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Análisis

Kia Stonic 2021 MHEV, resuello

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Staring at the ring around your finger The Police (Synchroniocity, 1983)

Las once y media de la noche y estoy andando solo por la calle con la capucha calada. Más sombras que luces, aceras rotas en las que hierbas y plantas brotan sin identificar, agua sucia que encharca el asflato y las alcantarillas no se atreven a desaguar… Ese es el paisaje que percibo mirando casi todo el tiempo a donde apoyan mis pies para no levantar la vista y encontrarme con alguna mirada que busque pelea o signos de debilidad. Me llegan llantos de niños desconsolados, discusiones domésticas sin filtro, música a todo volumen, acentos de fuera que no alcanzo a distinguir hablando con el tono de quien sabe que la calle es suya pero que si quiere conservarla tiene que dar miedo. Y claro que lo dan. He estudiado bien el itinerario para no tener que preguntar, ni siquiera levantar la vista para ver en qué calle estoy. Los coches no respetan las luces de los semáforos que aún funcionan así que he calculado para que no tenga que cruzar más que una vez. Llego a la esquina, la doblo rápidamente y encuentro las escaleras. Una bombilla cuelga de un cable precario sobre la puerta iluminando apenas una mirilla como la de las películas.

Como en las películas golpeo la puerta: dos toques largos, tres cortos, otro toque largo. Nadie se asoma a la mirilla pero me abren la puerta. Me pregunto que entonces para qué la quieren. Cruzo el umbral y me atropella el calor y el humo que auguardaba en el interior para envolverme. Parece que el que me ha abierto la puerta se ha esfumado. Sigo por el pasillo acercándome a los murmullos que me esperan tras la puerta del fondo. El ambiente está cargado. Pocas miradas se dignan en recibirme. Me levanto la capucha y enseguida reconozco al corredor. Me acerco con los billetes. Tres meses de ahorros cambian de manos a las de un tipo que apunta algo en una libreta con un lapiz tan masticado que casi está listo para la digestión. Me siento lo más cerca que puedo de la primera fila. Los murmullos cesan. Una lámpara flota sobre el humo. Suben a la tarima y reconozco a mi hombre. Ya puedo poner cara a mi última esperanza, bajito, pecoso, rubio, demasiado joven. Se sientan. Un peón blanco se desliza avanzando dos casillas alejándose del caballo que escoltaba a la dama. Rezo a Capablanca.

Hace tiempo que los SUV no solamente compiten en el mercado de los vehículos de motor en la parte alta en lo que respecta al tamaño y el precio sino que poco a poco han ido conquistando terreno incluso en el campo de batalla de los utilitarios. Los fabricantes han repetido la fórmula de la carrocería elevada inspirada en los todoterreno para diseñar coches que por un precio razonable pueden desenvolverse con agilidad en ciudad gracias a su tamaño y no tienen problemas en salir a la carretera mientras ofrecen una buena habitabilidad para sus dimensiones.

Modelo analizado KIA ProCeed
Motor y acabado 1.0 T-GDi MHEV 120 CV GT Line
Potencia 120 CV
Velocidad máxima 200 Kmh
Aceleración o-100 10,4 s
Largo/ancho/alto 4140/1760/1520 mm
Potencia máxima RPM 120 CV 6.000 RPM
Par máximo Nm/RPM 200 Nm
Caja de cambios Manual 6 velocidades
Web https://www.kia.es/
Precio 22.468 euros

Kia ya se ocupó de presentar su apuesta en este sector con su Stonic, un SUV compacto con 4,14 metros de longitud que ha sido renovado en 2021 para modernizar alguna de sus características y parte del diseño. Se trata de un coche concebido para ofrecer un buen precio sin renunciar a una buena dosis de tecnología. En este caso dentro de ese paquete tecnológico encontramos como novedad ede esta generación la gama de motores microhíbrida con distintas versiones según la potencia ofrecida.

Micro Híbrido

En nuestro caso hemos podido probar el Kia Stonic 2021 en su versión de 1 litro de gasolina con turbocompresor al que se le ha asociado un pequeño motor eléctrico de 48 voltios que rinde 120 caballos. Esto le vale la etiqueta ECO de la DGT para añadir versatilidad y ahorro al vehículo además de buenas cifras de consumo sobre el papel. Curiosamente la unidad que utilizamos para el test tiene la misma potencia que el Kia Stonic de la anterior generación que tuvimos la posibilidad de probar en su momento.

Al parecer Kia no ha querido desmarcar desde el punto de vista estético la actualización de este modelo ya que exteriormente guarda una similitud muy grande. En la parte delantera los faros son de forma prácticamente idéntica y la toma de aire que se coloca entre ellos tiene también una forma muy parecida, aunque los embellecedores metálicos del interior de ésta tienen una forma distinta. Más abajo hay más diferencias con la segunda y estrecha toma de aire separada en tres partes.

Retoques estéticos

Más abajo aún el diseño cambia de forma más clara con una rejilla en forma de nido de abeja que incorpora en sus laterales las luces de posición. En este caso los huecos de los laterales hundidos en el paragolpes, que tiene el mismo tamaño que en la generación anterior, lucen molduras con plástico negro y difusores colocados sobre rejillas que no tienen una utilidad aparente. La forma del capó en cambio es la misma que en el Stonic que le ha precedido.

En el lateral del coche no se percibe ningun cambio y las líneas fluyen para encontrarse con el spoiler colocado sobre la luna trasera también con la misma forma que la de la versión anterior. En la parte trasera también hay que esforzarse para encontrar las diferencias: portón, faros, spoiler completamente idénticos. Es a partir del paragolpes que el diseño cambia ligeramente con doble salida de escape y refuerzo de plástico en la parte inferior de color plateado así como una forma distinta de los reflectantes.

El interior del Stonic de la nueva generación tampoco presenta grandes diferencias con el anterior. Apenas la configuración de algún botón y pequeños detalles de los acabados pero en realidad desde los asientos a la disposición de todos los mandos y los materiales son los mismos. Sí hay cambios en los ajustes del asiento del pasajero. Como en su antecesor la impresión general es buena aunque los acabados y los materiales sean espartanos.

Se ha mejorado la pantalla que se encuentra entre los indicadores que ahora es de 4,2 pulgadas y en color e incorpora todos los indicadores que antes se mostraban con luces fuera de la pantalla. También se ha mejorado la pantalla de información y entretenimiento que en el nuevo Stonic crece una pulgada, de siete a ocho, y cambia la configuración de los botones para acceder a los menús directamente que ahora se encuentran en la parte inferior.

Nueva pantalla

Además ahora la pantalla se encuentra más elevada sobre el salpicadero lo que la hace más fácil de consultar cuando estamos conduciendo. La funcionalidad y el software en apariencia es el mismo, aunque se han añadido algunas funciones como la posibilidad de conectar con Android Auto de forma inalámbrica a través de bluetooth en vez de tener que conectar obligaotriamente el smartphone con un cable para poder acceder a este función.

La habitabilidad es la misma, encontramos bastante espacio para ser un SUV de pequeño tamaño sobre todo en las plazas delanteras. En las traserar se viaja cómodo siempre que sean dos personas ya que la tercera irá algo apretada. Buen espacio para las piernas y en altura si tenemos en cuenta el tamaño del coche y posibilidad de conectar dispositivos USB, aunque no dispone de salidas de ventilación para los pasajeros de la parte de atrás.

El maletero también es el mismo que en la generación anterior y con sus 332 litros está en la media de los SUV de este tamaño. No es una gran capacidad pero tiene formas bastante regulares, aunque el acceso es algo elevado por el diseño del portón. Abatiendo los asientos podemos lograr aumentar la capacidad hasta los 1.155 litros para poder cargar más objetos y más voluminosos a cambio de renunciar a llevar pasajeros en la parte de atrás.

Al volante

En la prueba de conducción es donde hemos tenido la oportunidad de poner a prueba las diferencias más notables con la generación anterior. Como hemos apuntado se trata de un propulsor micro híbrido de 120 caballos a diferencia del motor de gasolina que probamos en la generación anterior. La impresión es que el coche sigue siendo un coche bastante confortable, aunque hemos notado más vibraciones que en la versión del 2018 con el coche en frío. Una vez en marcha y con el motor caliente el ruido y las vibraciones son similares.

La ayuda del motor eléctrico se deja notar ligeramente en la arrancada, pero nos abandona casi enseguida. Tanto que este modelo es incluso algo más lento que su predecesor en alcanzar los 100 kilómetros por hora desde parado (aunque prácticamente es imperceptible). A pesar de eso nos ha parecido ligeramente más ágil desenvolviéndose en ciudad y mejor a la hora de recuperar en marchas largas. En general nos parece un motor algo más redondo y con mejor respuesta. Seguramente gracias a una cifra de par notablemente superior.

Un coche tranquilo

No se trata de un coche especialmente brioso en cualquier caso, pero sí que se desenvuelve con soltura en carretera, lo suficiente para poder afrontar viajes largos sin problemas. No vamos a poder exprimir muchas emociones pero en carreteras viradas tampoco da sorpresas desagradables. En definitiva tiene la clásica personalidad de un coche pensado para ciudad pero que no tiene problemas para salir a la carretera aunque no sea su territorio.

Hemos registrado buenas cifras de consumo, aunque no drásticamente mejores que las de la motorización de gasolina que probamos de la versión 2018. Las diferencias son más notables si conducimos despreocupándonos de la eficiencia. En ese caso sí que el motor eléctrico, aunque pequeño, puede marcar diferencias, sobre todo en conducción urbana. En carretera las cifras de consumo son muy parecidas, aunque como hemos apuntado en recuperaciones notaremos que este Stonic está más preparado para la ruta.

Conclusiones

Con esta nueva generación de Stonic es evidende que Kia no ha querido hacer experimentos radicales. Ha aplicado la fórmula estética, de habitabilidad y versatilidad que le funcionó con la generación anterior modernizando algunos detalles como las pantallas interiores. Lo que más ha sufrido evolución es en los motores y tampoco de forma radical en los resultados, aunque tecnológicamente sí que son mucho más avanzados que los anteriores.

El resultado en lo que respecta a los propulsores hacer que este modelo coreano sea más eficiente en ciudad, sobre todo para los conductores menos cuidadosos con los consumos, y más utilizable en carretera gracias a su superior cifra de par que se deja notar al recuperar con marchas largas. En definitiva es una evolución que puede parecer no demasiado significativa pero que sigue colocando a este modelo de Kia entre los más recomendables de su categoría, sobre todo por su muy buena relación calidad / precio.

Valoración Final
7.8 NOTA
NOS GUSTA
Buen espacio para su tamaño
Consumo contenido
A MEJORAR
Motor algo ruidoso
No demasiado brioso
RESUMEN
Nueva generación del Kia Stonic que confirma que es uno de los SUV compactos más recomendables por su buen equilibrio entre el precio y lo que ofrece. Acabados espartanos pero buena habitabilidad y prestaciones.
Prestaciones8
Diseño8
Consumo7.5
Confort7
Sistema de infoentretenimiento8.5

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