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Astrónomos muestran la superficie del Sol con un detalle sin precedente

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El telelescopio Inouye conseguido fotografiar la superficie del Sol con un detalle sin precedente, mostrando al astro rey como nunca se había visto y confirmando que es tan espectacular de cerca como lo vemos cada día a ojos vista desde la Tierra.

El nuevo telescopio Daniel K. Inouye de la National Science Foundation ha «abierto sus ojos» estrenándose con las mejores imágenes de la superficie solar vistas hasta ahora. Se encuentra en la cima del Haleakala, un volcán inactivo en Hawái​ que ofrece una posición privilegiada para que el telescopio solar más potente del mundo ayude a descubrir los secretos de una estrella que mantiene la vida en nuestro planeta.

Inouye hace palidecer instalaciones anteriores para el estudio del Sol y los científicos esperan que esta mejora dramática de la capacidad transforme la física solar durante décadas. «Va a ser una revolución para entender el Sol», explican los astrónomos. El enorme espejo del telescopio puede acercarse a estudiar objetos tan pequeños como los 35 kilómetros de diámetro y desde una distancia de 150 millones de kilómetros. «Actúa como un microscopio para resolver características diminutas del Sol. Es muy emocionante».

superficie del Sol

El movimiento de la superficie del Sol

Las primeras imágenes de Inouye muestran que el cuerpo celeste parece una extensión burbujeante de granos dorados, que de hecho representan el plasma que cubre el sol. Los granos, o «estructuras similares a células», como dice la NSF, son cada uno del tamaño de un estado como Texas. El plasma solar caliente se eleva en el centro de las células y luego se enfría, hundiéndose desde la superficie en «un proceso conocido como convección», señalan.

El sol es un remolino constante de actividad violenta, quemando alrededor de 5 millones de toneladas de combustible de hidrógeno por segundo. Esa energía se irradia al espacio, y el movimiento del plasma del sol «retuerce y enreda» los campos magnéticos solares. A ojos vista desde la Tierra no podemos ver este movimiento, pero a veces sentimos sus efectos y algún día podrían ser catastróficos. Las eyecciones de masa coronal del sol lanzan partículas cargadas al espacio que pueden colisionar con la atmósfera de la Tierra e interrumpir los satélites, los sistemas de telecomunicaciones, los de navegación y las redes eléctricas.

Los científicos esperan que Inouye les ayude a comprender mejor el «clima espacial», un término general que se refiere a las condiciones en el sol, en el viento solar y dentro de la magnetosfera, ionosfera y termosfera de la Tierra. El tiempo de notificación estándar para el clima espacial es actualmente de 48 minutos. Los expertos creen que pueden extender ese período a 48 horas, permitiendo más tiempo para asegurar la infraestructura y los satélites.

Las primeras imágenes de la superficie del Sol de Inouye son espectaculares, pero se espera mucho más. Los ingenieros todavía están trabajando para terminar la cúpula del telescopio y la investigación comenzará «en serio» este verano. Con esta poderosa tecnología al alcance de la mano, los científicos podrán arrojar luz (nunca mejor dicho) sobre algunos de los grandes secretos del astro, como por qué la corona (la atmósfera exterior) puede ser millones de grados más caliente que la superficie del Sol y cómo los campos magnéticos pueden desencadenar erupciones de gas sobrecalentado a una magnitud tan impresionante como para volar por el espacio y estrellarse contra la Tierra interrumpiendo las comunicaciones.

El nuevo telescopio dará servicio a varios grupos de astrónomos. La Universidad de St. Andrews quiere usarlo para investigar cómo se reorganiza el campo magnético del Sol antes de una erupción, una información que podría ser clave para predecir las perturbaciones del clima espacial en la Tierra. En la Universidad de Glasgow planean mapear las explosiones dramáticas conocidas como erupciones solares que transportan energía en la atmósfera del Sol.

Los físicos solares están de enhorabuena porque podrán combinar las imágenes de Inouye con la información que envíen dos nuevas misiones espaciales: la sonda solar Parker de la NASA y el orbitador solar de la Agencia Espacial Europea, que se lanzará esta semana. Los científicos europeos planean construir un telescopio solar propio, de 4 metros e instalado en nuestras Islas Canarias, otro de los mejores sitios de observación del Cosmos desde la Tierra.

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