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Tres cosas que pueden destruir tu conexión Wi-Fi casi al instante

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Conexión Wi-Fi sin barreras

Una conexión Wi-Fi puede verse afectada por muchas cosas. La distancia, por ejemplo, es uno de los problemas más habituales con los que debemos lidiar si nos conectamos a través de este tipo de estándar inalámbrico, y es uno de los principales responsables de la aparición de zonas muertas, aunque no es el único, y la verdad es que tampoco es el que más impacto puede llegar a tener.

Imagina esta escena. Estás utilizando una conexión Wi-Fi para navegar por Internet con tu smartphone. Recibes una llamada a través de una aplicación de mensajería instantánea, como WhatsApp, por ejemplo, y decides irte del salón de casa a un lugar más tranquilo donde no te moleste nada. Dicha llamada utilizará tu conexión a Internet, así que si te alejas demasiado la calidad de la misma se verá seriamente afectada, y puede que incluso llegue a cortarse.

Podríamos poner muchos más ejemplos. Piensa en lo que ocurre cuando estás viendo una película en tu smartphone o tablet mediante una plataforma de streaming y te alejas demasiado del router. Cuando la señal no llega de forma óptima la velocidad se reduce, y puede que el rendimiento acabe siendo insuficiente. Lo notaras de muchas formas: reducción de la calidad de imagen (menos resolución y una alta pixelación), tirones, tirones y parones leves y, en última instancia, una interrupción total de la reproducción.

El alcance es primordial, pero para que nuestra conexión Wi-Fi funcione correctamente y que llegue de forma óptima a todos los rincones de nuestro hogar debemos que tener mucho cuidado con tres cosas que pueden destruirla casi al instante. En este artículo vamos a descubrirlas, y también os contaremos cómo podemos evitarlas.

1.-Conexión Wi-Fi y masas de agua

Conexión Wi-Fi sin obstáculos

Tu conexión Wi-Fi funciona a través de señales de radio con forma de dónut, y estas no se llevan bien con el agua. Colocar un router cerca de grandes masas de agua puede reducir de forma drástica el alcance de tu conexión Wi-Fi, tanto que quizá no logre avanzar más de unos pocos metros.

Debemos evitar, por tanto, colocar el router cerca de peceras y de grandes depósitos de agua, ya que esa cercanía frenará el alcance de la señal Wi-Fi desde el mismo momento en que esta salga del router, impidiendo su expansión natural y creando zonas muertas en lugares muy cercanos, donde realmente no deberían existir, al menos en condiciones normales.

Si hablamos de comercios y de lugares con una gran afluencia de gente, debemos tener en cuenta que el ser humano está compuesto en su mayoría por agua, y que actúa como un bloqueador natural de la señal Wi-Fi. En estos casos, colocar el router en zonas elevadas puede ayudarnos a superar este problema, aunque en casos extremos puede que tengamos que recurrir a repetidores Wi-Fi.

2.-Conexión Wi-Fi y espejos

Un espejo refleja nuestra imagen, y también la señal Wi-Fi, por eso son uno de los mayores enemigos de nuestra conexión Wi-Fi, tanto que pueden llegar a destruirla de forma inmediata, así que debemos tener mucho cuidado.

La explicación es sencilla, un espejo puede reflejar la señal Wi-Fi, lo que hará que esta vuelva en dirección contraria y que acabe interfiriendo con la nueva señal que sale de nuestro router. Sí, puede producir un auténtico caos, y por ello debemos evitar la presencia de espejos cerca del router.

Es evidente que  cuanto más grande es el espejo y menos distancia hay entre este y el router mayor será ese efecto rebote, y a la inversa, cuanto más pequeño sea el espejo y más lejos este de nuestro router menor será su impacto en nuestra conexión Wi-Fi, así que tenedlo muy en cuenta. Cambiar espejos de sitio es una manera sencilla y rápida de superar este problema.

3.-Conexión Wi-Fi y pladur

Es el material de construcción que más puede reducir la intensidad de nuestra conexión Wi-Fi. El efecto de bloqueo que genera es tan fuerte que puede reducir el alcance de la señal hasta en un 50%.

Si ponemos esto en contexto la conclusión es simple, un solo muro de pladur puede reducir el alcance de una señal Wi-Fi desde los 8 hasta los 4 metros, por poner un ejemplo sencillo y fácil de entender. Si a eso aplicamos el impacto que tiene la distancia en la calidad y la estabilidad de la señal nos daremos cuenta a la primera de por qué suponen un problema tan grave.

La solución a este problema pasa por colocar el router en un lugar donde no se encuentre rodeado de pladur. Si esto no es posible, dejar las puertas abiertas y reducir al máximo las interferencias puede ayudar a mejorar un poco la situación, pero puede que en última instancia no nos quede otra que recurrir a repetidores Wi-Fi y a dispositivos PLC.

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