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Windows 11 y el Game Mode: Así mejora el rendimiento en juegos
El Game Mode sigue estando presente en Windows 11, la próxima gran actualización del conocido sistema operativo de Microsoft que, como recordarán nuestros lectores habituales, tiene unos requisitos más elevados que Windows 10, y estará disponible a nivel general a finales de este mismo año, concretamente a partir del mes de octubre.
Aunque la versión final de Windows 11 todavía no se encuentra disponible, la llegada de dicho sistema operativo al canal Insider generó una oleada de pruebas interesantes que nos han permitido descubrir algunos detalles importantes, que van desde sus claves en términos de diseño e interfaz hasta su rendimiento frente a Windows 10.
Hoy vamos a profundizar en esa cuestión, en el rendimiento de Windows 11, y lo vamos a hacer con una comparativa en la que se ha puesto a prueba el desempeño de dicho sistema operativo con el Game Mode activado y con dicho modo desactivado. El vídeo es bastante ilustrativo y no deja lugar a dudas, ya que recoge, además, la tasa media de FPS, y durante las pruebas se pueden visualizar las tasas de fotogramas mínimos.
Antes de entrar a ver los resultados, os dejo el listado completo de las especificaciones del equipo de pruebas que ha utilizado Benchmark:
- Windows 11 como sistema operativo.
- Tarjeta gráfica GeForce RTX 3090 24 GB.
- intel Core i7-10700K a frecuencias de stock.
- RAM: 32 GB (2×16) DDR4 a 3.600MHz CL16.
- Placa base MSI MAG Z490 TOMAHAWK.
- Samsung 970 EVO Plus SSD 1TB.
- Disipador: Kit AIO Corsair iCue H150i RGB PRO.
- Corsair RM850x White 80PLUS Gold 850W.
El Game Mode mejora el rendimiento de Windows 11
Y la verdad es que consigue alguna mejora notable que me ha dejado bastante sorprendido. Por ejemplo, en Red Dead Redemption 2 tenemos una mejora de 10 FPS de media, y también hay un incremento importante en los FPS mínimos.
En el resto de juegos, la mejora de rendimiento que consigue el Game Mode es más discreta, ya que oscila entre 1 FPS y 6 FPS más de media. Con todo, hay que tener en cuenta también que en Far Cry New Dawn se rompe esa tendencia, ya que en este juego activar dicho modo reduce la media en un fotograma por segundo, aunque resulta curioso ver que mantiene unos mínimos más elevados.
No hay duda de que el Game Mode sigue sin ser ese milagro que muchos esperaban, pero al menos podemos decir que, con el paso del tiempo y con las mejoras que ha introducido Microsoft, ha pasado de ser algo prácticamente inútil a convertirse en una herramienta con una cierta utilidad.
Os recuerdo que en esta comparativa se han configurado los juegos en 1080p y calidad baja, así que la mejora de rendimiento del Game Mode bajo Windows 11 puede variar si utilizamos otras resoluciones, y otros ajustes gráficos. Con esto quiero decir que podríamos experimentar una mejora todavía mayor, pero también podría ocurrir todo lo contrario.
En las pruebas que he venido realizando durante años he podido confirmar que el Game Mode puede ser una buena opción para intentar conseguir ese pequeño extra de rendimiento que nos permita estabilizar 60 FPS o 30 FPS cuando nos movemos en valores muy cercanos, como por ejemplo 56 FPS o 26 FPS, pero no esperéis ningún milagro. Si un juego no os funciona bien, activar el Game Mode no hará que rinda bien por arte de magia.
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