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Vivaldi 6.0 amplía aún más la gestión de pestañas, pero sigue sin rematar la jugada

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Vivaldi 6.7

Vivaldi 6.0 es la nueva versión mayor del navegador web de las mil opciones, un proyecto con más de ocho años a sus espaldas que no ceja en su misión, la de proporcionar una suite de Internet que cubra las necesidades de los usuarios más exigentes y que, por lo general, suele acertar con las novedades que introduce en cada lanzamiento. Por lo general.

Con Vivaldi 6.0, sin embargo, tengo la sensación de que han vuelto a hacer las cosas de manera precipitada. Y digo tengo, personalizando una entrada que debería ceñirse a explicar las novedades de este lanzamiento, porque soy usuario de Vivaldi y al igual que cuando aciertan me entusiasmo, cuando considero que no hacen me sucede lo contrario, como es el caso.
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Así, Vivaldi 6.0 para PC (Linux, Mac, Windows) se presenta con un par de novedades destacadas, solo dos, y solo una es verdaderamente relevante. En ambos casos, no obstante, caen en la misma trampa… o hacen caer al usuario en ella. Es por eso que este artículo tiene más de queja de que de mera descripción. Las dos novedades son los Workspaces o espacios de trabajo y la opción de personalizar los iconos de la interfaz.

Vivaldi 6.0 - Workspaces

Comenzando por lo principal, los Workspaces o espacios de trabajo son una nueva forma de organizar los grupos de pestañas en Vivaldi, y ya van unas cuantas: ventanas, pilas de pestañas en tres formatos diferentes, sesiones… Pues bien, los nuevos espacios son una más que llega, eso sí, con voluntad de aportar un poco de accesibilidad y orden al conjunto. Y lo consigue, pero solo a medias.

Para entenderlo mejor, estos espacios de trabajo que estrena Vivaldi 6.0 son una suerte de cajón de ventanas. Es decir, todo lo que cabe en una ventana de Vivaldi (pestañas, grupos de pestañas, mosaicos), cabe en un espacio. Los espacios pueden personalizarse con un nombre y un icono y una vez guardados se encuentran en su propio menú, justo a la derecha del menú de la aplicación (el del icono de Vivaldi).

Si no te ha quedado del todo claro en qué consisten los espacios de trabajo de Vivaldi, el siguiente vídeo te ayudará.

En efecto, los espacios de trabajo son similares a las sesiones, pero no exactamente iguales. No solo eso: se integran con las sesiones, pudiendo elegir abrir una sesión como espacio de trabajo o como siempre, en una ventana corriente con sus pestañas. Este detalle deja entrever la posibilidad de una futura fusión de ambas funciones, puesto que son casi lo mismo y no se complementan bien. De hecho, aportan más confusión que utilidad.

Además, mientras que los espacios han sido ideados para ser fácilmente accesibles, las sesiones se gestionan a través del menú principal o utilizando los comandos rápidos, algo que suele ser solo del gusto de los usuarios más entregados. En resumidas cuentas, en Vivaldi tienen que simplificar la implementación, si quieren que estas cosas resulten de utilidad a una mayoría de usuarios.

Si no te gustan o no te interesan los espacios de trabajo, puedes desactivarlos desde los ajustes del navegador.

Pasando rápidamente a comentar la segunda novedad destacada de Vivaldi 6.0, esta no es otra que la opción de poder personalizar los iconos de la interfaz de la aplicación, esto eso, todo lo que puedes situar en las barras de herramientas, en la barra de estado y en el panel. Una ampliación de las posibilidades de personalización del navegador similar a la que permite editar los menús y que tiene su sitio en los ajustes de los temas.

Es una curiosidad, pero desde luego no parece nada estrictamente necesario para este o cualquier otro navegador, lo cual me hace preguntarme si no podrían gastar ese tiempo y esfuerzo de desarrollo en cuestiones más fundamentales. Sea como fuere, estas opciones de personalización, al igual que ocurre con funciones mucho más relevantes como son las mencionadas de las sesiones o los espacios de trabajo, se caen por su propio peso por un detalle crucial al que en Vivaldi siguen sin dar la importancia que merece: sincronización.

Dicho con otras palabras, puedes estar horas, cuando no días y semanas personalizando los menús o los iconos de la aplicación, guardando sesiones y ahora espacios, que cuando saltes a otro dispositivos -ponle otro PC, no hace falta complicarse más- no los vas a tener ahí porque todos estos datos no se sincronizan. Increíble, pero cierto; y aunque en el caso de las novedades más recientes podría tener su justificación, las sesiones o la personalización de los menús lleva tiempo disponible.

Puede que no hable por todo el mundo, y es que no todo el mundo tiene por qué tener varios ordenadores, pero por el tipo de funcionalidad y el usuario al que va dirigida, se me antoja un despropósito que tienen que arreglar de una vez, antes de seguir añadiendo cosas con la que a la hora de la verdad te quedas colgado. Hasta que no lo hagan… a desactivarlo todo y a seguir tirando de los viejos y confiables marcadores, aunque quizás a ti te apetezca darle una oportunidad.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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