Conecta con nosotros

Análisis

Mazda MX-5, épica

Publicado

el

Es sólo un sueño. Un sueño. Chihiro (El viaje de Chihiro, 2001)

Luisa estaba sentada en la silla del recibidor como había hecho tantas otras veces. Era su lugar favorito de la casa para esperarle. Sumergida en la penumbra miraba al techo decorado con esos frisos que tanto le gustaban. El ruido del aire deslizándose bajo la puerta y desde el salón contiguo el péndulo marcando los segundos. Por lo demás… silencio. De cuando en cuando se alisaba el delantal y se ajustaba la cofia, como si un viento fantasmal las hubiese descolocado. Al hacerlo Luisa gemía de esfuerzo, a su edad cualquier movimiento ya era costoso en energía y dolores articulares. Luego un pequeño suspiro para seguir esperándole. El ruido de la cancela metálica del portal hizo que sonriera ligeramente. Volvió a colocarse con cuidado el delantal y la cofia, esta vez sin gemir. Él había llegado. Se levantó con esfuerzo y preparó su sonrisa de bienvenida. No demasiado entusiasta, más amable que cariñosa, como le había enseñado su madre. Los pasos subiendo la escalera: dieciséis, la pausa en el descansillo del primero y otros dieciséis pasos hasta la puerta. Luisa se colocó tras ella con la mano tendida hacia el pomo. Dos golpes quedos con un ligero sonido metálico. El anillo del que nunca se desprendió incluso después de enviudar.

Luisa abrió la puerta: «Buenas noches señor, ¿Cómo ha ido la entrega de premios? ¿Y el discurso?» Con esfuerzo Luisa descolgó la capa de los hombros del hombre corpulento que acababa de entrar. Demostraba una edad parecida a Luisa pero con la benevolencia que el tiempo guarda para la apariencia de los hombres al apurarse los años, como ella siempre le decía. El hombre contestó «Bien Luisa. Ya sabes que bien.» Con grandes pasos y ruido de tablas de madera crujiendo bajo sus pies se dirigió al salón y se sirvió un Brandy de una jarra de cristal. La luz apagada, solamente las farolas de la calle extendían las sombras del hombre y de los muebles por el suelo. Luisa se quedó en la puerta con la capa recogida sobre el brazo. «Claro que sí. Se lo dije señor. Le dije que iba a funcionar.» El hombre se detuvo a mitad del segundo trago y posó el vaso sobre la mesa junto al mueble bar. «Luisa, ya se lo que acordamos pero… me tiene que explicar de dónde ha sacado esas ecuaciones. Me sacaron del atolladero y ahora… el premio. ¿Cómo?» Luisa pareció concentrarse en la capa y la alisó con la mano derecha suspirando. «Le voy a preparar la cama.» Y con pequeños pasos se sumergió en la oscuridad del pasillo.

Especificaciones Mazda MX-5

Modelo analizado Mazda MX-5
Motor y acabado 2.0L Skyactiv G Blue&Red edition
Potencia 184 CV
Velocidad máxima 219 Kmh
Aceleración o-100 6,5 s
Largo/ancho/alto 3915/1735/1225 mm
Potencia máxima RPM 184 CV 7.000 rpm
Par máximo Nm/RPM 205 Nm
Caja de cambios Manual 6 velocidades
Web https://www.mazda.es/
Precio 34.600  euros

Fabricar un automóvil es una tarea dura y compleja. Desde la mesa de diseño pasando por la elección de materiales, la complejísima fabricación de un motor, los sistemas de ayuda a la conducción, frenos, suspensiones, dirección… Una lista interminable de elementos que tienen que encajar perfectamente para que el proyecto llegue a la cadena de producción y más piezas aún como una buena red de ventas, el marketing adecuado y un precio asumible para que ese automóvil se venda para financiar todos los engranajes.

Otras veces toda esa gran maquinaria de tecnología, ingeniería, diseño y mucho más simplemente… fluye. Se convierte en un coche que conecta con el público de forma casi inesperada. Se produce una extraordinaria conjunción de factores que da como resultado un producto que no solamente triunfe en las ventas sino que se convierta en un verdadero icono, algo que levante pasiones y que no solamente tenga clientes o compradores sino verdaderos seguidores. Se materializa con modelos como el Mazda MX-5.

Historia descapotable

Cuando Mazda en 1989 sacó su primer MX-5, o Miata como se bautizó en el mercado de Estados Unidos, pretendía ofrecer un deportivo compacto y asequible con un tacto de conducción que produjera las mismas emociones que un deportivo italiano o alemán a una fracción de su precio. El MX-5 original ya contenía esa peculiar combinación que es capaz de conseguir Mazda entre diseño y tecnología pero lo importante es que desde un primer momento el Mazda MX-5 simplemente fluía. Tanto que esa primera generación hasta el 1997 vendió 400.000 unidades.

Desde entonces se han sucedido cuatro generaciones de Mazda MX-5 cosechando multitud de premios y reconocimientos tanto al coche en si como a su diseño. Entre otros hitos el MX-5 ha sido reconocido como el descapotable biplaza más vendido del mundo. La última generación ha recibido por parte de Mazda la última generación de sus motores SkyActiv y gracias a un acuerdo con el grupo FCA ha servido de base para el 124 Spider de Fiat que ya tuvimos ocasión de probar.

El resultado es que hace mucho tiempo que teníamos ganas de probar esta leyenda de las cuatro ruedas y finalmente hemos podido hacerlo (y con buen tiempo por cierto, fundamental para disfrutar sin la capota). Hemos tenido la suerte de probar este verdadero icono japonés pero no solamente eso sino que Mazda ha tenido la gentileza de proporcionarnos para la prueba una unidad de MX-5 Blue and red edition con el motor Skyactiv de 184 caballos.

Un coche pequeño

El Mazda MX-5 es un coche pequeño, mide menos de cuatro metros, y muy bajo, poco por encima de un metro y dos centímetros pero lo que más salta a la vista es el atractivo diseño deportivo que Mazda ha ido afinando y actualizando hasta esta última generación. En esta versión especial la combinación de colores consiste en un color azul marino oscuro para la carrocería mientras que la capota de lona luce un color rojo intenso. Enseguida llaman la atención en el frontal los faros afilados apoyados en un generoso paragolpes que en el centro luce la gran rejilla de la toma de aire.

El perfil del coche tiene la línea que se espera de un deportivo inspirado en la filosofía de diseño Kodo de Mazda. Luce además unas impresionantes llantas BBS en color negro de 17 pulgadas que parecen enormes comparadas con la carrocería del compacto japonés. En la parte posterior el paragolpes de gran tamaño inclinado hacia arriba acoge en los lados los grupos ópticos encajados en la carrocería. El techo es de lona reforzada y se descapota de forma manual y queda plegada sobre la superficie del maletero.

En realidad el diseño de esta generación del MX-5 es prácticamente idéntico al de 2015 y sigue el mismo espíritu de la primera generación, una imagen reconocible que en realidad es fundamental para que el descapotable japonés siga encandilando a sus apasionados. Examinándola con cuidado salta a la vista que el diseño de los actuales modelos de Mazda debe mucho a esta apuesta por el mercado de los descapotables deportivos.

Interior familiar

El interior del MX-5 es prácticamente el mismo que el que nos encontramos en el 124 Spider que probamos anteriormente. Solamente les diferencian los toques de «personalidad Abarth» que el fabricante italiano añadió a su descapotable. Por lo demás los asientos, los acabados, los materiales, la pantalla y todos los detalles del interior son los mismos y proceden de Mazda. De hecho detalles como las boquetas de ventilación o la pantalla del sistema de información y entretenimiento son las que podemos encontrar en otros modelos de Mazda.

Los asientos, tapizados en piel sintética blanca, son cómodos, aunque acceder a ellos es algo incómodo por la altura del coche. Una vez acomodados son muy envolventes con un buen soporte lumbar que sujetan en las curvas cerradas con eficacia. También el reposacabezas son de tamaño generoso y resultan cómodos con la peculiaridad de tienen integrados los altavoces. De esta manera, al encontrarse cerca de los oídos, mejora la escucha del equipo de música cuando circulamos con la capota retirada.

El techo es retráctil y se retira de forma manual simplemente abriendo los seguros y desplazando la lona hacia atrás hasta que queda fijada. Aunque no tiene un sistema eléctrico para el techo, el proceso de plegado es sencillo y cómodo y se puede completar en unos segundos. Eso sí, no debe hacerse con el coche en marcha por razones obvias. Detrás de los reposacabezas encontramos los refuerzos que protegen la cabeza de los ocupantes en caso de que el coche pueda volcar.

Otro detalle lo encontramos entre los refuerzos donde se ha colocado el paravientos para evitar las turbulencias del aire cuando circulamos sin capota a cierta velocidad. El sistema de información y entretenimiento es el clásico de Mazda con una pantalla cuyo sistema táctil solamente podremos utilizar con el coche parado. Cuando está en marcha podremos usar el sistema de control con el dial que se encuentra junto a la palanca de cambios.

Información

Nos han gustado los acabados que no suelen decepcionar en un modelo de Mazda, como las inserciones de piel en el mismo color de la tapicería. Los indicadores tras el volante son analógicos y de forma circular. Aunque no tan vistosos como los del Fiat tienen un diseño retro muy conseguido. En el indicador de la parte izquierda también muestra una pantalla de información sobre los datos del coche como consumo, autonomía etc…

Aunque el coche es pequeño lo cierto es que se puede conducir por parte de personas de cierta estatura, incluso algo por encima del metro noventa. Esto es una verdadera mejora con respecto a modelos anteriores que eran algo más sacrificados cuando se tiene cierta estatura. También se ha mejorado el sistema que permite regular en profundidad y altura el volante compensando en parte el inconveniente de que no se puede desplazar el asiento.

Tal y como pasaba con el 124 el maletero es realmente minúsculo, sus 130 litros son suficientes para un par de bolsas de viaje.  Equipaje más para un puente o fin de semana que para un viaje más largo. En el interior por otro lado la guantera se encuentra detrás de los asientos y también tiene una capacidad muy reducida además de ser bastante incómodo tener que girarse para colocar o retirar objetos. Por otro lado y dado que el coche se puede descapotar no hay otros huecos donde alojar objetos en el interior.

Al volante

Pero el elemento fundamental de este deportivo japonés es sin duda su comportamiento deportivo por lo que tendremos que ponernos al volante para comprobar si el pedigrí del Mazda MX-5 permanece intacto. Mazda ha puesto sobre la mesa un nuevo propulsor de 184 caballos de la serie Skyactiv, lo que supone 14 caballos más que el 124 Spider, aunque la cifra de par es de 205, 45 menos que el descapotable italiano. Como el coche pesa poco menos de 1.200 kilos sobre el papel parece suficiente para divertirse.

Un elemento fundamental para un deportivo de bolsillo es la tracción trasera y naturalmente el Mazda MX-5 sigue ofreciéndola para no traicionar su espíritu con una configuración más «razonable». Otro elemento a evaluar, aunque parezca mentira, es el sonido del escape del motor. El sonido del MX-5 es redondo y ronco, menos vibrante y escandaloso que el de la 124 Spider pero con personalidad propia que no me ha disgustado para nada.

El Mazda MX-5 es un coche que conducido con parsimonia es suficientemente confortable pero cuando se aumenta la velocidad las suspensiones duras y la falta de insonorización del techo de lona, algo habitual en este tipo de coches, hace que no sea especialmente cómodo. Esto se nota especialmente cuando el asfalto no está en buenas condiciones ya que la dureza de las suspensiones hace que se filtran bastante las irregularidades del terreno.

Personalidad

Hay que decir que con respecto al comportamiento del motor del 124 Abarth el de este Mazda MX-5 filtra menos vibraciones al habitáculo por lo que puede considerarse algo más confortable para viajes largos. En lo que respecta al confort cuando retiramos la capota obviamente el ruido será uno de los inconvenientes, sobre todo si viajamos a buen ritmo. La solución de los altavoces en los reposacabezas es muy adecuada para poder no solamente escuchar la música sino conseguir entender algo cuando nos hablan por el manos libres (aunque con dificultad).

Pero la verdadera personalidad del Mazda M-X5 se encuentra en las aventuras por asfaltos más enrevesados donde podemos apreciar el espíritu de este deportivo japonés. Al conducir a buen ritmo en carreteras con curvas se aprecia el buen trabajo del chasis, que permanece prácticamente inalterado, y en las suspensiones manteniendo el coche siempre en trayectoria. La tracción trasera se hace notar cuando aceleramos en curva, en ese momento la parte trasera se muestra juguetona pero sin que perdamos la trayectoria gracias al excelente control de tracción que no es demasiado intrusivo.

Motor atmosférico

También se nota el trabajo en la dirección, muy precisa y bastante «informativa» cuando el coche no se pone de acuerdo con nosotros en la trayectoria que él quiere tomar frente a la que nosotros necesitamos que tome. Aunque como deportivo es civilizado por todo lo que hemos apuntado, también permite ciertas travesuras si buscamos perder la adherencia por ejemplo acelerando a fondo con las ruedas no alineadas con la trayectoria. El coche se encabrita pero siempre vuelve a la trayectoria con docilidad.

El menor peso hace que esos 184 caballos, que parecen pocos para un deportivo, se conviertan en puro zumo de diversión con una respuesta entusiasmante, sobre todo si buscamos la parte alta del cuentakilómetros. Esto es así porque que aunque se trata de un motor Skyactiv de Mazda de diseño se trata de un propulsor atmosférico de dos litros que ha sido muy mejorado con respecto a la generación anterior por parte de los ingenieros japoneses en muchos apartados como en la inyección, la combustión y otros muchos detalles.

Pero la experiencia de conducir este Mazda MX-5 va más allá de la diversión, de lo lúdico. Al ponerse al volante de este coche entramos en verdadero club de apasionados que podemos reconocer en todas partes. Más de una vez nos hemos cruzado con modelos de todas las generaciones e inevitablemente hemos recibido un saludo de reconocimiento. Más que ser propietarios de un descapotable deportivo tener un MX-5 supone entrar en una verdadera familia.

Conclusiones

Esta nueva generación del Mazda MX-5 mantiene intacto el espíritu del Miata original que tantas alegrías ha dado al fabricante japonés. No es un coche cómodo ni práctico pero es (junto al 124 Abarth que es prácticamente hermano) el coche más divertido que hemos tenido la suerte de probar hasta el momento. Es nervioso, ágil, ruidoso en el punto justo y con capacidad de salirse del guion preestablecido pero siempre de forma civilizada y segura.

El nuevo motor es una delicia, sube de vueltas con alegría y entrega siempre la potencia que necesitamos. Todo esto por cierto sin que los consumos suban de forma demasiado drástica. Los detalles para hacer más cómoda la vida con la capota retirada y la renovación de los interiores y el sistema multimedia son más aciertos que contribuyen a que el Mazda MX-5 siga siendo un coche con su cohorte de incondicionales que lo seguirán siendo seguramente durante muchos años más.

Valoración Final
8.1 NOTA
NOS GUSTA
Gran comportamiento del motor
Detalles para ir descapotados
Buenos acabados
A MEJORAR
Maletero pequeño
Sin huecos portaobjetos en el interior
RESUMEN
El Mazda MX-5 es uno de los coches más divertidos que se pueden adquirir. Motor de respuesta excelente y los acabados Mazda con un comportamiento que hace justicia a la tradición de las anteriores generaciones del MX-5.
Prestaciones9
Diseño9
Consumo7.5
Confort7
Sistema de infoentretenimiento8

Lo más leído