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Análisis

Lexus NX 300h, rocas

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La locura corre por toda mi familia, galopa casi. Mortimer Brewster (Arsénico por compasión, 1944)

Se están cerrando. Estoy a salvo. Espera. No. Mierda. Una mano para las puertas del ascensor al último momento. Se vuelven a abrir. Creo que es el viejo del séptimo. Sí, es él. Entra muy despacio y huele a algo rancio. A veces me encuentro ese olor cuando bajo por la mañana. Ya se quién baja antes de que lo haga yo. Sonríe. Señal inequívoca de que va a querer entablar conversación. Siete pisos. Le devuelvo la sonrisa intentarlo teñirla de educación pero sin cordialidad. Fracaso. Le veo mover los labios. Mis auriculares me han costado un pico, sobre todo por la reducción de ruido. He invertido un montón de dinero en hermitañismo auditivo y ahora este señor se señala la oreja para que abandone mi aislamiento. Rezo a los dioses de Dolby y de Sony para que diga «va a llover» y pueda contestar «sí» e introducirme los auriculares de nuevo para zambullirme en mis cosas. Pero no. Doble mierda. Carraspea.

«He estado enfermo ¿sabes?» lo cierto es que mi nivel de interacción con la humanidad ha descendido enteros desde que trabajo desde casa. Y tan feliz. Así que pongo una cara entre preocupado y comprensivo que se que ha fracasado tanto como mi estúpida sonrisa de antes. «Fue un chequeo rutinario en los que te encuentran cosas que no esperabas. Ya sabes. Por eso yo decía siempre que era mejor no ir al médico para no enterarte de que no estabas bien». Sonrisa cómplice. Creo que voy mejorando porque me devuelve la sonrisa. No se por qué a cierta edad las enfermedades llegan a ser un tema de conversación tan atractivo. Los abuelos sanos no ligan, no hacen amigos. No tienen de qué hablar. «En fin, todo fue muy rápido. Radiografías, pruebas, más pruebas y una operación. Al principio parecía que todo se había solucionado. Pero luego…» me rindo. He picado. «Pero ahora está bien ¿no?» El abuelo del séptimo me mira fijamente. «No.» Me acabo de dar cuenta del frío que hace en este ascensor…

No parece que haya una razón específica para el nombre Lexus, la marca con la que Toyota presenta sus vehículos más exclusivos pero no hay duda que evoca lujo y exclusividad, precisamente lo que buscaba la marca japonesa. Curiosamente el nacimiento de esta marca, como las que lanzaron otros fabricantes del país como Nissan u Honda, obedece a que en los años 80 las exportaciones de Japón a Estados Unidos estaban limitadas por el propio gobierno nipón y por ello era más rentable que estas exportaciones fueran de modelos premium con un precio superior a los modelos de la marca matriz.

Modelo analizado Lexus NX
Motor y acabado 120H Style Plus
Potencia 197 CV (155 CV gasolina, 143+68 CV eléctrico)
Velocidad máxima 180 Kmh
Aceleración o-100 9,2 s
Largo/ancho/alto 4640/1845/1645 mm
Potencia máxima RPM 197 CV 5.700 rpm
Par máximo Nm/RPM 270 Nm
Caja de cambios Automática CVT
Web https://www.lexus.es/
Precio 61.900  euros

 

Desde entonces Lexus ha seguido un camino paralelo a la de Toyota adoptando eso sí soluciones técnicas comunes como la adopción de motores híbridos que poco a poco se han ido adueñando por completo de la gama de ambas marcas, pero con diferencias sensibles entre una y otra. Como ejemplo podemos poner el modelo que hemo podido probar en esta ocasión: el Lexus NX. Aunque se trata de un desarrollo que parte de muchos de los elementos del Toyota Rav 4 (que también hemos probado), según los responsables de la marca el 90 por ciento de los elementos son únicos de Lexus y desarrollados en exclusiva para este modelo.

El caso es que este Lexus NX 300h es un SUV imponente con más de cuatro metros y medio de largo. El diseño y distintas partes del equipamiento de este modelo se han actualizado con respecto a la anterior generación, aunque la mecánica híbrida se mantiene prácticamente igual. En el exterior destaca una gran parrilla para la toma de aire de forma geométrica, dos trapecios superpuestos unidos por su lado menor. El superior, el más pequeño, enmarca las líneas de la carrocería que arropan los afilados grupos ópticos de la parte superior.

El trapecio inferior luce a los lados unas entradas de aire laterales hundidas en el paragolpes en color negro y con la misma rejilla que la parrilla. Debajo de estas unas discretas luces de posición que limitan con un spoiler en color plateado que sobresale de la carrocería. El aspecto es moderno y deportivo y supone una ligera actualización con respecto al aspecto que tenía la generación anterior del NX que ya apostaba por las formas dinámicas y musculosas para destacarse del resto de la competencia.

Cambios detrás

En la parte trasera con respecto a la generación anterior se han retocado el paragolpes, los grupos ópticos que ahora tienen un nuevo diseño más afilado y las salidas del escape del motor. Las líneas del perfil del NX son, como en el resto de los SUV de la marca japonesa, de corte deportivo y aerodinámico y termina en la parte trasera con un pronunciado spoiler. Los laterales lucen también volúmenes pronunciados para subrayar el dinamismo del coche y molduras decorativas. En definitiva es un SUV que no esconde para nada su aspiración deportiva.

En el interior el diseño del NX se nutre de las mismas directrices que están presentes en los otros modelos de la marca. En la parte delantera los elementos «arropan» tanto al conductor como al acompañante, con un salpicadero voluminoso y un túnel central ancho y alto para que se pueda apoyar con comodidad el antebrazo en el acolchado del mismo. De esta forma el brazo reposa y podremos accionar sin dificultad todos los controles que se encuentran entre el reposabrazos central y el salpicadero como el selector del cambio, la zona táctil para el control del sistema de información y entretenimiento, la palanca de marchas, el selector de modos de conducción, el freno de mano eléctrico etc.

Pantalla más grande

Una de las novedades de este NX es la pantalla del sistema multimedia que crece por encima de las 10 pulgadas. Está en una posición ideal en la parte alta del salpicadero, justo encima de las salidas de ventilación centrales, y como en versiones anteriores se controla desde la zona de control táctil en el reposabrazos ya que la pantalla no es sensible al tacto. El sistema sigue siendo eficaz y muy legible aunque, como pasa con los modelos de Toyota, es cierto que quizás vaya tocando una renovación del interfaz.

Debajo de las tomas de aire centrales en una parte del salpicadero que sobresale hacia los ocupantes encontramos los controles de la climatización. En general los acabados son de alta calidad, con ensamblajes sin crujidos y buena calidad de los revestimientos con amplias zonas del salpicadero y el reposabrazos cubiertas por tejido imitación de cuero con costuras de tacto muy agradable. Algunos mandos, como los de la climatización, están realizados en metal con tacto rugoso muy sencillos y agradables de utilizar.

Comodidad

Los asientos son excelentes en lo que respecta a la comodidad y es fácil encontrar la postura de conducción ideal gracias a la regulación eléctrica y a la posibilidad de modificar la posición del volante. Hay que destacar que Lexus ha considerado importante aumentar el tamaño del espacio destinado para el móvil que en este caso dispone de carga inalámbrica. Medida de la que muchos otros fabricantes deberían tomar nota teniendo en cuenta el tamaño de los smartphone actuales…

En la parte posterior los asientos también son cómodos y hay espacio suficiente para tres ocupantes con suficiente distancia para acomodar las piernas sin problemas y también en altura, ya que aunque el techo desciende como en otros SUV de vocación deportiva la inclinación de los asientos hace que la distancia a la parte superior sea grande. Dispone de reposabrazos central lo que como es habitual hace que el respaldo de la plaza del centro sea algo más incómoda.

En lo que respecta el maletero es suficientemente amplio aunque la batería del sistema híbrido se come algo de espacio y por ello sale algo perjudicado en este aspecto con respecto a otros SUV de tamaño similar con motor térmico. También es algo más pequeño con respecto al maletero de su «primo» el Rav4. Si el Toyota ofrece 580 litros de capacidad en el maletero el NX se queda en 555, que podemos ampliar hasta los 1.600 abatiendo los asientos.

Lexus NX 300h: Al volante

En lo que respecta a la conducción hay que tener en cuenta que el sistema de propulsión no se ha actualizado desde la generación anterior. El NX está disponible solamente con la versión 300h que equipa un sistema híbrido con un motor de gasolina de 155 caballos y dos motores eléctricos de 143 y 68 caballos que juntos proporcionan 197 caballos y tracción integral. Está un escalón por debajo en lo que respecta a la potencia que el nuevo RAV4 Híbrido que pudimos probar.

En conducción urbana el NX comparte con el resto de sus compañeros de marca la suavidad y discreción en su funcionamiento. El arranque es progresivo y responde con bastante prontitud si necesitamos aceleración pero no con demasiado nervio. A este respecto el RAV4 tiene una respuesta más decidida sobre todo en movimiento en fase de recuperación o en maniobras como adelantamientos. Sobre el papel también tiene ventaja el Toyota y mucha: prácticamente un segundo más rápido para pasar de cero a cien kilómetros por hora.

Potencia justa

En la práctica y ya en carretera el NX no se le nota falto de potencia en ningún momento pero es cierto que tiene menos nervio del que se podría esperar de un coche con aspiraciones deportivas. Algo más dinámico desde luego si seleccionamos las opciones Sport o Sport + como modo de conducción. En lo que respecta al tacto en las curvas y zonas viradas si lo hacemos a un ritmo alto se nota que el objetivo es más el confort que las prestaciones. Se trata de  un coche seguro pero sin alardes deportivos en este aspecto.

En lo que respecta al cambio nos encontramos a la clásica caja automática de Toyota que siempre nos va a dar la impresión de que revoluciona demasiado el motor del coche cuando pisamos el acelerador pidiendo potencia. En el caso del NX una insonorización excelente amortigua bastante este efecto pero sigue siendo molesto, sobre todo acostumbrados o bien al habitual subir de revoluciones progresivos de los motores de explosión o bien el silencio absoluto de los eléctricos.

En lo que respecta al consumo los ingenieros de Lexus siguen haciendo un excelente trabajo. Como es habitual en la marca el gasto de combustible en ciudad es muy bajo con respecto a SUVs de tamaño comparable. La cosa se iguala algo más en carretera, pero sigue siendo un coche que con algo de parsimonia podremos conseguir mantenernos por debajo de los ocho litros a los cien sin mayores problemas. Lógicamente los modos Sport y Sport + perjudicarán mucho estos consumos a cambio de sensaciones más intensas.

Conclusión

El NX es un coche bien plantado, con una estética dinámica y que llama la atención, pero en realidad tiene una personalidad más rutera y orientada al lujo y al confort de lo que deja entrever su diseño exterior. Dentro la habitabilidad es muy buena y los acabados a la altura de la marca. La carrocería SUV proporciona además un plus de espacio interior que se nota delante y detrás aunque el maletero no sea de los más capaces.

Al volante encontramos un compromiso entre ciertas aspiraciones de deportividad muy domesticada y un confort de marcha muy alto, confort que en este caso no se ve perjudicado por el cambio que suele ser algo ruidoso en estos modelos. En definitiva es un coche grande y cómodo que como valor añadido tiene unos consumos muy contenidos para la potencia que tiene y por supuesto unos acabados y materiales de alto nivel.

Valoración final
8.3 NOTA
NOS GUSTA
Excelentes acabados
Buen Confort de marcha
Habitabilidad
A MEJORAR
Prestaciones poco deportivas
RESUMEN
El NX 300h es un SUV con todas las credenciales de Lexus, unos acabados excelentes y un confort de marcha a la altura. Lástima que las prestaciones sean un poco justas.
Prestaciones8
Diseño9
Consumo8
Confort9
Sistema de infoentretenimiento7.5

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