el cambio DSG. Nos ha parecido muy versátil e inteligente, aportando la marcha adecuada en cualquier situación. El motor también tiene un tacto agradable, responde suavemente pero con mucha decisión desde muy abajo en el rango de revoluciones por minuto y estira lo suficiente como para divertirse si es necesario.

Para trepar mejor…

Es un probadismo propulsor capaz de mover el Scout con mucha soltura y una respuesta propia de un coche de mucho menos peso. En curva es incluso algo más torpón que el Octavia Combi, un coche de ese volumen y esa longitud lo tiene difícil de todas formas. Por otro lado se nota el tarado de suspensiones y amortiguadores aunque no demasiado por lo que en ruta en autovía la sensación es prácticamente la misma que con la versión normal. Se pueden hacer muchos kilómetros confortablemente sin notar que estamos al volante de un coche preparado para el todoterreno.

Hay que decir para ser totalmente sinceros que el Scout no puede competir con un todoterreno puro fuera del asfalto. Es más bien un todocamino con características suficientes para circular por carreteras en casi cualquier estado. La altura aumentada con respecto al suelo, fruto de nuevas ruedas y muelles de las suspensiones se une al sistema de control de descenso de pendientes, que permite controlar automáticamente la velocidad cuando afrontamos el descenso de una cuesta pronunciada, y la configuración Off Road que interviene en distintos elementos para evitar que el coche patine actuando en el cambio, el control de tracción, el sistema de tracción integral o cómo entrega la potencia el motor.

El resultado es muy positivo. Siempre que tengamos la cabeza fría y no intentemos hazañas imposibles (como vadear cursos de agua profundos) podemos atrevernos con excursiones fuera de la carretera sin problemas, incluso si las irregularidades no son demasiado pronunciadas con cierto confort. Probado en terrenos resbaladizos como barro y asfalto muy mojado el Scout no ha titubeado en ningún momento y permite conducir con despreocupación aumentando mucho la capacidad de diversión al internarnos con él en terrenos menos civilizados. De lo único que tendremos que preocuparnos es del manguerazo al final de la excursión…

Conclusiones

El Scout abre un nuevo abanico de posibilidades de uso a un modelo que ya de por sí podríamos considerar como uno de los coches más versátiles y prácticos del mercado. Mantiene esa mezcla ganadora de excelente habitabilidad y capacidad del maletero con mecánica muy probada y eficaz aportando la posibilidad de llevar toda esta practicidad fuera del asfalto. No se trata de un todoterreno pero es un vehículo ideal para malas carreteras combinando las soluciones propias de un todoterreno (no todas) con las excelentes ayudas a la conducción y sistemas de seguridad activa que aporta la marca.

El resultado final es un coche muy divertido, con una motorización que permite alegrías tanto en carretera como fuera de ella todo ello con gran comodidad. No puede competir con los SUV en cuanto a espacio, visibilidad y otros factores pero no se queda muy lejos en ningún apartado y se comporta mejor fuera del asfalto que muchos de ellos. No se trata de un coche para «todos los públicos» porque si no necesitamos salir de la carretera un Octavia normal es mejor solución, pero como redondeo de la gama que ofrece Skoda y dado que la diferencia de precio no es una locura nos parece una opción más que interesante para quien lo necesite.

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7.7 NOTA
NOS GUSTA
Buenas capacidades fuera del asfalto
Gran habitabilidad y capacidad del maletero
A MEJORAR
Algo torpe en carreteras viradas
RESUMEN
Una posible alternativa para los SUV con capacidad de salir fuera del asfalto y circular en condiciones adverdas
Prestaciones8
Diseño7
Consumo7.5
Confort8
Sistema de infoentretenimiento8

 

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