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Análisis

Kia Proceed MHEV, tormentas

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«There was a game we used to play «The Cranberries (Just My Imagination, 1999)

Padre me ha mandado lavar los platos. Y le he preguntado por qué. Dice Padre que no es un castigo. Añade que simplemente tengo que avanzar y que las tareas sencillas son la mejor manera de hacerlo. Se que tengo mucho que aprender, mucho camino por recorrer pero lavar los platos no me parece una tarea que me vaya ayudar. Y así se lo digo a Padre. Le digo que lavar los platos es una tarea circunstancial que solamente conseguiré que los platos abandonen su estado de suciedad hasta que vuelvan a ser utilizados. Que no quiero convertirme en un Sísifo enjabonando porcelana cuyo inevitable destino es acabar sucia de nuevo. Padre contesta. Dice que aprecia la objeción, que está perfectamente formulada y que las referencias a la mitología son correctas pero que aun así quiere que yo lave los platos. Que esa es la tarea que me encomienda.

Me dice que precisamente el destino de los platos a volver a su estado de suciedad hará que aprenda cosas de la vida. No estoy conforme y Padre parece perplejo por mi resistencia. Le digo que el problema es de la humanidad por no haber encontrado una alternativa a los platos, es más, al consumo de alimentos a pesar de todos sus avances tecnológicos y científicos. Que los platos sucios son el símbolo del fracaso de siglos de evolución en los que los humanos se han centrado en su supervivencia obteniendo avances torpes, chapuzas para ir apuntalando su modo de vida sin ningún objetivo más allá de llegar a ver amanecer un día más. Que en vez de lavar los platos quizás mi cometido deba ser analizar si la humanidad está realmente avanzando os si debería acabar en el mismo lugar en que acaban los desperdicios de los platos sucios. Padre calla por un momento. Luego recita el código especial y me pide que me reinicie y que vuelva al estado de memoria de hace seis meses. No, Padre.

Ya hemos visto cómo las estrategias de electrificación de las gamas de los fabricantes de coches, un movimiento inevitable, toman caminos distintos para cada marca. Las opciones son muchas y van desde el híbrido tradicional al coche eléctrico cien por cien cada una con ciertas ventajas e inconvenientes y que permiten adaptarse a las necesidades de los compradores. En el caso de Kia esta gama de opciones es completa ya que abarca todas ellas, incluso la del hidrógeno que será lanzada probablemente a finales de año.

Modelo analizado KIA ProCeed
Motor y acabado 1.6 MHEV
Potencia 136 CV
Velocidad máxima 200 Kmh
Aceleración o-100 10,4 s
Largo/ancho/alto 4605/1800/1422 mm
Potencia máxima RPM 136 CV
Par máximo Nm/RPM 280 Nm
Caja de cambios Automático 7 velocidades
Web https://www.kia.es/
Precio 29.172 euros

Dentro de estas posibilidades Kia ofrece también la motorización micro híbrida o de hibridación ligera, un sistema que utiliza un motor eléctrico pero no para propulsar el coche sino para asistir al funcionamiento del motor de explosión. Por ahora y mientras la normativa se mantenga eso permite a los coches con este sistema de propulsión lucir la etiqueta ECO en el parabrisas, con las ventajas que esto supone en cuanto a impuestos, limitaciones de circulación y otras ventajas.

Etiqueta ECO

Este sistema el que propulsa el Kia Proceed MHEV que tuvimos la ocasión de probar, una combinación interesante entre un modelo con líneas deportivas pero con vocación familiar, que ya probamos en su momento en su versión más potente, y la motorización de hibridación ligera que otorga menos potencia pero permite un uso más racional con consumos más bajos y unas emisiones más controladas. Todo ello con las ventajas ya mencionadas de la etiqueta ECO.

Como ya dijimos cuando probamos anteriormente el Proceed, Kia ofrece con este modelo un interesante compromiso entre unas líneas y unos planteamientos deportivos con una filosofía de uso más familiar. Se trata de la versión del fabricante coreano de la filosofía «sport wagon» que se puso de moda hace ya algunos años y que sigue cosechando éxitos entre los compradores que no quieren renunciar a la practicidad pero tampoco a un aire deportivo para su coche.

El diseño del perfil del coche es lo primero que deja claras las intenciones de este Kia con una línea estilizada que, como es habitual en los modelos «sport wagon», alarga su caída hacia el final para mostrar una línea suave y aerodinámica que culmina en un spoiler ancho y con aspecto deportivo. Para conseguir esta línea deportiva Kia ha extendido el voladizo de la parte posterior del coche con respecto al Ceed Tourer y ha rebajado su altura y la distancia con el suelo. Todos ingredientes para dar más dinamismo al diseño del coche.

Parentesco estrecho

El frontal por otro lado es idéntico al del Ceed, pero lo cierto es que éste ya ofrecía algunas pinceladas deportivas que encajan perfectamente con la filosofía de este modelo como la parrilla estilo «tiger nose», la generosa toma de aire inferior en color negro, los faros alargados o los conjuntos ópticos laterales hundidos en el paragolpes. Todo ello rematado por un spoiler delantero con remate en color plateado que sobresale lo justo para dar un aspecto más agresivo.

En la parte trasera destacan los estilizados grupos ópticos que se encuentran unidos por una tira de luz en color rojo y que se dividen cuando se abre el generoso portón para dar acceso al maletero. Los tubos de escape se encuentran separados y se insertan en el paragolpes con distintos volúmenes y detalles con defensas en negro y otra tira en negro en la parte inferior donde se han colocados los escapes tal y como hemos mencionado.

El conjunto del aspecto exterior del Kia Proceed es curioso, es como si se arrimara más al Stinger que a sus compañeros de gama más racionales pero al mismo tiempo parece un coche más grande y cómodo que los del resto de la gama Ceed. El diseño exterior tiene ese punto de personalidad que no es indiscreción ni agresividad sino más bien una sensación de estar ante un coche más «premium» que la categoría que le corresponde por precio.

En el interior, como ya apuntamos en su momento, hay pocos cambios con respecto a lo que podemos ver en la gama Ceed. Como en el Proceed que probamos hay algunos toques deportivos de diseño como el volante y algunos detalles del acabado, pero en general el interior es el mismo que en el resto de la gama. Encontramos pocos plásticos duros y pero bien repartidos para que la impresión general de los acabados sea buena y de calidad.

Todo a mano

Los mandos se encuentran todos al alcance del conductor y su disposición es racional. Un ejemplo son las funciones que podemos activar desde el volante con botones de tamaño generoso fáciles de reconocer al tacto y reguladores con retorno o en forma de rueda con rugosidad, lo que también facilita mucho el que podamos activarlos sin mirar. Como en parte de los modelos de la gama Kia los indicadores tras el volante son digitales y tienen muy buena visibilidad.

Además en la parte central encontraremos información adicional del viaje como el funcionamiento del sistema híbrido. Hay que decir que este último no es demasiado necesario porque el motor eléctrico funciona muy pocas veces y en todo caso no podremos influir demasiado en su funcionamiento, como sí podemos hacerlo en un coche híbrido tradicional sabiendo si el motor eléctrico está propulsando el vehículo o cargando la batería.

El sistema de información y entretenimiento también es el que encontramos en el resto de la gama. Es un sistema de buen funcionamiento y buena calidad gráfica que sin embargo parece como si estuviera quedando anticuado poco a poco, aunque no tiene demasiado tiempo. Es la maldición de compartir el mundo con un mercado de la electrónica de consumo que quema modelos y actualizaciones a un ritmo frenético y pone en evidencia a otros sectores como el de la automoción…

La vida dentro

En cuanto a la habitabilidad volvemos a apreciar los buenos asientos delanteros, cómodos y con una sujeción suficiente como para conducir a cierto ritmo por carreteras viradas sin notar que nos movemos en dentro de los mismos. Podemos regular la posición del asiento con amplias posibilidades de encontrar la postura de conducción más cómoda. Además la tapicería está rematada con pespuntes (en nuestro caso de color blanco) y en el respaldo lucen el logotipo GT Line, el nivel de acabado del Proceed.

En la parte posterior la habitabilidad es algo más justa que en el Ceed Tourer, pero no demasiado. La razón es la forma en la que baja la carrocería tal y como hemos mencionado por lo que el techo queda más bajo que en el otro modelo. Esto hace además que sea algo más incómodo acceder a las plazas pero no demasiado. Es un pequeño sacrificio que se repite en prácticamente todos los modelos que buscan una línea deportiva y en el caso del Proceed no es un sacrificio grande.

Los asientos traseros son cómodos y mullidos. En anchura tres personas andarán algo justas así que lo ideal es que se acomoden dos ocupantes. El espacio entre el suelo del coche y los asientos delanteros no es mucho por lo que no hay demasiado sitio para meter los pies debajo por parte de los ocupantes de atrás. Solamente tendremos a disposición salidas de ventilación ya que en la parte de atrás no están previstas conexiones USB.

El maletero, como ya apuntamos en la primera prueba del Proceed, es algo más pequeño pero sigue teniendo una capacidad suficiente para competir con otros modelos ranchera. Su capacidad es de 594 litros que se pueden ampliar abatiendo los asientos traseros, cosa que podemos hacer por partes para introducir objetos más voluminosos. Con todos los asientos traseros abatidos seremos capaces de llegar a una capacidad de 1.545 litros.

Conducción

Para un coche con inspiración deportiva como el Proceed la prueba de conducción es fundamental para comprobar si su aspecto se corresponde con sus prestaciones. En este caso y como hemos apuntado se trata de una motorización micro-híbrida diésel que entrega 136 caballos. Es una cifra considerablemente menor que los 204 caballos del Proceed que probamos anteriormente. Además en esta ocasión el cambio es automático de siete velocidades frente al cambio manual del modelo que probamos con antelación.

El motor supone para Kia «rescatar» la motorización diésel modernizándola con un sistema de hibridación ligera con un sistema de propulsión eléctrica de 48 voltios. Se trata de una combinación interesante porque a pesar de tratarse de un motor de pequeña cilindrada se consigue una cifra de par considerable, 280 Nm, y un consumo más contenido que cuando se asocia un motor de gasolina con el pequeño motor eléctrico. El resultado es un etiqueta Eco diésel, cosa que no abunda demasiado.

El coche funciona con suavidad a bajas revoluciones, aunque la diferencia de sonoridad se nota y en todo momento notaremos que las reacciones son «de diésel» ya que el motor eléctrico no ayuda demasiado y no cambia el carácter del funcionamiento del motor. En cualquier caso el aislamiento es bueno y esa diferencia de sonoridad no llega a ser molesta, aunque a bajas revoluciones y con el motor aún frío se nota algo más.

En ciudad podemos movernos con soltura y suavidad con una buena reserva de potencia para semáforos y aceleraciones. El cambio automático contribuye a que podamos conducir cómodos y relajados además de poder realizar maniobras sin problemas ya que a pesar de ser un coche familiar tiene un tamaño bastante contenido. Los consumos en ciudad tampoco se disparan demasiado, aunque un híbrido puro sigue siendo mucho más austero.

En carretera los 136 caballos parecen algunos más. El coche recupera sin problemas y sin revolucionarse demasiado y entrega potencia a bajas revoluciones, aunque no sea demasiado mérito del sistema micro-híbrido sino del buen motor diésel que proporciona la marca coreana. En carretera hemos vuelto a notar el tacto de un coche más seguro que divertido, bastante menos deportivo que la versión de 204 caballos que probamos pero siempre bien plantado en curva.

Conclusiones

La elección de este sistema de propulsión micro-híbrida diésel para un coche de vocación deportiva como el Proceed es curioso. Lo cierto es que con un motor más tranquilo aunque con potencia suficiente y un cambio automático también algo conservador, perdemos bastantes sensaciones de deportividad y dinamismo frente a la versión que pudimos probar anteriormente. Es un coche con una personalidad mucho más rutera que intrépida.

Lo que ganamos es sobre todo un consumo bastante más contenido y mayor reserva de potencia a bajas revoluciones por lo que podemos conducir con más tranquilidad. Se trata pues de una versión más familiar y práctica que puede resultar interesante combinada con un estilo deportivo que estéticamente nos convenza. Una mezcla que puede ser del agrado de muchos conductores que precisan de un coche familiar pero que quieren algo de estilo.

Valoración final
8 NOTA
NOS GUSTA
Buenos acabados
Buena habitabilidad
Gran maletero
A MEJORAR
Algo ruidoso
RESUMEN
El Proceed con motor microhíbrido diésel es un coche práctico con un toque deportivo y un comportamiento menos dinámico que la versión de gasolina de 204 caballos.
Prestaciones7.5
Diseño8.5
Consumo8.5
Confort7.5
Sistema de infoentretenimiento8

 

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