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¿Qué son los idle games?

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¿Qué son los idle games?

No es que sean nuevos, ni muchos menos, pero en los periodos festivos (Navidad, vacaciones estivales, etcétera) los idle games suelen experimentar un pico de popularidad que hace que lleguen a muchos más usuarios. Estos días no están siendo una expepción al respecto, al punto de que incluso en mi entorno personal son varias las personas que han sucumbido a los encantos de alguno de estos títulos. Incluso yo, que a lo largo de los años he jugado a algunos de ellos, he vuelto a picar con uno más, algo que todavía no sé bien si es una suerte o una desgracia.

Explicar adecuadamente qué son los idle games resultará mucho más sencillo si partimos del punto contrario, es decir, los juegos convencionales. Desde sus orígenes, el juego siempre ha pretendido proporcionar entretenimiento al usuario mientras lo está jugando.
¿Quieres divertirte?, pues abres el juego y te poner manos a la obra, ya sea a pegar tiros como si no hubiera un mañana, a llevar a tu humilde equipo de fútbol hasta lo más alto de las competiciones internacionales o a rezumar adrenalina mientras adelantas incluso a los aviones en tu simulador de carreras favorito. Cuando has terminado cierras el juego y vuelves a tus quehaceres.

Esta es la fórmula que ha funcionado durante décadas, desde los tiempos del Pong hasta la actualidad, la realidad recreada en el juego solo existe mientras que el usuario está jugando. Al finalizar, si corresponde, se almacena en un soporte de memoria que nos permite recuperarla cuando queramos retomar el juego, durante todo ese tiempo intermedio dicho mundo permanece congelado en el tiempo, esperando a que volvamos, ya sea unas horas o unos años después, para retomarlo exactamente tal y como lo dejamos.

¿Qué son los idle games?

Progress Quest, para muchos el primer idle game de la historia.

La llegada de los juegos multijugador y el online, sin embargo, ya supuso un interesante cambio en este modelo. ¿Por qué? Pues porque aunque nosotros no estemos jugando, si hay algún otro jugador  con el que compartimos mapa, competición o cualquier otro espacio común sí que lo está haciendo, el mundo avanzará sin nuestra presencia. Esto es algo que, incluso a día de hoy, sigue pillando por sorpresa a no pocas personas que dan sus primeros pasos en el mundo del multijugador.

La relación entre el multijugador y los idle games es más estrecha, por lo tanto, de lo que podríamos pensar en un primer momento, ya que todos los juegos de este tipo son para un solo jugador. Sin embargo, comparten un elemento fundamental, y es que el mundo sigue «vivo» estés o no estés jugando. No en vano, la comunidad considera que el primer idle game de la historia fue Progress Quest, que no era más que una parodia de los primeros MMOs que triunfaron en Internet. Aunque, en realidad, aún precedente aún más lejano en el tiempo, y cuando te lo diga, algo más adelante, terminarás de encontrarle todo el sentido.

¿Qué son los idle games?

Pero entonces, ¿qué son los idle games? Pues en resumen, son juegos que permanecen activos aunque el jugador esté inactivo, y cuando digo inactivo no me refiero a que no esté interactuando directamente con el juego, no, un idle game puede estar cerrado y aún así, a su manera, que explicaré más adelante, seguir activo. Sé que para quienes todavía no han experimentado un juego de este tipo puede sonar un tanto extraño, pero en realidad hay bastantes casos en los que tiene mucho sentido.

Digo que sigue activo «a su manera» ya que en realidad, lógicamente el juego no sigue abierto. Sin embargo, cuando es abierto por el usuario comprueba la fecha y la hora, calcula el tiempo transcurrido desde que fue cerrado hasta ese momento y, a continuación, en un cálculo rápido, actualiza el contenido del mismo para contemplar todo lo que ha transcurrido en dicho lapso temporal, proporcionando al usuario la experiencia de que ese mundo no se ha parado mientras que el usuario no estaba jugando.

Si pensamos en un shooter, un simulador de conducción o un juego de plataformas, por poner solo algunos ejemplos, este modelo de juego no tiene sentido alguno, ya que el grueso de la experiencia se concentra en vivir, en primera persona, los desafíos que plantea el juego. Ahora bien, si dedicas solo unos segundos a pensarlo, seguro que se te ocurren otros tipos de juegos en los que los idle games sí que pueden encajar a la perfección. Y si no es así te doy una pista con una sola palabra: gestión.

¿Qué son los idle games?

Cookie Clicker es, probablemente, el idle game más exitoso hasta la fecha.

Ahora imagina, por ejemplo, un simulador de inversiones bursátiles que funciona en tiempo real, con información real y que, por lo tanto, replica de una manera muy fiable las condiciones reales del mercado. Evidentemente, en ese contexto no tiene sentido alguno que todo lo ocurrido en el lapso de tiempo entre que dejas de jugar y vuelves a hacerlo se pierda, ¿verdad? Las cotizaciones habrán cambiado, es posible que se haya ejecutado alguna orden automática que hayas configurado previamente, incluso es posible que lo hayas perdido todo, o que en un golpe de suerte ahora tengas una fortuna. ¿Por qué? Porque el mercado no se ha parado cuando no le estabas dedicando atención, que es exactamente lo mismo que hace un idle game.

El caso de un simulador de bolsa es bastante complejo, pero me ha parecido adecuado para que entiendas la premisa de los idle games. Sin embargo, debes saber que la propuesta de la mayoría de ellos es mucho más sencilla. En general (aunque hay excepciones, claro), este tipo de juegos tienen que ver con la recolección y/o creación de recursos de todo tipo, en procesos que se automatizan. Desde romper galletas, como en el muy exitoso Cookie Clicker, hasta gestionar una enorme corporación minera, ya sea planetaria o espacial.

En estos juegos, cuando el jugador permanece activo, puede realizar diversas operaciones (algunos juegos son más ricos que otros a este respecto), pero el juego estipula un determinado rendimiento para cuando entra en fase inactiva. Así, cuando pasadas unas horas vuelves a abrir tu explotación minera, te encontrarás con un mensaje que te informa de la cantidad de recursos que se han extraído) y por lo tanto sumado a tus cuentas, durante dicho periodo.

¿Y entonces dónde está la gracia de los idle games?

Si el juego sigue «en marcha» durante tu ausencia, es posible que te preguntes qué sentido tiene abrirlo, dónde está la diversión, pero claro, en este punto debes tener en cuenta varios aspectos importantes, principalmente estos:

  • Los «rendimientos» de tu juego disminuyen en la fase idle.
  • Normalmente tendrás que reinvertir parte de los beneficios para evolucionar tu infraestructura, recursos, etcétera.
  • Muchos de estos juegos incluyen algunas funciones y/o minijuegos de «bonus» con una duración determinada.

Dicho de otra manera, y esto no te sorprenderá en absoluto, los desarrolladores buscan la manera de lograr que los usuarios tengan suficientes incentivos como para volver al juego de manera regular, normalmente unas pocas veces al día, aunque sea para dedicarle tan solo unos pocos minutos en cada sesión de juego, el tiempo justo para recoger beneficios y recompensas, llevar a cabo todas las mejoras y, por norma general, sentirse muy orgulloso de lo bien que evolucionan sus cuentas, lo que también resulta bastante satisfactorio.

La inmensa mayoría de los idle games, ya sean juegos de navegador o apps para dispositivos, son gratuitos y, por lo tanto, se pueden financiar de dos maneras: publicidad y/o compras in-app. Por norma general no son juegos pay to win, pero sí que es cierto que ver unos anuncios o comprar algunas bonificaciones puede reducir, sustancialmente, el tiempo que necesitaremos para obtener los recursos que nos permitan mejorar el rendimiento que obtenemos de aquello que estamos gestionando. Dicho de otra manera, los idle games, especialmente los que integran compras, son solo una buena opción para personas con paciencia, en el caso contrario la tentación de picar con alguna compra puede llegar a resultar muy, muy fuerte.

¿Qué son los idle games?

El exitoso Tamagotchi puede considerarse el primer idle game digital de la historia. Imagen: Tomasz Sienicki

Si viviste, en su tiempo, la fiebre de los Tamagotchis, en realidad ese fue tu primer contacto con los idle games. Como recordarás, no era necesario que estuvieras prestando atención constante al juguete, pero cuando lo abrías, pasadas unas horas, la criatura albergada en el mismo te hacía saber, a veces de manera muy explícita, las necesidades que había acumulado durante el tiempo que habías permanecido ausente.

Para ello, al igual que hacen los idle games actuales, al reactivar el dispositivo éste calculaba el tiempo transcurrido y aplicaba una fórmula que determinaba la degradación de la criatura (hambre, suciedad, aburrimiento, etc.) que correspondía al mismo. Claro, la intervención del usuario era necesaria para restituirlo todo a los niveles adecuados, y la progresión en el juego se traducía en el crecimiento de la criatura, aunque solo le dedicaras unos pocos minutos al día.

Lo que me lleva a un punto muy importante de los idle games. Como recordarás, antes he mencionado la palabra gestión, lo que normalmente nos hace pensar en negocios, empresas y demás. Sin embargo, juegos como el citado Tamagotchi, o los populares Nintendogs y Ninencats también eran idle games, al igual que lo podría ser un simulador, al estilo de Los Sims, pero en el que la vida de sus pobladores no se detenga cuando cierras el juego.

Así, podemos esperar que la mecánica de los idle games se extienda en el futuro, desde simuladores de vida hasta managers, en los que el paso del tiempo puede traducirse en buenas o malas noticias, lo que podría aportar un factor de aleatoriedad que puede resultar muy interesante.

¿Tú conocías ya los idle games? ¿Juegas a alguno o prefieres mantener siempre el control? ¿En qué géneros crees que podría encajar bien este modelo de juego?

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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