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Alexa ¿Estás ahí? Conviviendo con los nuevos Echo de Amazon

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Los últimos años empresas como Amazon, Google o la propia Apple se están empeñando en meter en nuestras casas sus sistemas de inteligencia artificial a través de una serie de una serie de dispositivos y estándares. Todo un (amistoso) caballo de Troya con la forma de altavoces de calidad que esconden micrófonos que permiten interactuar con sus respectivas personalidades.

Se trata de la clásica estrategia digital: a cambio de funciones atractivas y más o menos útiles controlables con la voz crean una nueva forma de consumir (contenidos, música, compras y otros servicios) de la que estas empresas controlan el intermediario.  De esta forma las empresas que quieran ofrecer servicios o productos a través de este sistema tienen que “pasar por el aro”. Es algo parecido a lo que ha venido pasando con los sistemas operativos para móviles. Nada malo en absoluto, es el modelo de negocio que hace que la era digital esté convenientemente engrasada en la actualidad.

Pero en este artículo no pretendemos reflexionar sobre hacia dónde nos lleva la sociedad tecnológica en la que vivimos, en este caso hemos querido probar de primera mano uno de estos sistemas, en este caso el de Amazon, para ver cómo funcionan.

Probando los Echo

Tras la presentación oficial de la gama Echo de Alexa en nuestro país tuvimos la ocasión de llevarnos algunos dispositivos para realizar pruebas y comprobar de primera mano el funcionamiento y las posibilidades de estos productos basados en Alexa, la inteligencia artificial de Amazon. En este caso para las pruebas nos asignaron un Echo Plus, el más costoso de la familia, y el Echo Spot, el único de los Echo que dispone de pantalla. Además y para probar las bondades del hogar digital, también pudimos probar un Amazon Smart Plug, un “enchufe inteligente” que puede controlarse a través de Alexa.

Pero ¿Qué o quién es Alexa? Se trata de un asistente digital en la nube que utiliza los dispositivos Echo para interaccionar con los usuarios y permitirles realizar ciertas funciones utilizando solamente la voz. La conexión a Internet es indispensable porque todo el procesamiento se hace en los servidores de Amazon (al igual que con los sistemas de Google o Apple).

Alexa es capaz de realizar una serie de funciones básicas como la reproducción de música, configurar alarmas o temporizadores, realizar listas de tareas o conocer el estado del tráfico o previsión del tiempo. Lo interesante es que estas funciones están en continua evolución ya que podemos instalar nuevas habilidades o skills para ampliar estas funciones.

Obviamente Alexa no está pendiente constantemente de lo que decimos, es más, según los representantes de la compañía (a pesar de algunos alarmantes y poco fiables testimonios que circulan por Internet) el sistema no registra nuestra voz. El sistema solamente despierta cuando decimos la palabra clave. Lo habéis adivinado: hay que decir Alexa.

Para la prueba comenzamos instalando el Echo Plus. El aspecto es el de un altavoz bluetooth cualquiera aunque para esta generación Amazon ha cuidado mucho más su aspecto. En vez del diseño de “lata de Pringles” el Echo Plus tiene aspecto de altavoz premium y puede pedirse en tres colores: antracita, gris oscuro y gris claro que es prácticamente blanco (el que probamos).

Esta selección de colores y el material textil hace que el Echo plus pueda adaptarse a cualquier entorno y tipo de decoración sin desentonar. En la parte superior encontramos un anillo de luces LED y una serie de botones para controlar el funcionamiento del altavoz para subir el volumen, bajarlo, anular o activar el micrófono (para que el Echo pase a ser un altavoz sin alma) y el botón de acción que si pulsamos durante unos segundos hará que el altavoz entre en modo configuración.

En la parte trasera del altavoz se encuentran muy disimulados una entrada de audio auxiliar y por supuesto el conector de corriente. Así es la vida: a pesar de ser un compendio de tecnología avanzada el Amazon Echo Plus aún necesita un antiestético cable de corriente y su alimentador para cobrar vida.

Echo Spot: con pantalla

El Echo Spot tiene un diseño totalmente distinto que se asemeja al de un despertador con forma semiesférica. En este caso el anillo de luces led se encuentra en el contorno de la pantalla circular de 2,5 pulgadas y una resolución de 480×480 puntos. Puede pedirse en dos colores: negro o blanco. En la parte superior de la pantalla se encuentra la cámara que nos permitirá realizar videoconferencia y otras funciones interesantes. Los botones de control y las conexiones se encuentran ocultas de forma discreta en la parte trasera del aparato.

Al conectar cualquiera de los dos Echo a la corriente la sugerente voz de Alexa nos pedirá que lo configuremos a través de la aplicación del móvil conectándolo a una red WiFi. Hay que tener cuidado de que todos los dispositivos Echo estén conectados a la misma red para que puedan interaccionar entre ellos.

La configuración del sistema, si surgen problemas de conectividad, es realmente sencilla y utilizaremos para ello una cuenta de Amazon o crearemos una nueva. Es indispensable utilizar para ello la aplicación Alexa para móvil. Una vez el Echo quede configurado con nuestra cuenta también podremos controlar sus funciones desde la página web de Alexa.

El sistema se instala vinculándolo a una cuenta de Amazon pero permite añadir más usuarios que podrán controlar el sistema mediante la aplicación y utilizar funciones como las llamadas o los mensajes. De hecho al acceder a estas funciones a cada usuario le aparecerá la lista de contactos de la agenda del móvil que dispongan de dispositivos Echo.

La voz de Alexa merece un capítulo aparte. Según los desarrolladores de Amazon éstos se inspiraron en la serie Star Trek y la interacción de los protagonistas con la nave. Pero para la versión en español tanto la voz como la “personalidad” de la misma ha sido modificada para adaptarse a los usuarios hispanohablantes.

Además de la propia voz también se han modificado ciertos aspectos de la experiencia interactiva como el reconocimiento de determinadas palabras como “pon” en frases como “Alexa: pon algo de música clásica” o la incorporación de chistes locales. Según los responsables de Amazon hay un equipo de desarrolladores específico para mejorar las experiencias locales cuyo trabajo no termina con el lanzamiento de una versión sino que las mejoras son continuas. Las ventajas de los servicios en la nube…

Una vez configurado el Echo está listo para funcionar. Podremos hacer pruebas preguntando por el tiempo o pidiendo la reproducción de música. Hay varias sugerencias en la aplicación o podemos preguntarle al propio Echo. En este caso se utilizará el servicio Amazon Music pero podemos configurar otros como Spotify o TuneIn u otros servicios de música que instalemos como archivos de música por defecto.

La luz de los Echo

El altavoz dispone de una luz led circular en varios colores tal y como hemos apuntado. Cuando decimos la palabra Alexa la luz se teñirá en varios tonos de azul para darnos confirmación visual de que está preparado para recibir órdenes de nosotros. A veces esta luz puede resultar molesta (por ejemplo si lo tenemos en la mesita de noche del dormitorio) por lo que podemos hacer que se quede apagada activando el modo “no molestar” en la configuración. El inconveniente es que de esta forma el Echo no podrá recibir llamadas de otros dispositivos.

Lo primero una vez en marcha hemos probado la capacidad del Echo Plus como altavoz para reproducir música. Amazon ha querido mejorar con este modelo la calidad del sonido gracias a un woofer para graves de neodimio de 76 milímetros y la verdad es que la calidad de reproducción es bastante buena considerando que se trata de un altavoz portátil.

Cuando reproducimos música a un volumen alto o escuchamos una pieza compleja como música clásica o rock sinfónico el altavoz se queda un poco corto, sobre todo en habitaciones más grandes. Amazon ha previsto para esto una configuración con dos Echo (plus o normales) y el subwoofer de Echo todos conectados sin cables.

Tuve ocasión de escuchar esta configuración en la presentación en una nave abierta y me sorprendió la calidad de reproducción y la fuerza de los bajos. Es una inversión considerable eso sí. Además de reproducir música de Amazon Music o Spotify también podemos conectar el Echo por Bluetooth o la entrada de línea.

Con otros altavoces

También tenemos la opción de conectar el Echo a otro altavoz Bluetooth u otro dispositivo de reproducción de audio como receptores de AV para conseguir una calidad de sonido mejor. En este caso no podemos montar un sistema estéreo como el que sí podemos montar con otro Echo y el Subwoofer sino que el sonido pasaría simplemente a reproducirse por la otra vía.

Aunque esta opción no es demasiado necesaria en el caso del Echo Plus ya que la reproducción de sonido es bastante buena, sí que puede ser interesante para el Spot o el Dot que tienen altavoces de una calidad bastante más baja. De hecho en las pruebas que hemos realizado el Echo Spot es bastante limitado como altavoz aunque suficiente para llamadas o si limitamos el volumen de la música. De todas formas y si la calidad del sonido es importante para nosotros lo mejor será conectarlo a un altavoz auxiliar o incluso a un sistema de sonido o de cine en casa (como hicimos en nuestro caso).

La principal diferencia entre el Spot y el resto de la gama Echo disponible en España es su pantalla y su cámara (en Estados Unidos tenemos otros dispositivos como el Echo View). La primera es de forma circular y tiene un tamaño de 2.5 pulgadas y nos permite ver vídeos o relizar videoconferencias. Podemos hacer que la imagen ocupe toda la pantalla o un rectángulo colocado en el centro de la misma.

Alexa: ¿me oyes?

Dentro el apartado del audio los micrófonos son una parte muy importante del dispositivo. Hay que tener en cuenta que el Echo tiene que ser capaz de escucharnos y de entender perfectamente lo que decimos incluso en entornos ruidosos. Para conseguirlo el Echo Plus equipa nada menos que siete micrófonos de rango extendido orientados en todas direcciones además de sistemas de cancelación de ruido. El Echo Spot por su lado tiene solamente cuatro.

Hemos probado a hablar con los Echo (tanto el Plus como el Spot) a distancias de hasta seis metros con música de fondo, con conversaciones y a un tono normal (el razonable para que la voz llegue a los micrófonos) y los dispositivos han respondido siempre. Solamente si les damos la espalda o hablamos realmente bajo tendremos problemas.

Incluso nos ha pasado que con los dos Echo instalados si hablábamos en el salón con uno de ellos el del dormitorio reaccionaba. El caso es que finalmente ambos se ponían de acuerdo y la acción era realizada por el que se encontraba más cercano a quien daba las instrucciones, por lo que suponemos que en este caso entra en juego la “inteligencia” del sistema para discriminar.

En definitiva una sensibilidad realmente notable la de los micrófonos y un trabajo soberbio del sistema de reconocimiento sobre todo si recordamos los tiempos en los que los sistemas que funcionaban por voz precisaban de un aprendizaje por parte del software. Este elemento, el de los micrófonos y la calidad de recepción de los mismos, es un factor muy importante a considerar cuando queramos adquirir un producto compatible con Alexa de terceros. En ocasiones dispositivos de bajo precio no tendrán la misma calidad de recepción lo cual puede llegar a ser un problema para que el sistema sea usable.

Un elemento importante del que dispone solamente el Echo Plus es que dentro del altavoz se incorpora un hub del sistema de control de dispositivos domóticos Zigbee. Gracias a él podremos detectar y controlar numerosos dispositivos domóticos sin necesidad de hardware o software adicional. Entre ellos los sistemas de iluminación Philips Hue, numerosos dispositivos de control de presencia, termostatos y dispositivos Samsung Connect Home.

Este es otro factor importante a la hora de decidirse por un dispositivo compatible con Alexa si queremos que el Echo Plus se convierta en el centro de la instalación domótica de nuestro hogar. Para comprobar si los dispositivos domóticos de los que disponemos son compatibles podemos visitar la página oficial de Zigbee al respecto.

También es posible conectar dispositivos domóticos si disponen de la skill de Alexa correspondiente que permita conectar con el sistema Echo. Para ello es bueno consultar con el fabricante y asegurarse de que la skill está disponible en nuestro idioma, cosa que no siempre es así como veremos más adelante.

Charlando con Alexa…

Pero ha llegado el momento de la verdad y no es otro que ponernos a charlar con Alexa para explorar sus posibilidades. Podemos dividir los comandos de Alexa en distintas categorías que siempre podemos ampliar instalando skills. Si queremos ejemplos de lo que podemos decir “Alexa, ¿qué puedo decir?”.

Los comandos más sencillos son los de control de música y de la reproducción: pon tal tema o reproduce tal tema o autor, baja el volumen, pon el volumen a 6, repite, siguiente, pausa, para… Por otro lado a Alexa le podemos plantear preguntas generales como operaciones matemáticas, definiciones de términos, distancias, informaciones geográficas, conversión de medidas, sobre música, sobre películas… También podemos preguntar temas actuales como el estado del tráfico o del tiempo.

Algunas de estas preguntas provocan contestaciones curiosas como si le preguntamos quién es el jefe, que nos cuente un chiste, qué hace en su tiempo libre… También podemos preguntarle quién es mejor, si ella o Siri o qué opina de Apple. Si le damos las gracias también nos contestará amablemente.

Es interesante experimentar, como por ejemplo si le decimos que estamos tristes o que nos encontramos mal. En este último caso los consejos son descansar y una bebida caliente. Si la pregunta no se corresponde con algo que Alexa pueda hacer ésta se disculpará. Si en cambio no ha entendido bien la pregunta pero cree saber qué le estamos pidiendo nos propondrá una acción y nos pedirá confirmación de que eso es lo que queremos hacer.

Cuidado porque si le decimos a Alexa que es el cumpleaños de alguien o nuestro aniversario el sistema nos propondrá la compra de un regalo a adquirir a través de Amazon. Al estar la cuenta vinculada con nuestra cuenta de Amazon en teoría podemos realizar la compra directamente. En cualquier caso Alexa nos pedirá confirmación.

Un uso interesante de Alexa es el de organizador. Podemos pedir al sistema que cree una cita, un hito en el calendario, que programe una alarma o un temporizador y crear listas como lista de la compra o de cosas que hacer. Todos estos elementos son editables desde la aplicación o la página web de control de nuestra cuenta de Alexa.

Alexa, ¡ayúdame!

Encontrarse en la cocina y darnos cuenta que nos falta harina y simplemente pedirle a Alexa que lo añada a la lista de la compra, acordarnos acostados ya en la cama que tenemos que levantarnos más pronto y pedir que Alexa nos despierte antes (y con la música que elijamos), preguntar mientras nos estamos vistiendo cuáles son las citas del día son todas situaciones que con el tiempo se viven como naturales y nos ahorran mucho tiempo y molestias, más de lo que parece.

También podemos pedir a Alexa que nos diga las últimas noticias o que nos de resultados deportivos, pero para ello tendremos que instalar los skills correspondientes de los servicios de noticias que prefiramos. En el caso del Spot también podremos ver en la pantalla imágenes de dichas informaciones. Es importante instalar skills sobre todo si queremos información de temas muy concretos como arte, cine, etc.

Como hemos mencionado, otro de los puntos a favor del sistema es la capacidad de controlar la domótica del hogar. En nuestro caso nos proporcionaron un Smart Plug que nos permitió controlar el encendido de una lámpara de pie. Es una operación muy sencilla, solamente hay que instalar el dispositivo y luego buscarlo mediante la aplicación o decirle a Alexa “encuentra mis dispositivos”. Enseguida podremos encender o apagar la luz con la voz.

Sin embargo esta función quizás no es la que más madura esté, no por culpa de Amazon, que ha hecho un gran trabajo incorporando la compatibilidad con ZigBee y abriendo la posibilidad de la creación de skills para su sistema, sino por la escasa adopción de estos sistemas y por la lenta traducción de las skills necesarias para el uso de ciertos dispositivos.

En nuestro caso quisimos utilizar Alexa con un receptor Yamaha compatible MusicCast y con un sistema de control de la calefacción de Nest, pero al no estar los skills traducidos y localizados para España no fue posible. La única alternativa es configurar nuestra cuenta de Amazon como si estuviéramos en Estados Unidos (con los inconvenientes que eso supone) o esperar a que los fabricantes adapten sus skills.

Alexa, llama a…

Una de las funciones interesantes es la posibilidad de utilizar Alexa para hacer llamadas, enviar mensajes o incluso realizar videoconferencias, lo que Amazon denomina “Drop In” (siempre que dispongamos de un Echo Spot). Podemos utilizar directamente los Echo diciendo “Alexa llama a… “ o “Manda un mensaje a…” o utilizar la aplicación.

Además, si disponemos de un Echo Spot, podemos utilizar esta funcionalidad como una especia de cámara de seguridad ya que la videollamada a través de Drop In entra sin necesidad de que nadie acepte la comunicación. De esta forma podemos realizar una videoconferencia con, por ejemplo, la cámara que tenemos en el salón y ver lo que está pasando.

Alexa, ¡a trabajar!

Una opción que no está disponible aún en España y que nos parece bastante interesante es la posibilidad de utilizar Alexa para usos profesionales. En la página web de Alexa for Business podemos ver algunos de los casos de uso como en la sala de reuniones o puestos de trabajo.

Tras convivir un tiempo con los Echo y una vez pasada la novedad y agotar todas las preguntas y peticiones absurdas que se nos han ocurrido, la impresión general es que el sistema Alexa funciona muy bien, responde a una gran cantidad de preguntas y permite activar funciones interesantes.

El que esto nos pueda resultar útil o no depende mucho de cada uno y de lo “techie” que queramos que sea nuestro hogar. También hay que decir que, como hemos apuntado, los skills disponibles en nuestro idioma aún son limitados. Sin ir más lejos en Estados Unidos es posible por ejemplo donar a obras de caridad a través de Alexa cuando nos sintamos generosos.

En realidad los Echo de Amazon son un sistema interesante que en el futuro se puede convertir en mucho más si el desarrollo de Skills por parte de las empresas vaya avanzando y sobre todo cuando las empresas empiecen a ofrecer servicios y contenidos adaptados para estos sistemas, algo que parece inevitable ya que como decíamos al principio Google y la propia Apple han apostado también por ellos.

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