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Análisis

Lexus ES, metas

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«Éramos guepardos, leones y los que nos reemplazarán serán chacales y hienas» (El Príncipe, Il Gattopardo 1963)

«No lo encuentro» me dijo angustiado mientras se paseaba por toda la casa levantando la cabeza y olfateando cada rincón. «El qué» le dije un poco hastiada, aunque no esperaba una explicación razonable, llevaba días deambulando de esta forma tan irritante pero nunca le había preguntado hasta ahora, supongo que por cortesía. «Un olor, se me ha perdido». Siempre era lo mismo con sus arranques de irracionalidad que había tenido que soportar día tras día desde que no salíamos de casa. Pero esta vez había algo en sus ojos que me arrastraba irremediablemente a la ternura. Maldita sea. ¿Por eso estaba con él?  Un vértigo existencial se mezcló con la curiosidad y la incipiente empatía. Pero estando encerrados una cariñosa sensatez se sobrepuso a la duda.

Entonces empecé a ayudarle a buscar ese… olor. Lo primero que descartamos fueron los olores más desagradables para quitárnoslos de encima. Y descubrí con sorpresa que había cosas que para mi eran hediondas y que para él no eran tan desagradables, algunas incluso le gustaban. Los aromas de las especias nos ocuparon toda una semana y compramos algunas que no teníamos en casa pero sí estaban en casa de su madre. Luego detergentes, sábanas, perfumes, jabones, maquillaje, todas las partes de mi cuerpo pacientemente inspeccionadas. Pero nada. La obsesión crecía por momentos y no le dejaba dormir. Entonces un día nos hicieron una entrega por error. Presa de un arrebato él se quedó el paquete. Era un libro y en cuanto abrió el plástico rompió a llorar. Y me contó su primera vez en una librería.

Un coche es un instrumento que facilita nuestros desplazamientos pero al mismo tiempo es un entorno en el que podríamos decir que nos alojamos durante los mismos. Y como la duración de estos desplazamientos puede ser grande o muy frecuente el que estemos cómodos dentro de un coche es algo muy importante. Y luego están los escalones siguientes a la comodidad como el tacto de los materiales, el olor del interior, el aislamiento acústico y finalmente el lujo.

Ficha técnica

Y precisamente el lujo es un concepto que se asocia a determinadas marcas de coches. Consciente de ello y como hemos comentado en otras ocasiones, Toyota se dispuso a lanzar una marca independiente para competir en Estados Unidos con las grandes marcas de lujo, sobre todo alemanas y fue así como nació Lexus. Con el tiempo esta marca japonesa también realizó la transición que emprendió la marca original hacia las mecánicas híbridas por lo que actualmente Lexus no solamente es sinónimo de exclusividad sino también de este tipo de motorizaciones.

En esta prueba hemos tenido la ocasión de analizar el Lexus ES, un modelo que como pocos representa esa combinación entre lujo y eficiencia híbrida, una mezcla que combina con acierto este fabricante y que hemos podido tener en nuestras manos. Se trata de un coche que aunque lleva ya dos años en el mercado pero que desde luego no se ha quedado anticuado ni por tecnología ni por diseño como veremos más adelante.

El aspecto exterior del ES es imponente, son casi cinco metros de vehículo con un diseño moderno y dinámico nada conservador. En la parte delantera una imponente parrilla ocupa casi todo el frontal del coche con forma de flecha, escoltada por dos grupos ópticos afilados y hundidos en los laterales con un diseño poligonal complejo y atractivo. Más abajo dos tomas de aire alargadas en forma de boomerang se insertan en el paragolpes.

Felino

La parte trasera la compone un generoso voladizo que configura el maletero y que es rematado por un gran spoiler que le da otra pincelada más de deportividad a la berlina japonesa. Los grupos ópticos de la parte de atrás son de gran tamaño pero con un diseño más convencional de lo que se puede ver en la parte delantera. Una gran moldura cromada divide las luces de la parte del maletero y el spoiler.

El perfil del coche busca con descaro dinamismo y un rendimiento aerodinámico mejorado (logra un Cx de 0,26), unas líneas que descienden en la parte trasera comprometiendo en parte la habitabilidad y la facilidad de acceso a las plazas traseras. Pero es el difícil equilibrio de siempre: dinamismo y aerodinámica contra habitabilidad trasera, y aún así el ES no sale tan perjudicado como lo sería un modelo de menor tamaño.

Lujo interior

Si en el diseño y materiales de la parte exterior el lujo se puede adivinar (nos han encantado las llantas de radios de muy buena calidad, por ejemplo) es en el interior donde un coche de estas características se juega realmente su marchamo de exclusividad. Es donde los propietarios van a pasar más tiempo y cualquier detalle fuera de su sitio o materiales de una calidad inferior pueden dar al traste con esa imagen.

Pero Lexus tiene gran experiencia en este punto, es más, consigue incluso en sus modelos de precio más razonable dar esa impresión de lujo y buenos acabados que compite con vehículos de la competencia con precios más altos. En el caso del ES estamos en un escalón superior al de los modelos más básicos de la marca y esto lo hemos podido notar en distintos detalles del interior y en general en el cuidado de las terminaciones.

Gracias a sus casi cinco metros hay mucho espacio para las piernas tanto en la parte delantera como en la trasera. El puesto de conducción es cómodo a pesar del espacio que se come el túnel central sobre el que se encuentra la palanca de cambio. Hay detalles del interior con un gusto más clásico con respecto a otros modelos como las inserciones en imitación de madera que encontramos en la parte interna del volante o en algunos puntos del salpicadero.

Por otro lado el diseño del mismo es bastante moderno con abundancia de botones para acceder a las funciones principales de climatización y de sonido. El volante es bastante voluminoso y dispone de una gran cantidad de botones también, en este caso para controlar el ordenador de abordo y otras opciones de los sistemas de conducción. El indicador tras el volante consta de un sólo dial que indica la velocidad y el desempeño del sistema híbrido (carga, eco, potencia).

El ratón de Lexus

Como en otros modelos Lexus ha optado por disponer junto a la palanca de cambios un sensor táctil de tipo háptico para controlar ciertas funciones del sistema de información y entretenimiento del coche. También dispone de botones para acceder directamente al mapa, al menú, volver al menú anterior o al principal. Precisa de cierta adaptación y resulta incómodo para algunas funciones para las que si queremos acceder a ellas hay que abrir sucesivos menús.

Los asientos son muy cómodos aunque la sujección lateral no es demasiado eficaz por lo que resultan algo menos efectivos para una conducción deportiva. Por lo demás el puesto de conducción es excelente: todo al alcance de la mano, el volante en la posición ideal así como los pedales y la pantalla del sistema de información y entretenimiento en una posición elevada para no despegar demasiado la vista de la carretera. Además el ES puede equipar un sistema HUD que proyecta información sobre el parabrisas.

Viajar atrás

En la parte posterior como hemos adelantado hay un generoso espacio con la fila anterior por lo que se viaja bastante cómodos. La anchura es suficiente, además, para que viajen tres personas sin demasiados problemas, incluso el ocupante de la plaza central que no encontrará un túnel de transmisión voluminoso que entorpezca la colocación del los pies. La única laguna de estas plazas traseras realmente confortables es la altura, como adelantamos al hablar del perfil del coche.

En lo que respecta al maletero tampoco la forma del coche ayuda a que disponga de una gran capacidad. No es un maletero pequeño, dispone de 454 litros de carga, pero coches de un tamaño similar presumen de la posibilidad de cargar un volumen mayor. Y eso que para este modelo Lexus ha prescindido de la colocación de la batería del sistema híbrido en el maletero para disponerla debajo de la banqueta de los asientos traseros.

Desde el punto de vista de los acabados el coche roza la calidad y el lujo de sus competidores, pero mantiene una racionalidad en general que lo hacer algo menos exclusivo. Aunque hay que tener en cuneta también que dentro de su categoría no es de los más costosos. Pero el lujo empieza por la comodidad y el confort y como hemos apuntado el ES es un coche muy cómodo y confortable tanto con el coche detenido como, tal y como veremos, cuando está en marcha.

Probando los caballos

Y de hecho llega el momento de probar el sistema híbrido de 218 caballos que ya pudimos probar en el Toyota Rav4, aunque este coche es de una filosofía totalmente distinta. Como en general sucede con los modelos híbridos el andar tranquilo tanto urbano como por carreteras con pocos desafíos exigen poco del motor que se mantiene en un silencio prácticamente absoluto. Esto combinado con la buena insonorización hace que conducir el ES en esas circunstancias más pacíficas sea todo un placer.

En el momento que exigimos más nervio es cuando a pesar de sus 218 caballos el ES peca un poco de timidez. Nos ha parecido incluso algo menos brioso que el RAV4 (aunque el modelo de Toyota es más pesado) quizás porque ha primado en el diseño y configuración del conjunto del cambio y el motor una conducción más tranquila. Esto no quiere decir que no sea un coche rápido ya que alcanza los 100 kilómetros por hora desde parado en menos de nueve segundos pero aquí también, sobre el papel, gana el Toyota y nada menos que por ocho décimas.

También en las pruebas de conducción en carretera, sobre todo en terrenos virados, se ha mostrado más tranquilo que agresivo. Sin dejar de transmitir sensaciones pero con cierta parsimonia buena para un viaje sin sobresaltos pero poco estimulante si se buscan sensaciones. Al tiempo se deja uno invadir por la personalidad del coche y renuncia a buscar las cosquillas y pasa a disfrutar de la música del excelente sistema de sonido y del confort de una suspensiones pensadas más para el confort que para las reacciones inmediatas.

Conclusiones

La personalidad Lexus y su propuesta de lujo y tecnología están especialmente presentes en este ES, con todas sus virtudes y la verdad, pocos defectos. Acabados y comodidad no son el resultado solamente de unos buenos materiales sino del cuidado del diseño de los elementos del interior y de los acabados con un toque moderno que resulta inconfundible como impronta de la marca japonesa. Lo que más sobresale es el confort, aunque algo empañado por es sistema híbrido cuando sube de revoluciones, el coche es casi siempre silencioso.

En cuanto al comportamiento el ES no responde del todo a lo que puede sugerir su aspecto exterior dinámico y agresivo, es más tranquilo de lo que podríamos imaginar antes de abrir la puerta. Como ya hemos comentado no se trata de un coche lento pero sí más preocupado de la comodidad de los pasajeros que de sus emociones. En este sentido un coche con una filosofía más de los USA que europea, pero que para quien busque este tipo de comodidad y confort resulta muy interesante.

Valoración final
8.1 NOTA
NOS GUSTA
Cran confort
Excelentes acabados
Buena habitabilidad
A MEJORAR
Poco brillante y deportivo
RESUMEN
El ES es una berlina con muchos detalles tanto de lujo como tecnológicos con un sistema híbrido potente y racional que aún deja algo que desear en cuanto a prestaciones deportivas si se tiene en cuenta su caballaje
Prestaciones8
Diseño8
Consumo7
Confort9.5
Sistema de infoentretenimiento8

 

 

 

 

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