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Análisis

Mazda 3 sedán, suavidad

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«Smooth operator» Sade (Smooth Operator, 1984)

Paso todas las horas del día en mi cuarto, esperando… Los médicos lo llaman muchas cosas pero yo se lo que me pasa, lo que sucede es que vivir no me interesa pero morir tampoco por lo que vivo en un extraño limbo de inapetencia vital que sinceramente no puedo explicar, no puedo explicarme ni aclarar por qué me siento así y mucho menos contárselo a los demás. Salgo apenas unos minutos de la habitación para comer y visitar brevemente el cuarto de baño, saludar a mi madre con un gruñido que intento que parezca cariñoso. Y vuelvo a mi cama a mirar las sombras del techo.

Sombras y sonidos son mi mundo, murmullos de voces inintelegibles, el ruido del trasiego peatonal como si una serpiente se arrastrara por las aceras con prisa antinatural. Entonces por encima del pitido del semáforo que indica a los invidentes que puden cruzar, escucho el ruido de un motor desconocido, el murmullo de unos cilindros impacientes que aguardan el toque del acelerador para dispararse en cuanto se disipen los pitidos que ahora se suceden a mayor ritmo. Hay algo en ese sonido de válvulas y pistones, en esa sinfonía de explosiones de hidrocarburos que… Corriendo gano la puerta y me cruzo con mi madre en el pasillo «voy a salir» le grito sin detenerme para alcanzar la puerta de la calle.

Nueva ocasión para visitar de nuevo un modelo que nos gustó mucho cuando lo probamos: el Mazda 3, esta vez en versión Sedán en vez de compacto. Se trata de un modelo que no alcanza en ventas a su compañero de cinco puerta pero que tiene su público ya que proporciona por un lado un maletero algo más amplio que la mencionada versión y por otro lado una línea más clásica y sobria que también tiene sus propios seguidores. Hay bastantes ejemplos dentro del mercado del automóvil de fabricantes que optan por sacar este tipo de versiones.

Ficha técnica

Quizás la diferencia de Mazda es que este modelo parece diseñado desde cero. Una vez acostumbrados a la línea de este Mazda 3 lo que sorprende es encontrarse con un cinco puertas. El aspecto exterior, como no podía ser de otra manera de manos de los excelentes diseñadores de Mazda, es impecable y las líneas a pesar de describir una configuración más seria y familiar no pierden un ápice de dinamismo e incluso deportividad, no en vano el modelo lo llaman Sportsedan. Además con este cambio el Mazda 3 parece asomarse a una categoría superior con su nuevo tamaño gracias al voladizo posterior.

Así pues las cualidades que ya comentamos del diseño del Mazda 3 incluso se acentúan con el maletero agregado en la parte posterior. En cuanto a la habitabilidad no hay cambios, las plazas delanteras y en particular la del conductor son cómodas y envolventes y todos los mandos e indicadores están a mano. Los acabados son excelentes, como ya tuvimos ocasión de comprobar en el modelo de cinco puertas y siguiendo la tradición de otros modelos de Mazda que han pasado por nuestras manos.

Interiorismo

El aire Mazda del interior se completa con unos indicadores sobrios pero adecuados y la pantalla del sistema de información y entretenimiento en el sitio más adecuado, al centro y elevado en el salpicadero. Volver a visitar el interior del Mazda 3 nos ha permitido apreciar una vez más el gran cuidado de ciertos elementos como las costuras del pomo de la caja de cambios, el excelente tacto de la tapicería o el acabado de los botones de control y los selectores del sistema de información colocados en la consola central.

En la parte trasera el espacio para los pasajeros no cambia y tampoco la altura, por lo que las personas de más estatura tendrán alguna dificultad para ir cómodas, pero el espacio para las piernas sigue siendo muy bueno. Lo que sí cambia, como es lógico, es el espacio en el maletero y el aprovechamiento del mismo. En este caso el maletero es más alargado y otorga una capacidad de carga de más de 400 litros frente a los 363 de la versión del cinco puertas.

Los asientos también se pueden abatir para la carga de objetos más voluminosos pero la altura de los bultos en este caso no podrá ser tan grande como en la otra versión y por ello encontraremos menos versatilidad en el tamaño y forma de los objetos que queramos cargar. Es un maletero pensado más para equipaje que para otro tipo de carga con espacio más que suficiente para almacenar el necesario para varios días de viaje.

Otra diferencia con el anterior Mazda 3 que probamos es la motorización, en esta ocasión hemos podido conducir la versión con el motor 2.2 diésel de 150 caballos, más potente que el motor de 105 con el mismo combustible del que hicimos test anteriormente. Los sistemas de amortiguación de vibraciones y de ruido funcionan de forma excelente y desde dentro del coche apenas llegan sonidos del motor y no se notan temblores ni siquiera con el motor en frío, todo ello fruto del trabajo de los ingenieros japoneses.

Tecnología del silencio

Dentro de estos sistemas de amortiguación ojeando la documentación técnica encontramos el Natural Sound Smoother, un sistema que instala un bulón dinámico entre el pistón y la biela que permite reducir vibraciones en la frecuencia de los 3,5KHz. Además dispone del Natural Sound Frecuency control, que interviene a bajas frecuencias (por debajo de los 3,5 KHz) que son las más críticas en un motor diésel, modificando muy ligeramente los tiempos del motor para evitar resonancias.

Puesto a prueba en distintas situaciones no hay duda que este 2.2 es más versátil y sobre todo divertido que su contrapartida de 105. Se trata de un motor que empuja con mucha fuerza gracias a sus 380 Newtons Metro de par con una excelente capacidad de recuperación incluso en marchas largas. Las buenas calidades dinámicas de este Mazda casan muy bien con esta motorización para mantener ritmos elevados en trayectos tortuosos. Llama realmente la atención la respuesta al acelerador, muy sensible pero progresivo.

El consumo por otro lado sube bastante con respecto al motor de menos potencia, sobre todo en tráfico urbano. Hemos calculado que de media esta motorización gasta más de medio litro más en recorrido mixto y la diferencia es algo superior cuando vamos por ciudad. Como siempre si queremos un coche más alegre lo más probable es que lo paguemos visitando la gasolinera más a menudo y eso pasa en este caso.

Así que en cuanto a motorizaciones diésel (las de gasolina son otra historia totalmente diferente) la cosa está clara: motor de 150 caballos si queremos diversión y de 105 si queremos ahorrar más combustible. Por otro lado el comportamiento en autopista y carreteras con pocas curvas sin adelantamientos es muy similar, con un confort de marcha muy elevado y que puede compararse con el de coches de categoría superior.

Conclusiones

El Mazda 3 Sportsedan es todo un acierto. Una carrocería con un toque algo más clasico y algo más de espacio en el maletero (pero algo menos aprovechable) sin sacrificar esa línea tan definida y ese toque deportivo que forman parte de la personalidad de los coches fabricados por la marca japonesa. Nos han vuelto a convencer los acabados del interior y la comodidad y el confort de marcha, algo menos los acabados del maletero pero no es algo de importancia capital.

En cuanto a la motorización que hemos probado se vuelve a notar el trabajo de los ingenieros para eliminar muchas de las vibraciones y ruidos que emite un motor diésel, sobre todo de este tamaño, y dotarle de una suavidad y de un empuje que además de proporcionar seguridad al volante le convierte en un modelo realmente divertido.

Valoración final
8.1 NOTA
NOS GUSTA
Buenos acabados interiores
Línea deportiva
A MEJORAR
Maletero irregular
RESUMEN
Versión sedán del Mazda 3 que no pierde ni un ápice de personalidad y gana prestaciones con el motor de 150 caballos diésel, aunque penalizado por el consumo
Prestaciones7.5
Diseño9
Consumo7
Confort9
Sistema de infoentretenimiento8

 

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