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TRAPPIST-1 es mucho más viejo que nuestro sistema solar

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Es indudable que TRAPPIST-1 ha sido uno de los descubrimientos más importantes de la exploración espacial reciente y también uno de los más interesantes, sobre todo porque como os contamos en noticias anteriores se ha comentado la posibilidad de que los exoplanetas que forman dicho sistema solar puedan albergar vida.

Antes de nada hacemos una aclaración importante, y es que cuando hablamos de vida en otros planetas no debemos interpretarlo como formas complejas similares a la raza humana y ni siquiera a los animales más pequeños que habitan en la Tierra, sino como una referencia genérica a cualquier tipo de ser vivo incluidos los microorganismos.

Según las últimas investigaciones que han realizado los expertos se cree que TRAPPIST-1 es un sistema solar muy antiguo y que su estrella tendría entre 5.400 y 9.800 millones de años. Para que os sirva como dato comparativo nuestro sistema solar se formó hace 4.500 millones de años.

Los datos que ha ofrecido la NASA dejan un margen demasiado amplio pero incluso en el mejor de los casos hablamos de una diferencia temporal de 900 millones de años, un lapso más que suficiente para que se puedan producir cambios importantes en cada uno de los exoplanetas que forman TRAPPIST-1.

Esto podría tener consecuencias muy importantes tanto en la posibilidad de que haya vida en esos exoplanetas como en la presencia de atmósferas complejas e incluso de agua líquida en su superficie.

La NASA no puede sacar conclusiones todavía, pero ha publicado una serie de teorías muy interesantes que merece la pena tener en cuenta:

  • Debido a la cercanía de los planetas a su estrella (una enana roja) y a la antigüedad de este sistema solar esos planetas habrían acumulado enormes cantidades de radiación en su superficie, lo que reduciría las posibilidades de que alberguen vida.
  • También es posible que esa gran cantidad de radiación haya acabado destruyendo las atmósferas y evaporando los océanos de los planetas más cercanos. Según la NASA bajo estas condiciones sólo los dos planetas más lejanos (G y H) podrían conservar todavía agua líquida.
  • Cabe la posibilidad de que no todas las atmósferas de los planetas más cercanos se hayan destruido, de hecho puede que incluso se hayan vuelto mucho más densas de lo que eran en su momento, pero se habría producido por un cambio similar al que sufrió Venus y dicho planeta es un auténtico infierno donde la vida es imposible.

Más información: NASA.

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