Ethereum 2.0; ¿el fin de la minería de ciberdivisa?
Hace ya años que se viene planteando que las ciberdivisas, en el modelo actual, son insostenibles, y Ethereum 2.0 es una confirmación más de ello, y de que es necesario un cambio en el modelo empleado en la gestión de las cadenas de bloques (blockchains), un elemento clave de las mismas y del nuevo modelo económico que ha emergido de la mano de las finchech, pero que también está siendo incorporado en los procesos de las entidades financieras tradicionales.
El problema al que me refiero, y del que llevamos mucho tiempo hablando ya, es de la capacidad de proceso, y el consecuente consumo de energía, que ya es necesario para minar cibermoneda. Y es que si hace diez años el minado de divisa estaba al alcance de la inmensa mayoría, la creciente complejidad de los bloques a minar ha hecho incrementado sustancialmente la capacidad de proceso necesaria para tal fin. Y, adicionalmente, disparando el precio del hardware que, como las tarjetas gráficas, son especialmente útiles para este fin. Ethereum 2.0 va a suponer un gran cambio a este respecto.
La clave de Ethereum 2.0 es que a diferencia de su versión 1.0, y del mismo modo que lo hacen otras muchas cibermonedas, cambia el sistema de consenso empleado, pasando del modelo de prueba de trabajo (PoW) al de prueba de participación (PoS). Un cambio con el que se producirán varias mejoras en el funcionamiento de esta moneda, mejorando el volumen de transacciones que podrá soportar la red de manera simultánea, además de mejorar la seguridad de las transacciones gracias a la auditoría de seguridad y el incremento de validadores y, según sus creadores, un importante crecimiento en su valor.
Uno de los aspectos mencionados por su creadores, y que es en el que pongo el foco ahora, es en la eficiencia que traerá Ethereum 2.0, una eficiencia de cara a las operaciones, claro, pero que también tiene que ver con el modo en el que se obtienen nuevas monedas. Y es que el modelo de prueba de trabajo no requiere que los usuarios realicen, con su hardware, las complejas operaciones necesarias para validar operaciones, proceso en el que obtienen la ciberdivisa. En su lugar, y con este nuevo modelo, son los validadores de transacciones los responsables de concluir si un bloque es válido o no, proceso para el cual se emplea una red descentralizada de no menos de 16,384 validadores.