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Microsoft facilitará la gestión de la frecuencia de actualización en Windows 10

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frecuencia de actualización

La gestión de la frecuencia de actualización ha llegado a la herramienta general de configuración de Windows 10 en la última compilación de prueba para el canal Insider.

Es una nueva función que Microsoft mueve del Panel de Control clásico a la herramienta de Configuración moderna en una estrategia de traslado de características que parece imparable y que llevará a la eliminación del primero, evitando las duplicidades actuales y que haya dos herramientas generales de gestión en el mismo sistema operativo.

Hasta ahora, el cambio de la frecuencia de actualización (también llamada tasa de refresco) se realiza en las propias herramientas de control de tarjetas gráficas que ofrecen junto a sus drivers NVIDIA, AMD o Intel. Dentro del sistema operativo, la gestión se realiza en el Panel de Control, aunque desde la configuración hay un enlace a éste.

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En la última compilación 20236 de Windows, vemos que ya es posible gestionarla dentro de la herramienta moderna de Configuración > Sistema > Pantalla > Configuración de pantalla avanzada. Más visible, directo y sencillo de gestionar una función importante aunque no lo parezca.

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Frecuencia de actualización y tasa variable

Un PC o consola de juegos envía nueva información a la pantalla a la que está conectada desde docenas de veces hasta cientos de veces por segundo. Cada vez que esto sucede, la máquina le dice a la pantalla exactamente qué debe mostrar, la posición de cada persona, lugar y cosa, y la pantalla lo «dibuja». La imagen estática generada es lo que conocemos como un «cuadro» (frame), mientras que la cantidad de veces que una computadora o consola envía imágenes a la pantalla es la «velocidad de cuadro», que verás destacado como FPS (frames por segundo).

La gestión de la frecuencia de actualización mejora la comunicación entre el procesador gráfico y y una pantalla de visualización como monitores o televisores, sincronizando la frecuencia con la que se actualizan las imágenes, generalmente al máximo de lo que permite la pantalla. En la práctica, el uso de esta tecnología mejora la calidad de la imagen, la velocidad de respuesta prácticamente a cualquier tasa de cuadros por segundo y en general ofrece una mejor experiencia.

Especialmente en juegos. Un PC con una tarjeta gráfica de gama alta puede generar fotogramas a una velocidad enorme, generalmente muy superior a la media en monitores o televisores, porque a diferencia de otro contenido de entretenimiento como películas, series o emisiones de televisión, los videojuegos crean cada cuadro sobre la marcha.

Como la velocidad de fotogramas generada por la tarjeta gráfica de un PC puede variar ampliamente porque nada tiene que ver una imagen estática de un juego de estrategia por turnos con uno de conducción o un shooter donde vamos corriendo y pegando tiros, tenemos la frecuencia de actualización variable, implementado en PCs mediante una tecnología denominada «sincronización adaptativa» (Adaptive Sync) estandarizada por el grupo VESA.

Es ampliamente usada en la industria y es soportada por los grandes proveedores de chips gráficos de distintas maneras (NVIDIA, AMD y próximamente Intel), por todos los fabricantes de monitores y por algunos modelos de televisores. Su objetivo es el mismo de la frecuencia de actualización fija: sincronizar la frecuencia de actualización de imágenes que puede ofrecer el motor gráfico a la que puede representar efectivamente la pantalla.

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