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Crece la presión sobre Huawei, sin microSD, Toshiba y operadoras

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HongMeng OS

La presión sobre Huawei sigue aumentando. Si pensábamos que el bloqueo de Google podía ser lo peor por su repercusión en el uso de Android, el posterior veto de ARM la pone literalmente contra las cuerdas si definitivamente no puede usar las licencias de la empresa británica (algunas con tecnologías estadounidense y de ahí el veto) para que su firma HiSilicon pueda fabricar los chipsets Kirin.

El goteo de anuncios de compañías que están abandonando las relaciones comerciales con Huawei no ha dejado de crecer desde la orden de Trump y aunque sigamos sin conocer pruebas públicas que sustenten las acusaciones para emitirla. A pesar de la prórroga de 90 días para el bloqueo, el daño para Huawei es inmenso y ya está hecho aunque llegue posteriormente el acuerdo comercial entre Estados Unidos y China.

Más presión sobre Huawei

El último veto que nos llega también es relevante y habla de la exclusión de Huawei del listado de miembros de la SD Association. Es el grupo industrial que mantiene y desarrolla la norma de tarjetas de memoria de almacenamiento extraíbles usadas en millones de dispositivos y especialmente en móviles inteligentes. Aunque hay fabricantes que ya no las incluyen (como Apple), su importancia es vital para aumentar la capacidad de almacenamiento interno.

Si definitivamente no forma parte de la SD Association (falta confirmación oficial más allá de su exclusión en el listado de miembros), Huawei no tendría acceso a las licencias que permiten el uso de todo el grupo de tarjetas de memoria. La firma china (y su marca Honor) usan microSD en la mayoría de su catálogo de móviles. Algunos modelos como P30 usan otro tipo de tarjetas, pero no será fácil ponerse al día y, además, la compañía se quedaría sin acceso a las nuevas MicroSD Express que van a revolucionar esta norma de almacenamiento.

presión sobre Huawei

Otro de los vetos ha llegado de Toshiba. El grupo japonés interrumpe el envío de componentes electrónicos a la firma china para cumplir con la orden de la administración Trump. Según Nikkei, Toshiba ha suministrado en el pasado a Huawei discos duros, semiconductores y sistemas de procesamiento de datos de alta velocidad. También se ha informado que Panasonic había adoptado una medida similar, aunque en este caso hay noticias contradictorias, lo mismo que pasó desde el fabricante alemán de chips, Infineon.

Más problemas llegan desde las operadoras. NTT Docomo, Softbank y KDDI, los tres principales operadores de telefonía móvil en Japón, han anunciado una suspensión de la compra de nuevos modelos Huawei y el aplazamiento en el lanzamiento de terminales como la serie P30.

Más grave todavía es la paralización de venta de terminales Huawei 5G en Reino Unido por Vodafone y EE. Se trata de una decisión calificada como «temporal», pero puede poner en peligro el despliegue de la nueva generación de redes 5G. Vodafone España tiene un acuerdo comercial con Huawei (también Samsung y Xiaomi) para utilizar sus terminales en el estreno del 5G en España y no sabemos si se va a mantener.

En estas condiciones y sumando las desinformaciones interesadas que llueven de muchos medios y redes, se avanza una caída de venta de smartphones Huawei de las que hacen época y que -en nuestra opinión- no merece al venir de donde viene esa orden de bloqueo sin prueba alguna de espionaje o robo de secretos comerciales. La situación de Huawei es crítica porque el 50% de sus ingresos llega de la venta de móviles inteligentes. Y no solo eso: su negocio de servidores, PCs o el -importantísimo- de equipamiento de redes está afectado por igual.

China ¿El silencio que precede a la tempestad o al acuerdo?

Teniendo en cuenta que la entrada de Huawei en la lista negra de Trump es una decisión política y estratégica para presionar a China a nivel comercial, está sorprendiendo a medios y analistas la inusual por comedida respuesta del gobierno chino.

Y tiene a su alcance medios para presionar, desde el manejo de la gran cantidad de deuda de EE.UU que posee a una posible devaluación de su moneda. Su capacidad de producción tecnológica no tiene parangón en todo el planeta, al igual que sus reservas de «tierras raras», imprescindibles en electrónica. Un día después de anunciarse el bloqueo, el primer ministro chino, Xi Jinping, visitó una de estas instalaciones en lo que fue «un aviso a navegantes» de lo que puede suceder si Trump mantiene esta tensión comercial. Contra Huawei y otras empresas chinas que van a venir después.

Otro apartado importante es el de la situación de las grandes tecnológicas estadounidenses en China, el mayor mercado del mundo. Todas pueden sufrir de lo lindo para mantener sus cifras de negocio si el gobierno chino toma cualquier decisión de represalia. Y no dudes que llegará si la situación se mantiene, como adelantan los inversores castigando sus acciones los últimos días.

Además, varios medios chinos han empezado a alentar a los consumidores a emprender un boicot contra las compañías estadounidenses, especialmente Apple. Algo que se está incrementando y extendiendo como puede verse en las redes sociales chinas. Es seguro que Estados Unidos y China están negociando. Y convendría apostar por el acuerdo por el bien del comercio mundial, el sector tecnológico y sus consumidores.

Y más allá: Morgan Stanley ha advertido de una recesión económica mundial si la escalada de tensiones se mantiene. Las guerras comerciales a menudo se saben donde empiezan, pero no donde terminan. Y lo pagaremos los consumidores en todo el mundo y especialmente los estadounidenses porque China ha aplicado aranceles y los elevará aún más. Continuará.

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