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Adam Mosseri: un cretino a la cabeza de Instagram

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Adam Mosseri: un cretino a la cabeza de Instagram

Lo siento, de veras, no me gusta hablar así de las personas, pero es que el director de Instagram se ha esforzado en convertirse en merecedor de tal calificativo. Y hablo de su actitud ante la polémica de los últimos días, tras revelarse que Facebook conocía perfectamente los más que nocivos efectos que Instagram tiene sobre los jóvenes y, para ser más exactos, especialmente en las adolescentes. Unos efectos que, en mi opinión, invitan a pensar si esta red social no será un problema de salud pública.

Como decía, era previsible que algún ejecutivo de Facebook y de Instagram realizara alguna declaración pública al respecto. Personalmente esperaba un genérico «Somos conscientes del problema y estamos trabajando para mejorarlo, pedimos disculpas por todo lo malo y prometemos mejorar». Probablemente vacío, sí, pero al menos habría significado que a los directivos de dichas redes sociales les preocupa, aunque sea un poco, su nocivo efecto sobre dicha audiencia.

Parece, sin embargo, que era mucho pedir, y es que según podemos leer en Mashable, Adam Mosseri, director de Instagram, decidió responder a toda la polémica afirmando lo siguiente:

«We know that more people die than would otherwise because of car accidents, but by and large cars create way more value in the world than they destroy […] And I think social media is similar.»

Sí, efectivamente, pone lo que piensas. Afirma que mueren más personas de la que lo harían si no existieran los coches (y, por ende, los accidentes de coche), pero que el valor constructivo que aportan al mundo es mayor que la destrucción que producen. Y, claro, que en su opinión ocurre exactamente lo mismo. Instagram aporta a la sociedad lo mismo que los medios de transporte, por supuesto que sí. Y que la medicina también, ya que nos ponemos…

Es innegable que si no existieran los coches, no existirían los accidentes de coche. Es cierto que si no existiera la medicina, no habría muertes por tratamientos incorrectos, si no existiera el fuego, no se quemaría nadie, etcétera. Pero claro, la comparación realizada por Mosseri es absurda a tantos, tantos niveles, que creo que merece la pena dedicar unos minutos a desgranar las razones por las que Instagram no es comparable a la revolución industrial ni a la carrera espacial.

Adam Mosseri: un cretino a la cabeza de Instagram

Lo primero, por supuesto, tiene que ver con las regulaciones. Desde la llegada de los primeros vehículos de motor, y especialmente desde que se inició su producción en serie, el marco regulatorio sobre todos los aspectos relacionados con el mismo ha evolucionado, persiguiendo la seguridad. Creo que las redes sociales como Instagram no son especialmente amigas de las regulaciones que pueden afectar a sus actividades, pero aún así, quiero pensar que Mosseri sabe que sí que existen en otros sectores, y que son de obligado cumplimiento.

Y ya que hablamos de dichas regulaciones del mundo del motor, creo que hay una que viene especialmente bien en este contexto, y es la edad mínima para conducir. Precisamente por razones de seguridad, se supone que solo puede llevarse a cabo a partir de una cierta edad, en la que ya se presupone la madurez necesaria. Mosseri, por su parte, quiere crear un Instagram para niños. Quizá sea necesaria una regulación similar en relación con las redes sociales, quizá no tenga sentido que niños y adolescentes empleen Instagram.

Habla, por otra parte, del valor que aporta Instagram a la sociedad. Bueno, habla de redes sociales, pero dado que es el director de Instagram, quiero suponer que la incluye en la lista. Y yo me pregunto, ¿qué le aporta exactamente Instagram a la sociedad? Es decir, es un servicio chulo, puedes ver fotos bonitas durante horas, es más incluso puedes comunicarte con tus amistades… algo que también puedes hacer con medios que existen hace décadas, como la mensajería instantánea, el correo electrónico o el teléfono.

En serio, repito la pregunta: ¿qué le aporta Instagram a la sociedad? Y más concretamente, ¿qué le aporta a esas adolescentes, que en uno de cada tres casos acaban sintiéndose peor consigo mismas tras acceder al servicio? ¿Y a todos esos jóvenes que han experimentado pensamientos suicidas tras su uso? Dado que los estudios de esta incidencia llevan años realizándose, quiero pensar que los directivos de Instagram habrán pensado bastante en ello, y que tendrán alguna respuesta que aportar.

La situación de Instagram no es sencilla, pero es que no ha hecho nada para merecer que lo sea. Desde 2019 sus responsables tienen constancia de los efectos nocivos, ¿y qué han hecho? Incluso TikTok, tremendamente criticada a este respecto, está mostrando más iniciativa para proteger a los usuarios más jóvenes. ¿Insuficiente? Sí, pero ya es más que nada. Por su parte, y sabiendo de sus efectos en los adolescentes, Instagram ha decidido extender su utilidad pública a los niños. En realidad creo que con lo de cretino me he quedado corto,

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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