Análisis
iPad Pro 2018, análisis
Analizamos el iPad Pro 2018 con pantalla de 12,9 pulgadas, chip A12X Bionic y Face ID
El pasado 30 de octubre, Apple presentó en una de sus esperadas keynotes el iPad Pro 2018 en dos formatos: pantalla de 11 pulgadas y pantalla de 12,9 pulgadas. Además de estos nuevos integrantes de la famila iPad, Apple sigue vendiendo el iPad Pro de 10,5 pulgadas, el iPad de 9,7 pulgadas y el iPad mini 4 con pantalla de 7,9 pulgadas, en total cinco «sabores» diferentes con precios muy variados.
El iPad en el que me he basado para este análisis es el modelo de 12,9 pulgadas, que es idéntico al de 11 pulgadas salvo por el tamaño de la pantalla, coincidiendo incluso en su grosor de 5,9 mm. En esta ocasión, frente a los otros iPad que Apple mantiene en su catálogo de productos, podemos afirmar que el nuevo iPad Pro 2018 representa la mayor renovación que jamás hayan emprendido desde Cupertino en su «fórmula iPad», y es que además de significativos cambios de diseño, sus novedades hardware, incluyendo aquí al Apple Pencil, no dejarán indiferente a nadie.
Cuando se analiza un nuevo producto, lo habitual es hacer un recorrido por cada una de sus características principales y las novedades que le diferencian de generaciones anteriores o, en caso de ser una primera versión, lo que le hace distinto (y/o mejor) frente a los competidores. Este análisis va a ser ortodoxo en ese sentido, y es que merece la pena conocer toda la tecnología que Apple ha puesto en el nuevo iPad Pro, pero creo que no sería justo olvidar la pregunta que monopoliza las discusiones de miles de foros en Internet: ¿sustituye el iPad Pro a un portátil?
Por eso, tras conocer todas las novedades del nuevo iPad Pro, afrontaré la respuesta a una cuestión que la propia Apple se ha encargado de «agitar» incluso el día de la keynote con la proyección de dos diapositivas en las que se mostraban las ventas de iPad frente al resto de portátiles de la industria, así como la dedicada al rendimiento del chip A12X ,»más rápido que el 92% de todos los portátiles«. Apple además ha puesto en marcha una campaña promocional del iPad Pro en la que da «5 reasons iPad Pro can be your next computer» («5 razones por las que el iPad Pro puede ser tu próximo ordenador»).
La polémica está servida, pero no me voy a adelantar, primero hablaré de por qué los nuevos iPad Pro son tan especiales, incluyendo su precio, que algunos consideran desmedido porque es comparable al de portátiles de gama alta. De nuevo, la comparación con los portátiles…
Nuevo diseño, pero nuevo de verdad
Aunque se mantiene un pequeño borde negro que delimita la pantalla del iPad Pro del marco físico de su carcasa unibody disponible en dos colores, plata o gris espacial, esta nueva generación avanza hacia el objetivo de ser todo pantalla como encontramos en la familia iPhone X (ver el análisis del iPhone Xs Max), pero sin el notch, ya que aquí no hay cámara frontal que evitar (por supuesto que existe, pero está ubicada en el borde mencionado) y no tendría sentido.
Centrándonos en el modelo de 12,9 pulgadas, comparte con el iPhone Xr la tecnología Liquid Retina, una pantalla LCD de 2.732 x 2.048 píxeles de resolución que gracias a un proceso llamado antialising de subpíxeles permite redondear las esquinas ajustando los píxeles uno a uno para eliminar la distorsión de los extremos.
La nueva Liquid Retina muestra colores brillantes (600 nits) y realistas gracias al soporte de una gama cromática P3, sin olvidar la tecnología True Tone con revestimiento antirreflectante que corrige de forma dinámica el balance de blancos para conseguir tonalidades más naturales al tiempo que no incrementa la fatiga visual, tan habitual cuando pasamos mucho tiempo delante de una pantalla. Otro detalle a tener en cuenta es la tecnología ProMotion, que ajusta automáticamente la frecuencia de actualización de la pantalla hasta 120 Hz, aportando una respuesta increíble cuando nos desplazamos por ella con el dedo o el Apple Pencil.
Si bien el iPad Pro 2018 de 12,9 pulgadas mantiene el tamaño de pantalla de la generación anterior, en Apple han conseguido reducir el volumen total del dispositivo en un 25%, así como su grosor (pasa de 6,9 mm a los actuales 5,9 mm) y su peso (pasa de los 723 gramos del modelo Wifi + Cellular de 2015 a los actuales 633 gramos). La consecuencia de esta reducción de peso y tamaño (incluyendo el grosor) es que el nuevo iPad Pro de 12,9 pulgadas es más manejable que la generación anterior y se pueda trabajar con él mucho mejor cuando lo tenemos sobre nuestras manos.
Apple ha replanteado por completo el interior del iPad Pro 2018 con detalles como su cámara trasera de 12 megapíxeles, que se adapta al minúsculo espacio que queda detrás del marco. Por cierto, la lente sobresale ligeramente, por lo que habrá que tener cuidado con ella si dejamos el iPad en una mesa, aunque con la funda Smart Keyboard Folio este problemilla queda solucionado porque protege la lente.
El iPad Pro 2018 es más delgado que nunca, lo que debería haber afectado al espacio disponible para los altavoces, pero Apple ha creado una arquitectura de audio completamente nueva con la combinación de un altavoz de graves y uno de agudos en cada esquina (cuatro en total) para ofrecer un sonido estéreo de mayor amplitud. Y para que la captura de audio sea mejor, la nueva generación pasa de tres a cinco micrófonos, importante cuando grabamos vídeos independientemente de la orientación (horizontal o vertical) que tenga el iPad Pro y también para Siri, que nos «escuchará» mejor.
Algo que mucha gente echará de menos es el jack de auriculares. Apple solo ha dejado un conector en el nuevo iPad Pro, y no es Lightning, es un conector USB-C que abre muchísimas posibilidades de conexión (aunque con matices que ahora explicaré), necesarias para un dispositivo con el apellido «Pro». Los que tengan auriculares con el clásico jack podrán seguir usándolos con un adaptador opcional que Apple vende por 10 euros, pero se puede encontrar más barato si es de otro fabricante.
Respecto a la conexión USB-C, en mi opinión es un acierto porque permite al iPad conectarse con otros dispositivos como pantallas externas de hasta 5K, cámaras digitales o instrumentos musicales, pero se enfrenta a las limitaciones de iOS 12, y me explico. Cuando conectamos el iPad Pro a una pantalla externa, ésta refleja la pantalla del iPad Pro salvo que estemos con una app que aporte una experiencia de segunda pantalla, como sucede con algunas apps de vídeo. Por lo tanto, es decisión del desarrollador lo que se muestra en la pantalla secundaria y el «modo espejo» no es suficiente para un uso profesional del nuevo iPad, que carece de escritorios expandidos como tienen Windows, Linux o macOS desde hace muchísimos años.
Y, ¿qué sucede con discos duros externos o memorias USB? Pues nada, de nuevo iOS actúa de barrera y evita que veamos en la aplicación «Archivos» el dispositivo externo conectado y que podamos acceder a sus contenidos o trasladar los nuestros. La buena noticia es que el conector USB-C existe y que desde el punto de vista del hardware no hay nada que impida que el iPad Pro 2018 se conecte a discos duros externos, es solo una cuestión de software que Apple podría solucionar en el futuro iOS 13, aunque tengo mis dudas que lo haga porque su apuesta por los servicios y el almacenamiento en la nube es clara desde hace mucho tiempo.
Face ID llega al iPad Pro
Otro gran cambio en el diseño del iPad Pro 2018 es que, al igual que la familia iPhone X, ya no tiene botón de inicio y por lo tanto sensor de huella dactilar. Con el nuevo diseño de pantalla completa, Apple ha optado por Face ID para garantizar la seguridad en el acceso. Desarrollado específicamente para el iPad Pro 2018, Face ID funciona independientemente de que el iPad Pro esté en vertical u horizontal. Y lo hace tan bien como en el iPhone X; es increíble la rapidez con la que su sistema de reconocimiento facial reacciona y permite desbloquear el iPad o iniciar sesiones en determinadas apps.
Detrás de Face ID encontramos el sistema de cámara TrueDepth, que agrupa varias tecnologías coordinadas en tiempo real que crean un mapa de profundidad detallado de nuestro rostro y nos reconocen al instante. Pero también hace su trabajo el nuevo chip A12X Bionic (del que hablo más abajo), que procesa todos los datos capturados por la cámara TrueDepth y los compara con los de nuestro rostro para que se comporte como la «llave» que abre el iPad Pro.
La cámara TrueDepth también es fundamental para realizar FaceTime en grupo (hasta 32 participantes simultáneos), agregar nuevos filtros y efectos a videoconferencias o lograr que los mensajes sean más divertidos con Animoji y Memoji.
Procesador A12X Bionic, el «corazón de la bestia»
El nuevo chip A12X Bionic con Neural Engine ha sido diseñado para el iPad Pro 2018, pero con la vista puesta en el futuro, en las necesidades hardware de iOS 13, iOS 14, iOS 15… o como Apple decida llamar a las sucesivas versiones de su sistema operativo. Tal como dejaron claro durante la keynote de presentación, el A12X Bionic es más rápido que el 92% de todos los portátiles vendidos en el último año, incluidos modelos con Intel Core i7.
Y la verdad es que se nota la velocidad con la que el iPad Pro abre las aplicaciones, reacciona a los gestos, reconoce nuestro rostro con Face ID… confirmando la sensación de que Apple ha dotado a su nuevo iPad Pro de un procesador que va sobrado de potencia y que está preparado para las nuevas aplicaciones profesionales que se espera desembarquen en el «universo iOS».
Su diseño de ocho núcleos permite que cuatro de ellos aporten el máximo rendimiento en tareas más exigentes y los otros cuatro núcleos restantes se enfoquen a tareas diarias que demandan mucha eficiencia. Su controlador de rendimiento divide dinámicamente el trabajo entre estos núcleos, pero aprovecha los ocho cuando se necesita un aumento de potencia. La GPU de siete núcleos ofrece un rendimiento dos veces más rápido que el A10X Fusión de la generación anterior de iPad Pro; de hecho, como dato curioso, decir que proporciona hasta 1.000 veces más rendimiento gráfico que el iPad original.
En cuanto al Neural Engine (Motor Neural) del A12X Bionic, ha sido construido para tareas avanzadas de Machine Learning porque puede completar hasta 5 billones de operaciones por segundo. El aprendizaje automático en reconocimiento de imágenes y vídeos, en la identificación de entornos en aplicaciones de Realidad Aumentada, en el uso de Face ID o incluso en la creación de un Memoji más expresivo gracias a que puede mapear hasta 50 gestos faciales es la razón de ser del Neural Engine.
Cámara de 12 megapíxeles
Aunque mucha gente crea que usar como cámara un dispositivo que tiene una pantalla de 12,9 pulgadas es bastante incómodo, la verdad es que la evolución que han experimentado las cámaras del iPad desde su primera versión hasta esta última generación ha sido tan espectacular que merece la pena probar. Su cámara trasera de 12 megapíxeles captura fotos en color de gran tamaño que tienen la misma calidad que la de smartphones de gama alta, como por ejemplo el iPhone Xs Max.
Gracias al HDR Inteligente las instantáneas ofrecen más detalles y contraste. En el denominado HDR Inteligente están implicados el subsistema de procesamiento de señales de imagen del A12X Bionic y el Neural Engine. La idea básica es que el iPad Pro toma muchas fotografías a la vez en segundo plano y el Neural Engine selecciona las partes que cree más adecuadas para crear la foto final. Debo advertir que hay muchos detractores de este modo porque con él las fotografías pierden naturalidad en primeros planos ya que suaviza y hace que se pierdan detalles. Aunque el HDR Inteligente viene activado por defecto, se puede desactivar fácilmente o incluso elegir la opción “Conservar foto normal” para seleccionar después la toma que nos parezca más conseguida.
Y no me quiero olvidar de otra característica de la cámara del iPad Pro 2018: la captura de vídeo 4K a 60 fps o la grabación de vídeo en cámara lenta hasta 240 fps.
Apple Pencil y Smart Keyboard Folio
Aunque son independientes del iPad Pro (el Apple Pencil de segunda generación que solo funciona con el iPad Pro 2018 tiene un precio de 135 euros y el Smart Keyboard Folio para el modelo de 12,9 pulgadas se vende por 219 euros), la verdad es que son unos complementos obligatorios para exprimir todas sus prestaciones.
Hablamos de sumar 354 euros más al iPad Pro de 12,9 pulgadas que está disponible a partir de 1.099 euros para el modelo WiFi y 1.269 euros para el WiFi+Cellular, pero es un desembolso necesario, sobre todo en el caso del Apple Pencil, ya que con el teclado se podría optar por otras productos diferentes al Smart Keyboard Folio de Apple, pero el lápiz, sí o sí, debe ser el de Apple.
En cuanto a la segunda generación del Apple Pencil, es uno de los grandes aciertos del iPad Pro 2018. El modelo anterior era totalmente cilíndrico y debía cargarse conectándolo al puerto Lightning del iPad Pro; el nuevo lápiz tiene uno de sus lados plano para que sea más cómodo trabajar con él (el agarre es más preciso), pero sobre todo para que pueda unirse magnéticamente al lateral del iPad Pro y que sea posible cambiar de herramienta (tipo de pincel, por ejemplo) con un sencillo doble toque que haremos con el dedo índice.
El nuevo Apple Pencil se carga (y se enlaza por primera vez) en cuanto unimos su parte plana al lateral del iPad Pro. Además de tenerlo siempre pegado al iPad Pro y que no esté rodando por la mesa de trabajo, la comodidad de despreocuparnos de cargarlo es un gran acierto de Apple.
Con un dispositivo como el iPad Pro en el que no se pueden usar ratones ni trackpads, el Apple Pencil se hace imprescindible… y también convertirse en un experto con todos los gestos disponibles en iOS 12 para alternar entre apps, usar el Dock para trabajar con más apps a la vez, abrir una segunda app con Slide Over, usar dos apps al mismo tiempo con Split View, usar apps mientras vemos un vídeo con PIP (imagen dentro de imagen) o arrastrar y soltar entre apps. Es cierto que todos estos gestos nos obligan a un periodo de entrenamiento para ganar soltura con ellos, pero merece la pena practicar un poco y tenerlos «interiorizados» porque son fundamentales para aumentar nuestra productividad con el iPad Pro.
En cuanto al Smart Keyboard Folio, además de ser un teclado en toda regla, es una funda que protegerá al iPad Pro, incluyendo la lente de su cámara trasera. Se le critica que no sea retroiluminado, pero aporta grandes ventajas. La primera es que el tacto al teclear es muy bueno, enseguida me hice con él y con un poco de práctica alcancé la misma velocidad que con el teclado de mi MacBook Pro. La segunda es que solo tienes que abrirlo y empezar a teclear; gracias a su Smart Connector (que permite que se acople magnéticamente a la parte trasera del iPad Pro) se comunica con el iPad Pro sin Bluetooth y sin tener que preocuparte de cargarlo. La tercera ventaja es que aporta dos ángulos de visión dependiendo de cómo hayamos colocado el iPad Pro, uno recomendable para escribir y otro para mirar la pantalla (por ejemplo cuando estás en un FaceTime).
Conclusiones [¿puede sustituir el iPad Pro a un portátil?]
Ya os había dicho que mi intención era realizar un análisis ortodoxo del iPad Pro 2018 y comentar todas las novedades de la última generación, tantas que desde el primer momento que lo saqué de su caja tuve la sensación de estar ante un iPad que marcará el paso a seguir de las siguientes generaciones, no una pequeña actualización de ciertas características. En este sentido, mi valoración es clara, el mejor iPad de la historia merece nuestro galardón de «Producto Recomendado».
Dicho esto, quiero responder a la pregunta que planteaba al principio de este análisis: ¿sustituye el iPad Pro a un portátil?
Francamente creo que todavía no, pero no es una respuesta categórica porque hay tantos tipos de usuarios que seguro que alguno me podría decir que para el uso que le da a un portátil, puede hacerlo todo (y mejor) desde el nuevo iPad Pro. De hecho, un compañero mío de trabajo acaba de comprarse el iPad Pro 2018 con la intención de jubilar para siempre su portátil de casa, aunque en la redacción de TPnet continúe con su ordenador de sobremesa y su dos pantallas.
Me comenta que ha sido una decisión muy meditada y que adquirir un iPad Pro 2018 es más rentable que comprar un portátil de gama alta. Eso sí, reconoce que iOS 12 presenta limitaciones para considerarse un sistema operativo óptimo para entornos profesionales y que la manera en que Apple «mantiene cerrado» su ecosistema también es un inconveniente, sin olvidar que echa en falta que aplicaciones de Adobe (Photoshop), Microsoft (Office) o la propia Apple (por ejemplo Final Cut Pro) sean casi tan funcionales en un iPad como en un equipo portátil o de sobremesa. Respecto a esto, es realista y sabe que los 6 GB de RAM del iPad Pro 2018 de 12,9 pulgadas son un serio inconveniente para lograrlo
Su apuesta es clara. Está convencido que el nuevo iPad Pro 2018 tiene tanto «poderío» hardware que el año 2019 va a ser su año y que junto al anuncio de Adobe de lanzar Photoshop CC y nuevas apps profesionales para creativos para el iPad, Microsoft dará un paso al frente con su Office y que Apple tendrá un iOS 13 que sí acabará con las limitaciones actuales de iOS 12.
Puestos a escribir su «carta a los Reyes Magos» para el año 2019, a mi amigo le gustaría que iOS trabajara con escritorios expandidos para que al conectarlo a un monitor externo no solo tuviera una pantalla más a modo de espejo, que la aplicación «Archivos» permitiera una mejor gestión de los archivos y además accediera a discos duros y memorias externas, que hubiera la posibilidad de emplear un ratón o trackpad además del Apple Pencil… y que se lancen muchas más apps profesionales. ¿Le harán caso los Reyes Magos?
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