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PS5 será similar a PS4: ¿adiós a los saltos generacionales?

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Hace un par de días Sony confirmó a su manera que estaba trabajando en PS5, una consola que sucederá a PS4 y a PS4 Pro, y que como hemos visto en ocasiones anteriores mantendrá el cambio de arquitectura que la compañía dio con ambos sistemas.

Esto quiere decir que PS5 utilizará un procesador basado en la arquitectura x86, y que su GPU será una solución gráfica semipersonalizada. Esto último no es algo nuevo, la primera Xbox contaba con una variante de la GeForce 3, PS3 utilizaba una versión recortada de la GeForce 7800 GTX y la Xbox 360 venía con una versión mejorada de la Radeon X1950XT, pero la apuesta por la arquitectura x86 ha marcado un verdadero punto de inflexión.

Para entender mejor lo que queremos decir basta con mirar un juego de última generación que esté disponible tanto para PS3 y Xbox 360 como para PS4 y Xbox One. Uno de los mejores ejemplos es GTA V, aunque también nos valdría The Evil Within. Las versiones para la generación anterior y la actual comparten una base común muy clara que se extiende incluso a las animaciones, y se diferencian únicamente por la resolución y el nivel de calidad gráfica en general.

Sí, no hay duda de que la calidad gráfica que presenta un juego en PS4 es superior a la de ese mismo juego en PS3, y que la mayor cantidad de memoria RAM ha permitido crear juegos más complejos, pero la evolución no ha sido tan impresionante como la que vimos en el salto de PS2 a PS3, ni como la que se produjo con el salto de PS1 a PS2.

Con la llegada de PS4 Pro Sony ha complicado aún más la existencia de los auténticos saltos generacionales en consolas, y ha difuminado la línea hasta casi borrarla por completo. Cuando decimos que PS5 va a ser similar a PS4 nos referimos precisamente a eso, a que habrá un salto frente a la generación actual, pero inferior a lo que cabría imaginar.

¿Qué podemos esperar de PS5?

Ya hemos hablado de ello en artículos anteriores, una puesta al día que nos llevará a considerarla como una consola equivalente a un PC gaming de gama media, ya que su lanzamiento no se producirá hasta 2020.

Estos son los componentes clave que montará:

  • Procesador Ryzen con ocho núcleos a 3 GHz de frecuencia.
  • 16 GB de memoria GDDR6 unificada (a repartir entre GPU y sistema).
  • GPU Radeon Navi en 7 nm. En rendimiento bruto esperamos que esté al nivel de una GTX 1080.

Si se cumplen todas y cada una de esas especificaciones tendremos un sistema capaz de mover juegos actuales en 4K nativo con calidades altas o máximas y una fluidez aceptable, pero de nuevo debemos tener en cuenta que hablamos de una consola prevista para 2020.

Esa línea temporal es clave, ya que es la que permitirá economizar componentes y lanzar un sistema con ese nivel de prestaciones a un precio que no debería superar los 500 euros. Como ya os hemos dicho en ocasiones anteriores no creemos que PS5 vaya a desplazar directamente a PS4 y PS4 Pro, ambas consolas seguirán recibiendo juegos, pero éstos tendrán un nivel de calidad gráfica y una resolución inferior, lo que significa que se mantendrán como una opción «económica» a PS5.

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