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El Walkman de Sony cumple 40 años

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No existían los smartphones. Ni el MP3. La nube era poco más que un sueño de los autores de ciencia ficción. Nadie imaginaba que llegaría un Spotify. Sin embargo, hace cuarenta años tus padres también podían disfrutar de su música favorita en cualquier parte: esta es la historia de como Sony creó el Walkman, un icono que va mucho más allá de la tecnología y que marcó para siempre a toda una generación.

Como ocurre con muchos grandes productos, el Walkman no fue una invención totalmente original sino que aprovechó la tecnología existente para combinarla de la forma más eficiente y resolver una necesidad: la de poder escuchar música en privado, sin cables y en cualquier sitio.

El Pressman, un producto para periodistas, considerado antecesor del Walkman.

Nuestro relato comienza a mediados de la década de los 70. El cofundador de Sony, Masaru Ibuka, era muy aficionado a la ópera y por razones de trabajo pasaba muchas horas viajando en avión, así que solía llevar una grabadora de casete TC-D5 para escuchar música. Sin embargo, se quejaba continuamente por el peso del equipo y los aparatosos auriculares que debía llevar.

En una reunión con Akio Morita, director de Sony y uno de los genios de la casa japonesa, le surgirió la idea de transformar esa grabadora en un reproductor portátil, añadiendo a la circuitería un amplificador estereofónico y diseñando unos auriculares más ligeros y baratos, que se pudieran guardar en cualquier sitio. Al final, esa sería una de las claves del éxito del proyecto Walkman.

A pesar de lo romántico de la historia, podría no ser del todo cierta. En 1972, un inventor brasileño llamado Andreas Pavel patentó una especie de cinturón estéreo que para muchos es el primer reproductor portátil. Esto obligó a Sony a afrontar un largo proceso judicial que no terminó hasta 2005, cuando el gigante japonés pagó los derechos y regalías que le correspondían a Pavel, en una cifra que no ha sido divulgada.

El primer Walkman, el Sony TPS-L2 se lanzó el 1 de julio de 1979, estaba hecho en metal y era capaz de reproducir audio en estéreo. Cabía en un bolsillo (los bolsillos de los 80 eran más grandes) y solo necesitaba un par de pilas AA para funcionar. Como curiosidad, el producto llegó un año más tarde a EE.UU. con el nombre de Soundabout  y a Reino Unido con Stowaway, pero afortunadamente todo quedó desterrado por el fenómeno Walkman.

A pesar de lo que pudiéramos pensar, el lanzamiento inicial del Walkman estuvo lejos de ser un éxito. Durante las primeras semanas solo se alcanzaron las 3000 unidades así que Sony decidió entregar una unidad a sus empleados y hacerlos pasear por Tokio con sus auriculares puestos. Ese fue el pistoletazo de salidad para vender millones de unidades.

La movilidad erá lo que Sony destacaba en las primeras campañas de Walkman.

Para descubrir un Walkman parecido a los que muchos recordamos tenemos que regresar a 1981, cuando se lanza el Sony Walkman WM-2 que simplificaba los controles, presentaba una estética mucho más moderna y se podía comprar en cuatro colores diferentes.

Los modelos sucesivos fueron mejorando la idea original, añadiendo funciones como la radio FM y AM, las baterías recargables, el sistema autoreverse o un chasis cada vez más fino y ligero. Con más de 175 millones de dispositivos vendidos, el éxito comercial del Walkman fue tal que se le considera el responsable del triunfo del formato cassette sobre el vinilo.

Sony siguió fabricando Walkman hasta 2010 (se lanzaron más de 100 modelos diferentes) y utilizó su marca hasta mucho después, en dispositivos como smartphones o reproductores MP4 que, obviamente, poco tienen ya que ver con el mítico producto ochentero. En cualquier caso, nuestro más que merecido homenaje para un gadget que todavía pervive en nuestro recuerdo.

Más información | The Walkman Archive

Portada | Imagen CooperHewitt

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