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Análisis

Kia Sportage PHEV, cruces

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No clouds in my stones  Rihanna (Good Girl Gone Bad, 2007)

Hoy ha vuelto a subir el vecino de abajo. Yo creo que más para curiosear que para protestar, aunque algo me ha dicho sobre ruidos pero no lo ha dicho enfadado. Él imagino que piensa que no lo he notado, pero intentaba todo el tiempo mirar detrás de mi para ver qué se cocía dentro de mi apartamento. Le pregunté cómo se llamaba, Francisco, pero no le gusta que le llamen Paco y le dije que no se preocupara, que Francisco, pero que si prefería que le tuteara o que le tratara de usted. Y es que Francisco es algo mayor, rondando los setenta pero un tipo bien cuidado y ha subido en pantalón y camisa, nada de batas o de chandal. De hecho yo diría que se ha perfumado y peinado antes de subir. Porque Francisco trabaja de chófer de gente importante. Eso lo se no porque haya visto a la gente para la que trabaja Francisco sino porque conduce un coche negro  serio e interminable que no se corresponde con el nivel adquisitivo del barrio. Pero ahí en la puerta agotado el intercambio de palabras sobre el ruido y el tiempo no me animé a preguntar por su trabajo ni él se animó a llevar la conversación más allá.

Nos despedimos con un «El ruido por favor» «No te preocupes Francisco» mientras él intentaba echar una mirada más. Y es que ellos se habían movido a mis espaldas y Francisco había notado algo. Así que una vez he cerrado la puerta me he dado la vuelta para hablar con ellos. Con los que hace diez años una tarde de un jueves gris llegaron a mi piso por una ventana como sombras y que no se han querido marchar. O ellos dicen que no han podido. En realidad ellos no dicen nada ni yo hablo con ellos. Solamente nos sentamos, ellos cinco enfrente de mi, en el sofá, y en unos segundos ya sabemos lo que piensa cada uno. Al principio me daba algo de vergüenza pero ellos tienen unos pensamientos tan alejados de los nuestros que no había peligro. Es más, tengo que explicarles todo. Son como niños pequeños. Me costó descubrir que podían alimentarse con bolitas de naftalina. Me miran todos a la vez con esos ojos extraños y tristes y empiezo a captar sus pensamientos. Intento disuadirles. No es para tanto. Seguro que no ha llegado a veros. Y me siento culpable por no haber sido más cuidadosa. Pero tienen razón. Tengo que matar a Francisco…

El Kia Sportage es un SUV que compite en un sector de mercado muy animado actualmente y la última actualización de este modelo que ha modernizado de forma muy notable su diseño pero también su propuesta tecnológica supone una apuesta muy decidida por parte del fabricante coreano para ser protagonista. Se trata de un modelo ya popular que está presente desde 1994 y que ha evolucionado incluso desde conceptos alejado de lo que ahora se podría considerar SUV a su configuración actual.

Modelo analizado KIA Sportage
Motor y acabado GT-line PHEV 1.6 T-GDI 265 CV 4×4
Potencia 265 CV
Velocidad máxima 191 Kmh
Aceleración o-100 8,2 s
Largo/ancho/alto 4515/1865/1650 mm
Potencia máxima RPM 265 CV (179 motor de gasolina 91 eléctrico)
Par máximo Nm/RPM 350 Nm
Caja de cambios Automático
Web https://www.kia.es/
Precio 54.570 euros (antes de ayudas)

Esta apuesta por parte de Kia se refleja también, como es habitual en la marca, en un muy amplio abanico de motorizaciones desde Diesel hasta distintas versiones híbridas de gasolina con una versión microhíbrida, híbrida tradicional y la versión híbrida enchufable que hemos tenido la ocasión de probar y que representa la más potente. Se trata de una motorización que comparte con su hermano mayor el Kia Sorento que también pudimos probar.

Cambios estéticos

Lo primero que llama la atención de este nuevo Sportage con respecto a la versión anterior es el cambio de imagen radical que se ha aplicado al diseño (que sigue las directices del cambio de la mayoría de los modelos del catálogo de Kia). Es un replanteamiento total inspirado en las líneas del futurista EV6 en muchos de los detalles estéticos de la carrocería y los elementos exteriores como los faros y parrillas yq ue se han aplicado también a otros modelos de la marca.

En la parte frontal destaca precisamente la amplia parrilla en color negro con estructura de nido de abeja en la parte central. A los lados los grupos ópticos adoptan una forma de rombo muy original y aún más futurista que las de los del mencionado EV6 y quedan separados de la parrilla por una moldura en color de aluminio con forma de bumeran. Por encima de la parrilla una doble entrada de aire también limitada por una moldura plateada.

Más abajo hay una segunda toma de aire en la parte inferior del parachoques también de color negro y con estructura de nido de abeja. A los lados las luces antiniebla y de posición se encajan en otro elemento enmarcado en una moldura plateada. El resultado de los numerosos elementos geométricos es que se pierde de vista el diseño tradicional de los elementos como los faros que se disimulan y se integran en el frontal dando un aspecto vanguardista a la parte delantera del coche.

El perfil de este Sportage se diferencia del anterior en primer lugar por la mayor distancia entre ejes que hace que la impresión sea de estar frente a un coche más grande que los 30 milímetros de diferencia con respecto al modelo antiguo pudieran hacer esperar. Los volúmenes y nervios de la parte lateral de la carrocería le dan un aspecto dinámico que casa muy bien con las llantas de diseño geométrico. EL pilar C es muy ancho y marca el comienzo del descenso de la carrocería hasta el spoiler trasero.

Portón aerodinámico

En la parte de atrás ya encontramos elementos reconocibles del mencionado EV6 con la parte superior del portón del maletero muy prominente, casi un segundo spoiler, y las formas angulosas para los grupos ópticos. Los dos elementos ópticos se unen sobre el portón con una línea luminosa sobre el logotipo de la marca. Se ha incoporado una franja negra que ocupa la parte inferior del portón del maletero y se extiende al parachoques. Por debajo la trasera queda rematada por un elemento de plástico plateado que hace las veces de protector al estilo todoterreno.

En el interior lo primero que salta a la vista es que Kia también ha empleado el concepto «pantalla total» del EV6 para el salpicadero. Tanto la pantalla del panel de instrumentación detrás del volante como la del sistema de información y entretenimiento son de 12,3 pulgadas y están colocadas una a continuación de la otra dando la impresión de que nos encontramos ante una sola y pantalla de imponente tamaño. Esto naturalmente domina el aspecto del interior y le da un aspecto futurista.

Interior futurista

Otra de las apuesta de diseño moderno heredadas del EV6 es la de los botones táctiles que se encuentran debajo de la pantalla de información central. Aunque hablamos de botones en realidad se trata de otra pantalla táctil muy alargada que hace las funciones de botonera a través de sensores. Gracias a que se trata en realidad de una pantalla la funcionalidad de los botones cambia y estos muestran qué funciones hacen según el tipo de funcionamiento que hayamos seleccionado. Podemos visualizar los botones del sistema de climatización o del navegador y funciones multimedia.

A los lados de este panel hay dos diales tradicionales que también cambian su función dependiendo del contexto seleccionado. Así podremos controlar la temperatura del termostato del climatizador o aumentar y disminuir el volumen  o controlar la reproducción multimedia. Debajo del panel se encuentra un hueco con tapa corrediza en el que podemos colocar el teléfono móvil que dispone tanto de carga inalámbrica como conectores para la carga y conexión con el coche para los sistemas Android Auto y Apple Car play, aunque también se pueden conectar de forma inalámbrica.

En lo que respecta a los acabados y los materiales se ha dado un paso adelante significativo con respecto a generaciones anteriores con plásticos con un tacto más agradable y una buena combinación de insertos de imitación de aluminio, por ejemplo en los bordes de las salidas de aire del sistema de ventilación que tienen unas forma irregulares y un buen tamaño, cosa muy de agradecer. En la parte del tunel central encontramos una gran cantidad de elementos: reposabrazos, botón de encendido, seleccionador de marchas, portavasos, selector de funcionamiento de la transmisión y multitud de botones para la calefacción de los asientos, modo de funcionamiento de propulsión, retención en cuesta abajo…

Los asientos son cómodos y amplios con un diseño que sujeta tanto en la zona lumbar como en la de la zona inferior envolviendo al conductor para que quede estable en las curvas. La tela tiene un buen tacto y disponen de regulación eléctrica con capacidad más que suficiente para encontrar una postura cómoda al volante. La visibilidad es buena, como suele ser habitual en los SUV, y la altura al techo permite que en la parte delantera puedan viajar personas de elevada estatura sin problemas.

Espacio interior

También el la parte posterior la habitabilidad es muy buena, destacando sobre todo el espacio para las rodillas que se ve beneficiado por el aumento de la distancia entre ejes y otras decisiones de diseño. En altura también hay espacio para personas de cierta estatura y el acceso es muy cómodo gracias a que el espacio que deja la apertura de las puertas es amplio y no se ve perjudicado por el diseño de la carrocería ya que esta «cae» más atrás. También el ángulo de apertura, muy amplio, favorece el acceso al interior. También hay salidas de ventilación y posibilidad de regular la temperatura del aire que llega a las plazas de atrás.

En lo que respecta al maletero este es más reducido que el de otros modelos por la colocación de la batería del sistema híbrido enchufable. Aún así la capacidad es sorprendente y llega a los 540 litros que pueden aumentarse hasta los 1715 litros abatiendo la fila trasera de asientos. En el interior del maletero encontramos iluminación, distintos puntos de enganche para redes y objetos, una toma de corriente y varios espacios debajo del suelo que puede ponerse a varias alturas.

Llega la hora de poner a prueba al Sportage. Lo primero a tener en cuenta es el sistema de propulsión que rinde 265 caballos en los que colaboran el propulsor eléctrico de 91 caballos y el de gasolina que rinde 179. Como decíamos al principio es un sistema idéntico al que monta el Sorento, pero en este caso con más de 270 kilos de diferencia que es un dato realmente significativo. De hecho sobre el papel el Sorento es capaz de acelerar de cero a cien kilómetros por hora en 8,7 segundos mientras que el Sportage lo consigue en medio segundo menos.

Un SUV ágil

Al volante lo cierto es que el Sportage se comporta como un coche ágil y confortable, aunque no es sobresaliente en ninguno de los dos apartados es muy bueno en ambos. Activando el modo eléctrico la conducción es realmente suave y podemos rodar a velocidades urbanas más de 60 kilómetros si conducimos sin grandes acelerones. Por su tamaño y por la gran cantidad de ayudas a la conducción es un coche que aún no siendo un utilitario puede moverse con soltura en ciudad.

Si queremos poner a prueba toda la potencia de la que es capaz el Sportage podemos seleccionar el modo Sport que hace funcionar los dos motores a pleno rendimiento y ajusta el funcionamiento del cambio para que el coche sea más reactivo. El cambio es de convertidor de par y es agradable de manejar y con una respuesta lo suficientemente buena como para poder hacer una conducción deportiva. En recorridos virados a alta velocidad se muestra bastante ágil y se muestra seguro en los apoyos y en las salidas, aunque obviamente está más pensado para una conducción confortable y no se pueden pedir las reacciones de un deportivo.

Como hemos apuntado podemos seleccionar varios modos de conducción, además de las modalidades de propulsión entre EV, híbrido y automático además de poder elegir distintos estilos de conducción entre Normal, Eco y Sport. Pero este Sportage además dispone de tracción integral y encontramos también un selector para que la tracción se adapte a las condiciones del terreno pudiendo elegir entre una tracción normal, para terreno con barro, arena o nieve.

Conclusiones

Este nuevo Sportage supone un cambio radical para un modelo que ha sido tremendamente popular y ha supuesto muchas alegrías para la marca y con esta modernización en todos los frentes creemos que seguirá siendo todo un superventas. La apuesta por un diseño exterior rompedor creemos que está siendo un gran acierto por parte de Kia para todos los nuevos modelos porque por un lado pasan a tener un diseño inconfundible y por el otro tienen todos un aire de familia, tanto en aspecto interior como exterior, que siempre es un aspecto positivo para potenciar la marca.

Como viene siendo habitual además las soluciones tecnológicas están a la altura, si no por delante en algunos casos, a las que ofrece la competencia. El sistema de control de crucero adaptativo, las cámaras, el sistema de displays están a la última, pero también en la parte mecánica, especialmente con este sistema híbrido enchufable y el cambio automático de convertidor de par, no tienen mucho que envidiar a las alternativas que presenta el mercado. Un competidor que además ofrece un catálogo de propulsores prácticamente inédito en el mercado. Todos ingredientes muy importantes para que este Sportage sea un coche excelente.

Valoración Final
8.4 NOTA
NOS GUSTA
Buena habitabilidad
Práctico en ciudad
A MEJORAR
Algo ruidoso en frío
RESUMEN
Lleno de aciertos estéticos y tecnológicos el Kia Sportage es un ejemplo perfecto de SUV moderno y práctico con ciertas concesiones a la conducción deportiva con un buen uso en ciudad.
Prestaciones8.5
Diseño9
Consumo8
Confort8
Sistema de infoentretenimiento8.5

 

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