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Apple abandonará también las GPUs de AMD para utilizar soluciones propias

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Intel no será la única perjudicada por la transición de Apple a sus propios SoCs ARM, y es que la compañía de la manzana también dejará de utilizar GPUs de AMD para impulsar sus propias soluciones gráficas, un movimiento que, francamente, no nos sorprende, aunque debemos analizarlo para entender mejor el impacto que podría tener realmente.

Estoy seguro de que muchos de nuestros lectores recordarán la controversia que se generó cuando Apple decidió abandonar las GPUs PowerVR para utilizar sus propios diseños. Muchos creyeron que la compañía de la manzana no lo iba a tener nada fácil, y sin embargo ocurrió todo lo contrario, solo hay que ver la potencia que ofrece el núcleo gráfico integrado en el chip Apple A12Z, por poner un ejemplo reciente.

Si hablamos de las GPUs de AMD la cosa cambia de forma notable. No estamos haciendo referencia a soluciones de bajo consumo para dispositivos móviles, sino que se trata de un conjunto de unidades gráficas que ofrecen un rendimiento muy elevado, y que están diseñadas para integrarse sin problema en entornos profesionales donde la potencia es fundamental. Piensa, por ejemplo, en el Mac Pro de última generación, que puede montar hasta dos tarjetas gráficas Radeon Pro Vega II, cada una equipada con 4.096 shaders y 32 GB de memoria HBM2.

Bien, ahora piensa en todo el trabajo que tiene Apple por delante para poder abandonar esas GPUs de AMD y dar forma a un chip que sea capaz de ofrecer una potencia similar. Sé lo que estás pensando, que parece algo imposible. No voy a negar que es complicado, pero también nos parecía una locura pensar que la compañía pudiera utilizar sus propias GPUs, y mucho más que se atreviese a abandonar a Intel, y aquí estamos.

Apple abandonará también las GPUs de AMD

GPUs de AMD y GPUs Apple: la optimización como núcleo fundamental

Está claro que el rendimiento de una GPU se define por aspectos como su arquitectura, la configuración de sus motores de rasterizado, sombreado y texturizado, y también por sus frecuencias de reloj, su bus de datos y la cantidad y el tipo de memoria que integren, pero la optimización y el soporte a nivel de drivers también juega un papel fundamental.

No hay duda de que Apple juega con ventaja en este sentido, ya que mantiene un férreo control sobre su ecosistema de software, un carácter cerrado muy marcado que tiene importantes ventajas a la hora de afrontar cambios tan profundos como la transición a una arquitectura CPU distinta, y también a la hora de optimizar, es decir, en todo lo que respecta a pulir el binomio software-hardware.

Con esto quiero decir que puede que Apple no sea capaz de abandonar las GPUs de AMD y de lanzar una serie de sustitutas que estén por completo al nivel de aquellas, pero podría compensar esa falta de potencia bruta con una integración y una optimización «perfecta». La optimización y el soporte determinan en gran medida el rendimiento real de una tarjeta gráfica, recordad, sin ir más lejos, lo que mejoraron las Radeon RX 580 y Radeon RX Vega 56 gracias a las constantes mejoras que recibieron a nivel de drivers.

Desde luego no es una locura, al contrario, nos parece un movimiento con mucho sentido común, ya que eliminaría por completo la dependencia de Apple de terceros en dos componentes fundamentales, CPU y GPU, y le permitiría seguir reduciendo costes y dejar más dinero en casa.

El final del hardware de terceros en equipos Mac tendrá serias implicaciones para gigantes como Intel, NVIDIA y AMD, permitirá a Apple reforzar el control que tiene sobre su ecosistema de productos, reducir sus gastos y mejorar sus ingresos, y también podría suponer el fin de los Hackintosh.

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