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Análisis

Skoda Superb iV, adaptación

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Skoda Superb iV

¿Quién sabe qué traerá la marea? Chuck Noland (Náufrago, 2.000)

«Comprobad de nuevo esas cifras». Estoy seguro de que el jefe sabe que eso que está diciendo es absurdo. Lo que está viendo es la estimación que ha hecho el cuarto ordenador más potente sobre la faz de la Tierra y repetir los cálculos no va a cambiar las cosas. Pongo mi cara de concentración, la de las grandes ocasiones cuando quiero parecer ocupado. Me rasco la barbilla supuestamente pensativo, observo mi pantalla, tecleo «me aburro, me aburro, me aburro» en la aplicación de notas. Borro la nota que acabo de crear: «Nada jefe, el resultado es el mismo.» Ahora se frota la cabeza, no encuentra su pelo y es que lo perdió hace como veinte años. Nunca ha tenido una poblada melena precisamente pero desde que le hicieron jefe los cuatro cabellos que le quedaban y le permitían tapar tímidamente el  intenso brillo de su cabeza sudorosa abandonaron el campo de batalla sin dejar rastro. Así que como mucho frotando de esa manera está sacando aún más brillo a su cráneo desnudo.

Me encojo de hombros y exhibo otra de mis interpretaciones magistrales, la de preocupación. Frunzo el ceño, me estoy creciendo y lo van a acabar notando «¿Consultamos con la central?» Para los nuevos, consultar con la central consiste en que alguien tan calvo e inútil como mi jefe pero con un cargo superior en la pirámide de incompetencia conteste «Lo estudiaremos» para no recibir nunca más una respuesta. Así mueren los problemas más graves de la humanidad, en el buzón de correos de alguien que no tiene lo que hay que tener para reconocer que no tiene ni la más remota idea de lo que le estamos consultando y mucho menos de cómo resolverlo. «Entonces…» balbucea mi jefe como en las grandes ocasiones «¿la trayectoria sigue siendo la misma?». «Colisión» contesto con solemnidad mientras por debajo de la mesa escribo en el grupo de Whatsapp de los colegas. No habrá barbacoa el fin de semana y que no va ser precisamente por el tiempo…

Ficha técnica del Skoda Superb Combi iV

Metidos de lleno en pleno prólogo de una revolución en el mundo del automóvil con la movilidad eléctrica como principal chispa de cambio, el sufrido consumidor que se encuentra frente al dilema de la compra de un vehículo tiene ante si una amplia gama de posibilidades si quiere estar preparado para el futuro. Pero la parte más importante es el análisis de sus necesidades de movilidad: eminentemente urbanas, viajes esporádicos o frecuentes, entorno urbano o no… Una serie de condicionantes que pueden ayudar a la elección de un coche que tiene que durar años para que pueda convertirse en una inversión razonable.

Movilidad

Pero si no tenemos las necesidades de movilidad claras o es posible que cambien con el futuro hay actualmente una opción que permite una flexibilidad interesante: el de los modelos híbridos enchufables. Con la etiqueta cero emisiones de la DGT como bandera, con las ventajas que supone sobre todo para los habitantes de las grandes ciudades, los híbridos enchufables permiten una pequeña autonomía en modo eléctrico, suficiente para desplazamientos urbanos diarios en la mayoría de los casos, en combinación con un motor de combustión.

Uno de los grupos que hace tiempo ofrece este tipo de modelos en su catálogo es el grupo Volkswagen. En este caso con la peculiaridad de que los ingenieros alemanes aprovechan las características de este tipo de motorizaciones para dotar a estas variantes de modelos «clásicos» con prestaciones deportivas, como hemos visto en las variantes GTE tanto del Golf como del Passat. En este caso hemos podido probar la evolución de esta filosofía en otro modelo muy popular de uno de los fabricantes del grupo: el Skoda Superb.

Hace ya tiempo que tuvimos la ocasión de probar el Superb, un coche grande e interesante si queremos resumir sus características con tan sólo dos adjetivos. Y lo cierto es que echando un vistazo al Superb iV que hemos podido probar el adjetivo «grande» encaja como un guante, sobre todo en la variante Combi (ranchera) que es la que tenemos entre manos. Supera los 4 metros y 86 centímetros de largo y el metro 86 de ancho así que de tamaño vamos más que sobrados…

Nueva generación

Esta nueva generación del Superb ya nos llamó la atención por su diseño moderno y deportivo con grupos ópticos afilados, volúmenes con formas poligonales en la carrocería, una rejilla de ventilación bajo el parachoques en color negro con diseño nido de abeja así como detalles deportivos en este acabado Sportsline como el spoiler trasero o las llantas. Llaman la atención las amplias superficies acristaladas que prometen una buena visibilidad, algo de agradecer cuando se maneja un coche tan voluminoso. Más luz aún gracias al gran techo solar que equipa este modelo.

El aspecto exterior de la versión Combi del Superb es imponente, pero el diseño de la carrocería ha sido realizado orientándolo a la aerodinámica y a una estética más deportiva. Es una de las obsesiones de todos los diseños de tipo «sport wagon» en los que se sacrifica algo de capacidad de carga y de habitabilidad para conseguir un diseño menos «cuadrado».  La línea de la parte posterior, sin ir más lejos, desciende de forma suave y los elementos de relieve de la carrocería contribuyen a que no tenga un aspecto tan de bloque de cemento como antaño.

En definitiva el Superb incluso parece más compacto de lo que es, realidad que se nos aparecerá en cuanto intentemos aparcarlo en línea en algún entorno urbano con poco espacio a disposición. Las pinceladas de el acabado sportline como las llantas de 18 pulgadas añaden toques de dinamismo muy adecuados para un coche que, como veremos, no anda mal en lo que respecta a prestaciones y sensaciones deportivas.

Gran tamaño

Gracias a que las cotas exteriores son muy generosas, sacando el máximo partido como siempre a la plataforma puesta a disposición por Volkswagen, el interior del Superb es uno de los más amplios que podemos encontrar en un coche de estas características. En la parte delantera el puesto de conducción es muy bueno, con asientos de diseño deportivo que envuelven bien para sujetar el cuerpo en las curvas y regulación eléctrica con memoria que corresponden al acabado Sportline.

El puesto de conducción también luce otros elementos de este acabado como el volante deportivo de tres radios, el interior en color negro, tapicería con pespuntes o las molduras decorativas de las puertas con el logo de la marca. El salpicadero de esta versión incluye el panel de instrumentos totalmente digital y configurable y la pantalla de entretenimiento de ocho pulgadas que sin embargo se coloca por debajo de las tomas de ventilación y por lo tanto queda algo bajo para no distraer la atención de la carretera.

En general los acabados y el diseño son sobrios pero son buenos y están llenos de detalles prácticos según la filosofía de la marca con espacio más que de sobra para casi cualquier cantidad de objetos tanto en la guantera como el los bolsillos de las puertas o el cajón bajo el reposabrazos central. Con respecto a generaciones anteriores la disposición es muy parecida aunque cambian sobre todo materiales como por ejemplo los tapizados interiores de algunos de los elementos del habitáculo.

Espacio atrás

La parte de atrás del coche es donde el Superb sobresale en cuanto a la habitabilidad y comodidad para los pasajeros. Las puertas dejan un espacio muy grande para entrar por lo subir y bajar del coche resulta muy cómodo. Hay espacio en altura, en anchura y a lo largo para que quepan tres personas cómodamente y el acolchado de los asientos es adecuado para viajar cómodamente. Como ya anticipamos en la prueba anterior del Superb es el coche con más espacio para las piernas de los pasajeros que hemos podido probar. Además los ocupantes de las plazas traseras disponen de doble salida de ventilación y conexión de corriente.

Si las plazas traseras sobresalen la versión Combi del Superb resulta casi insuperable en la capacidad del maletero. Nada menos que 510 litros que se transforman en 1.800 si abatimos los asientos de atrás (lo que da una idea del espacio hasta la fila delantera). En esta versión se pierden 150 litros con respecto al Skoda Superb Combi en versión de motor solamente de combustión pero aún así el espacio es muy considerable y aprovechable, servido por ganchos, kit de emergencia y en el que los pasos de ruedas apenas restan espacio para la carga.

En marcha

Llega el momento de coger el volante del Superb y como siempre antes de pulsar el botón de encendido echamos un vistazo a las características técnicas del motor. Como hemos apuntado se trata de un sistema híbrido enchufable con un motor de gasolina de 1.4 litros de inyección que rinde 156 caballos que puede trabajar conjuntamente con el motor de 116 caballos eléctrico para ofrecer una potencia total de 218 caballos. Los dos motores, como es habitual en este tipo de coches, pueden funcionar de forma independiente y en el caso del eléctrico y gracias a la batería de 13 kWh ofrece una autonomía sin emisiones de 56 kilómetros.

El Superb dispone de la misma selección de modos de conducción que los GTE de Volkswagen: eléctrico, híbrido, gasolina y Sport que se acciona directamente con un botón junto a la palanca de la caja de cambios DSG y que sustituye en este caso al botón GTE. El sistema de información y entreteminento puede ofrecer información del funcionamiento del sistema, de la autonomía y estadísticas de consumo y de uso para ajustar nuestra forma de conducir.

La carga eléctrica se realiza mediante un conector oculto en el frontal del coche y admita solamente carga por corriente alterna, es decir, no admite carga rápida por corriente continua. Esto supone que con un wallbox en un domicilio podemos realizar una carga completa en dos horas y medias mientras que con un enchufe convencional (de buena calidad, cuidado con enchufar el coche a instalaciones eléctricas en mal estado) podremos hacerlo en cinco horas.

Modo eléctrico

Durante nuestras pruebas en modo eléctrico el Superb se desenvolvió de maravilla a pesar de tener un peso superior al Gol y al Passat que probamos con el mismo sistema. La disponibilidad en todo momento de los 116 caballos y la buena cifra de par lo convierten incluso en un coche ágil y brillante a pesar de su tamaño. Si no fuera por esto mismo se comportaría como un coche ideal para las ciudades, pero ese tamaño que nos garantiza una habitabilidad excelente juega en su contra en este caso.

La autonomía eléctrica real, sobre todo si tenemos que salir a autopistas de circunvalación o similares, es algo menos de los 56 kilómetros teóricos y ronda los 40. En nuestro caso ha sido suficiente para realizar el itinerario diario completo por lo que, siempre en nuestro caso, una carga diaria en el garaje es suficiente para el día a día. El modo híbrido normal es el que más usaremos si tenemos que hacer muchos kilómetros (más de 50 diarios) y funciona con mucha suavidad pero con buena respuesta si se necesita potencia, sobre todo gracias al buen funcionamiento del cambio DSG, un tándem ideal con este sistema híbrido enchufable.

Pero la diversión, como no puede ser de otra forma, empieza cuando pulsamos el botón Sport y ponemos en fila los 218 caballos que tiene disponibles. El coche se transforma en un deportivo de más de 1.700 kilos que se agarra a la carretera y sale a comerse las curvas con un agradable y rabioso sonido sabiamente modulado por el sistema de escape del coche. El tacto obviamente no puede ser el de un Golf pero el chasis aguanta admirablemente cualquier trayecto que se le ponga delante. Nos ha sorprendido el buen comportamiento en curva sin balanceos además de una dirección bastante precisa.

En carreteras menos complicadas también se desenvuelve bien y resulta cómodo para viajar incluso en modo Sport. Esto junto con la buena habitabilidad hace del Superb iV un compañero de viaje excelente, con una buena autonomía, cómodo y con prestaciones suficientes para, como solemos decir, arrancar sonrisas. Además de estas características el coche está bien insonorizado y el techo solar de gran tamaño añade detalles interesantes para mejorar la vida abordo.

Conclusiones

Esto va de adivinos, profetas, quiromantes etc… ¿Cuánto va a tardar el coche eléctrico en ser una realidad asequible, con puntos de carga suficientes para viajar y buena autonomía? Si necesitamos un coche ya y nuestras previsiones son que esto que anticipamos ocurrirá por lo menos dentro de cinco años es posible que un híbrido enchufable sea una solución intermedia que se adapte bastante a nuestras necesidades. Si además tenemos familia, nos gusta viajar confortables, necesitamos un eléctrico para el día a dia y el presupuesto es ajustado este Superb iV de Skoda puede ser una solución excelente.

Con acabados algo anticuados pero buenos y prácticos y una solución técnica más que probada por la casa madre alemana, es Superb pasa con nota las pruebas de vehículo urbano cero emisiones, devorador de kilómetros con una habitabilidad y maletero más que notables y finalmente el toque deportivo para esas excursiones tontas con el techo solar abierto y la melena al viento. Una combinación que nos parece realmente interesante mientras esperamos a la verdadera revolución.

Valoración final
7.9 NOTA
NOS GUSTA
Excelente habitabilidad
Buen comportamiento dinámico
A MEJORAR
Poca autonomía eléctrica
Interiores algo anticuados
RESUMEN
En el no tan poblado escaparate de los coches con sistemas de propulsión híbrido enchufable el Superb destaca por habitabilidad, prestaciones y por un precio interesante. Una buena solución mixta realmente práctica.
Prestaciones8.5
Diseño7
Consumo7.5
Confort8
Sistema de infoentretenimiento8.5

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