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Análisis

Lenovo Yoga C940, análisis: un convertible equilibrado

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Lenovo Yoga C940

Los convertibles están de moda, y la serie Lenovo Yoga logrado hacerse un nombre en el sector gracias a su excelente valor precio-prestaciones, una realidad que el gigante chino ha sabido llevar a otro nivel con el Lenovo Yoga C940-14IIL.

El Lenovo Yoga C940-14IIL es un convertible que, a simple vista, no llama especialmente la atención. Esto se debe a su diseño clásico, donde imperan las líneas angulosas, pero nada más abrirlo nos damos cuenta de que no estamos ante un convertible más. Lenovo ha dado forma a un equipo refinado, y ha sabido marcar la diferencia cuidando hasta el más mínimo detalle.

Lenovo Yoga C940

Durante las dos últimas semanas, he tenido la oportunidad de probar una unidad del Lenovo Yoga C940, concretamente su versión de 14 pulgadas con pantalla 1080p, un modelo que, a mi juicio, es el más interesante para el usuario medio, ya que la variante con pantalla 4K tiene un precio mayor y sacrifica autonomía para poder alimentar esa enorme cantidad de píxeles.

Hoy, por fin, estoy listo para compartir mis impresiones con todos vosotros. Antes de empezar, os invito a que os pongáis cómodos ya que, como de costumbre, hay mucho que leer. Ahora sí, empezamos.

Lenovo Yoga C940

Especificaciones del Lenovo Yoga C940

  • Procesador Intel Core i7 1065G7 (arquitectura Ice Lake) con cuatro núcleos y ocho hilos a 1,3 GHz-3,9 GHz, modo normal y turbo.
  • GPU Intel Iris Plus con 64 unidades de ejecución (512 shaders).
  • 16 GB de memoria RAM en doble canal.
  • Pantalla táctil de 14 pulgadas con resolución 1080p (panel IPS), Dolby Vision y 400 nits de brillo.
  • Unidad de almacenamiento SSD PCIE Gen3 x4 de 512 GB.
  • Cámara frontal HD (720p).
  • Teclado de membrana retroiluminado.
  • Bisagra giratoria que une la pantalla y el teclado, puede girar hasta 360 grados.
  • Conectividad Wi-Fi 6 y Bluetooth integrada.
  • Puerto USB 3.1 Type-A, dos puertos Thunderbolt 3, compatibles con DisplayPort y Power Delivery, jack de 3,5 mm. Incluye un hub USB Type-C 3 en 1.
  • Barra de sonido con sistema de altavoces Dolby Atmos integrada en la bisagra.
  • Dos micrófonos de largo alcance.
  • Batería de 60 Wh compatible con recargar rápida de 65 vatios. Puede cargar hasta un 80% de la batería es solo una hora.
  • Hasta 18,5 horas de autonomía por carga de batería.
  • Medidas: 320,3 mm x 215,6 mm x 14,5-15,7 mm.
  • Peso: 1,35 kilogramos, aproximadamente.
  • Chasis fabricado en aluminio.
  • Incluye el lápiz óptico Lenovo Active Pen.
  • Windows 10 Home como sistema operativo.
  • Precio recomendado: 1.599 euros.

Lenovo Yoga C940

Lenovo Yoga C940: primer vistazo y experiencia de uso

Como anticipamos, el Lenovo Yoga C940 tiene un diseño de corte clásico con unas líneas angulosas muy marcadas, lo que le confiere una terminación sobria, pero elegante al mismo tiempo. Esto lo convierte en una opción perfecta para profesionales, creativos y artistas, ya que encaja sin problema en cualquier espacio de trabajo, y también para consumidores exigentes que busquen un toque de distinción. Está disponible en dos colores, gris acero (el que hemos probado) y mica.

Nada más cogerlo, su calidad de construcción queda patente. El Lenovo Yoga C940 utiliza un chasis de aluminio, y las sensaciones que transmite al tacto no podían ser mejores. No importa de qué manera lo sujetemos, ni cómo lo movamos, la solidez del Lenovo Yoga C940 es total, y no presenta ningún tipo de ruido ni de efecto extraño que pueda poner en duda su calidad de construcción.

Lenovo Yoga C940

La distribución del teclado me recuerda mucho a lo que he visto en otros portátiles y convertibles de Lenovo. Sus teclas adoptan una terminación cuadrada con bordes redondeados, y presentan una pulsación corta y suave que facilita la experiencia de uso, lo que hace que trabajar durante horas resulte bastante cómodo. Como no podía ser de otra forma, el teclado está retroiluminado, algo positivo tanto a nivel estético como funcional, ya que nos facilita trabajar en entornos con una iluminación ambiental baja o nula.

Justo debajo del teclado, en una posición casi central, tenemos la almohadilla táctil, y a la derecha de aquella se encuentra el lector de huellas dactilares, un sistema de autenticación biométrica que es un fiel reflejo del lado más profesional del Lenovo Yoga C940. La almohadilla táctil presenta un diseño uniforme, sin distinción visual para los clics derecho e izquierdo. El tacto es suave, y la respuesta que ofrece es muy buena.

En general, la experiencia de uso del Lenovo Yoga C940 en modo portátil es muy cómoda. El teclado tiene un tacto agradable, las pulsaciones transmiten buenas sensaciones, y esto hace que, al final, te dejes llevar cuando empiezas a escribir un texto. Por otro lado, la respuesta de la almohadilla táctil roza la perfección, tanto en lo que respecta al movimiento del puntero como a los clics, y la verdad es que en ningún momento he echado de menos el ratón. La calidad de la retroiluminación es buena, y el color azulado claro casa a la perfección con el diseño y el color gris acero del Lenovo Yoga C940.

Saltamos ahora a hablar de la pantalla, uno de los componentes más importantes de cualquier portátil o convertible. El Lenovo Yoga C940 monta un panel de 14 pulgadas de tipo táctil con resolución de 1.920 x 1.080 píxeles, aunque existe una versión que eleva la resolución a 3.840 x 2.160 píxeles (4K). El panel es de tipo IPS, lo que significa que ofrece unos ángulos de visión perfectos en 178 grados, es compatible con Dolby Vision y tiene un brillo máximo de 400 nits. La calidad de la pantalla es realmente buena, y tiene unos ángulos de visión perfectos, como habíamos indicado anteriormente.

Los bordes de pantalla del Lenovo Yoga C940 son bastante razonables para tratarse de un convertible de nueva generación, y la respuesta de la interfaz táctil es excelente. El Lenovo Yoga C940 viene con un lápiz óptico con batería recargable que se integra en un espacio dedicado, situado justo encima del botón de encendido. Para extraerlo, solo tenemos que tirar ligeramente hacia fuera. Cuando terminemos de usarlo, podemos volver a guardarlo y dejar que se recargue automáticamente. Es un enfoque muy interesante, ya que esto nos ahorra tener que estar pendientes de cargarlo periódicamente.

La integración del lápiz óptico es total, y la respuesta es sobresaliente. No he notado retrasos ni errores a la hora de dibujar directamente en la pantalla, ni siquiera al trazar líneas rápidas con pulsaciones suaves y recorridos largos en la fase previa del dibujo. También resulta muy cómodo utilizarlo para navegar por la interfaz de Windows 10 en situaciones concretas, sin tener que recurrir a la almohadilla táctil. El espacio dedicado, y su batería recargable, son dos claves importantes que mejoran enormemente la experiencia de uso, ya que una vez que terminas de utilizar el lápiz óptico lo guardas y te despreocupas.

Lenovo Yoga C940

Por lo que respecta a la autenticación biométrica, el Lenovo Yoga C940 cuenta con un lector de huellas dactilares, situado en zona derecha del teclado (justo debajo de este), y también ofrece reconocimiento facial a través de la cámara frontal. La respuesta de ambos sistemas es muy buena, pero prefiero utilizar el lector de huellas dactilares. El proceso de configuración es muy sencillo, y el desbloqueo del equipo se produce prácticamente al instante. No he tenido ningún problema con la detección de la huella dactilar, ni siquiera un error de lectura que me haya obligado a repetir el proceso.

Si te preocupa la privacidad puedes estar tranquilo, la cámara frontal tiene un sistema de bloqueo que nos permite taparla por completo. Este tipo de sistemas son un auténtico «guiño» a las medidas radicales que tomaban algunos usuarios hace años, tapando la cámara de sus equipos con cinta aislante de color negro.

Por lo que respecta a la autonomía, la muestra del Lenovo Yoga C940 que he analizado fue capaz de aguantar un poco más de 12 horas y media con una carga de batería, aunque afrontando una carga de trabajo básica centrada alrededor de la navegación web bajo conectividad Wi-Fi.

Lenovo Yoga C940

No está nada mal, ya que se trata de un valor que nos permitiría afrontar con garantías una jornada completa de trabajo, pero dependiendo, eso sí, de lo intensa que resulte la carga de trabajo. En casos concretos puede que tengamos que recurrir a un enchufe, pero incluso si esto ocurre no tendremos nada de lo que preocuparnos, ya que gracias a la carga rápida podremos recuperar hasta un 80% de la batería en una hora.

Lenovo Yoga C940: rendimiento y temperaturas de trabajo

Pasamos ahora a revisar los resultados que ha obtenido el Lenovo Yoga C940 en nuestras pruebas de rendimiento. Como anticipamos, se trata de un convertible muy ligero y muy compacto, lo que significa que el sistema de refrigeración se ha tenido que ajustar a limitaciones importantes en lo que al espacio interno se refiere, y esto se deja notar en las temperaturas y en el rendimiento.

Como sabrán muchos de nuestros lectores, los procesadores Intel Tiger Lake disponen de un modo turbo que ajusta la frecuencia de la CPU en función de la carga de trabajo, de los núcleos activos y de aspectos como la alimentación y las temperaturas. Normalmente las frecuencias se elevan al máximo posible mientras los valores térmicos lo permiten, y posteriormente se van reduciendo hasta que alcanzan un nivel aceptable. Esto quiere decir que el rendimiento puede variar de forma significativa en función del modo turbo, y de las temperaturas de trabajo.

Debemos tener en cuenta, por otro lado, que estamos ante un convertible de 1,35 kilogramos que apuesta por la movilidad y la autonomía, es decir, no prioriza el rendimiento bruto, y que los procesadores Intel Tiger Lake están diseñados para adaptarse de forma óptima a las particularidades de cada tipo de carga de trabajo, y de cada situación. Con esto claro, entramos a ver las pruebas de rendimiento.

En Cinebench R23, el Core i7 1065G7 que monta el Lenovo Yoga C940 muestra un rendimiento muy bueno, sobre todo en monohilo, ya que queda solo un poco por detrás del Core i7 7700K, un chip que fue, en su momento, lo más potente de Intel para el mercado de consumo general, y que tiene un TDP mucho mayor. Por lo que respecta al resultado en multihilo, la verdad es que es un valor que podemos considerar como bueno, ya que solo queda un poco por debajo del Core i7 1165G7 (Tiger Lake), y no se aprecia ninguna pérdida de potencia grave a consecuencia de unas temperaturas de trabajo elevadas.

En CPU-Z tenemos unos valores que repiten, a grandes rasgos, lo que hemos visto en la prueba bajo Cinebench R23. El Core i7 1065G7 es un poco más lento que el Core i7 7700K, tanto en monohilo como en multihilo, un rendimiento que, de nuevo, debemos interpretar como algo positivo, ya que dicho procesador es de alto rendimiento para escritorio, y tiene un consumo mucho mayor.

La segunda imagen que adjunto debe estar asociada a la anterior para que podamos entenderla adecuadamente. En ella he mantenido el procesador Core i7 1065G7 con una carga de trabajo del 100% durante varios minutos para mostraros qué temperatura de trabajo puede alcanzar (máximos de 95 a 96 grados Celsius), y también para que veáis cómo el procesador reduce automáticamente la frecuencia de trabajo cuando sube la temperatura, y con ello decae su puntuación. Es alto totalmente normal, y en el caso del Lenovo Yoga C940 se produce de una manera razonable y equilibrada.

En la imagen superior vemos la configuración de la GPU integrada que trae el Core i7 1065G7, una Intel Iris Plus basada en la arquitectura Gen11 que suma 64 unidades de ejecución (512 shaders), y que puede alcanzar los 1.100 MHz en modo turbo. Su rendimiento en juegos actuales no es, en general, nada bueno. No es un problema, ya que el Lenovo Yoga C940 no es un equipo pensado para jugar, pero es capaz de mover sin problema juegos poco exigentes, como FIFA 21, Fortnite, World of Warships, DOTA 2, League of Legends y Team Fortress.

La unidad SSD es de tipo PCIE Gen3 x4, lo que se deja notar en sus velocidades de trabajo. No obstante, estas son muy buenas, y están a la altura de lo que podríamos esperar de cualquier SSD de gama alta basado en dicho estándar, ya que ronda los 3,5 GB/s y casi 3 GB/s en lectura y escritura secuencial.

Bajo un modelo de uso estándar, el rendimiento que ofrece el Lenovo Yoga C940 es, en general, sobresaliente. Los tiempos de encendido y de apagado son mínimos, las aplicaciones abren prácticamente al instante y el sistema operativo vuela. No esperaba menos de un convertible con 16 GB de RAM, un procesador Intel Core i7 1065G7 y un SSD de alto rendimiento.

Notas finales y valoración

Lenovo Yoga C940

El Lenovo Yoga C940 es un convertible que consigue lo que parecía imposible, mejorar el diseño de las generaciones anteriores sin tener que renunciar a nada. La calidad de construcción de este equipo es fantástica, algo que se deja notar gracias a la terminación en aluminio y a la solidez estructural que presenta incluso en las zonas más «comprometidas». Por su parte, la bisagra mantiene una rigidez y un desplazamiento tan bueno que podemos abrir y cerrar el equipo con total tranquilidad. Y hablando de la bisagra, me ha gustado mucho la forma en la que Lenovo la ha integrado en el diseño del Yoga C940.

La experiencia de uso también raya a un gran nivel. Como he dicho anteriormente, en términos de rendimiento, el Lenovo Yoga C940 cuenta con unas especificaciones muy acertadas que consiguen un equilibrio óptimo entre peso, temperaturas de trabajo, autonomía y potencia bruta. No es un equipo pensado para mover juegos exigentes, pero puede con algunos títulos y es capaz de hacer que Windows 10, y la mayoría de las aplicaciones profesionales más utilizadas, vuelen.

Sello MC Buena Elección

Pasar del modo portátil al modo tablet es muy fácil, y la solidez estructural de la bisagra es tan buena que resulta, además, cómodo, rápido y seguro. Las interacciones con el teclado son muy agradables y precisas, y lo mismo puedo decir de la almohadilla táctil y del lápiz óptico. Sobre este accesorio, reitero el valor que supone contar con un espacio dedicado donde podemos guardarlo y cargarlo de forma automática. Personalmente, creo que todos los convertibles y dispositivos dos en uno deberían contar con una integración de este tipo.

No hay duda, el Lenovo Yoga C940 ofrece un valor muy sólido teniendo en cuenta su nivel de prestaciones, su calidad de construcción y su peso, aunque el precio de venta recomendado es elevado. Por suerte, al tratarse de un modelo basado en Ice Lake, y no en Tiger Lake, es fácil encontrarlo en algunos minoristas con precios por debajo del nivel recomendado (lo he visto por 1.199 euros), lo que lo sitúa en una posición más atractiva.

Valoración final
8.5 NOTA
NOS GUSTA
Rendimiento.
Diseño.
Calidad de construcción.
Calidad de la pantalla.
Lápiz óptico recargable.
A MEJORAR
Sin conector HDMI, aunque incluye un hub.
El precio recomendado es elevado.
RESUMEN
El Lenovo Yoga C940 es un convertible que consigue lo que parecía imposible, mejorar el diseño de las generaciones anteriores sin tener que renunciar a nada. La calidad de construcción de este equipo es fantástica, algo que se deja notar gracias a la terminación en aluminio y a la solidez estructural que presenta incluso en las zonas más "comprometidas". Por su parte, la bisagra mantiene una rigidez y un desplazamiento tan bueno que podemos abrir y cerrar el equipo con total tranquilidad. Y hablando de la bisagra, me ha gustado mucho la forma en la que Lenovo la ha integrado en el diseño del Yoga C940. Un valor muy sólido teniendo en cuenta su nivel de prestaciones, su calidad de construcción y su peso. Por desgracia, su precio es alto, pero al tratarse de un modelo basado en Ice Lake, es fácil encontrarlo en algunos minoristas con precios por debajo del nivel recomendado (lo he visto por 1.199 euros), lo que lo sitúa en una posición más atractiva.
Diseño y calidad de construcción9.5
Rendimiento9
Conectividad8.5
Autonomía8
Calidad/Precio7.5

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