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Todos los juegos de la saga Diablo ordenados de peor a mejor

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Diablo IV Blizzard

La saga Diablo se ha convertido, por méritos propios, en una de la más populares, más queridas y mejor valoradas de la industria de los videojuegos, aunque es cierto que no siempre han generado el mismo interés y que, en más de una ocasión, se ha visto envuelta en polémicas importantes que al final han empañado considerablemente la imagen de la fraquincia.

Podría poner muchos ejemplos, pero sin duda uno de los más recientes y de los que mayor impacto ha tenido ha sido Diablo Immortal, un juego que llegó al mercado como un auténtico «pay to win» y que generó un enorme rechazo por la comunidad de jugadores, no en vano se mantiene como uno de los juegos peor valorados en Metacritic, donde tiene una puntuación irrisoria: un 0,3 sobre un máximo de 10.

A efectos comparativos podemos destacar que desastres del calibre de Redfall y The Lord of the Rings: Gollum tienen un 2,1 y un 1,1 sobre 10, respectivamente. Siendo justos hay que reconocer que Diablo Immortal no es, en sentido estricto, un mal juego. El acabado gráfico que tiene es bastante bueno para ser un título concebido para dispositivos móviles que fue portado a PC, la dirección artística está muy cuidada y resulta divertido y adictivo, pero el problema está en que Blizzard abusó del sistema de micropagos, y con ello hundió la reputación del juego.

Por suerte Diablo IV no tiene el mismo problema. Con este título Blizzard ha sabido jugar sus cartas mucho mejor, y ha dado forma a una entrega que ha logrado estar a la altura de las expectativas que había generado. Siendo sinceros la verdad es que no lo tenía nada fácil, sobre todo teniendo en cuenta que la compañía partía de un desarrollo de transición intergeneracional, y que por tanto iba a tener que asumir las limitaciones técnicas de PS4 y Xbox One.

¿Cuál ha sido la mejor entrega de la saga Diablo?

Es una buena pregunta, y la verdad es que es una decisión complicada porque buena parte de la franquicia llegó en épocas muy lejanas, y por tanto tienen una factura técnica que ha quedado totalmente anticuada. Esto hace que sea difícil valorarlas de una manera justa y objetiva, pero me parece un tema tan interesante que he decidido tirarme a la piscina e ir más allá con este artículo.

No me voy a limitar a elegir cuál es, a mi juicio, la mejor entrega de la saga Diablo, sino que voy a ordenar todos los juegos que existen de peor a mejor, teniendo en cuenta las expansiones y contenidos que recibió cada uno de ellos. Tened en cuenta que, aunque esta selección tiene un toque subjetivo, también parte de claves objetivas muy importantes, como el acabado técnico de cada título en su momento, la historia, el diseño y la jugabilidad, y que está ordenada de peor a mejor.

Diablo Immortal

Diablo Immortal

Con la introducción que os he dado estoy seguro de que ya sabréis por qué considero a este como el peor juego de la franquicia, pero voy a profundizar un poco más para que todo quede más claro. En líneas generales cumple con todo lo que podríamos esperar de un juego de la conocida saga de Blizzard, es decir, es un digno heredero del espíritu Diablo en muchos niveles.

Su apartado gráfico es muy bueno teniendo en cuenta que fue diseñado para dispositivos móviles, la ejecución artística y la ambientación es excelente, y la estética de los personajes se ha cuidado al máximo. También resulta divertido y asequible, incluso para los recién llegados, puesto que los personajes mejoran de forma automatizada cuando suben de nivel, pero esto limita enormemente las posibilidades de personalización y la jugabilidad.

Lo anterior hace que sea un juego demasiado simple para los auténticos amantes de la franquicia, y el sistema de micropagos que integró Blizzard es tan agresivo que, al final, acaba hundiendo a este título en la más absoluta miseria. ¿Se puede jugar sin gastar dinero? Sí, pero solo hasta cierto punto, y ese es el problema, que los micropagos entran en juego en una de las fases más importantes de toda la franquicia, el «end game» o fase final, donde nuestro objetivo es mejorar a nuestro personaje al máximo.

Puedo ponerte una analogía muy sencilla para que lo entiendas si no has jugado a Diablo Immortal. ¿Recuerdas el tiempo que debías dedicar a Diablo II para conseguir las runas para hacerte una «Enigma»? Pues las runas Jah y Ber serían, bajo el modelo de Diablo Immortal, prácticamente imposibles de conseguir si no aceptases pagar una ingente cantidad de dinero por cofres con una probabilidad determinada de darte dichas runas.

Cosas positivas

  • Diseño y modelado de personajes.
  • Estética y ambientación.
  • Jugabilidad.

Cosas negativas

  • Micropagos excesivos.
  • Demasiado simple.
  • Mejora automática al subir de nivel.

Diablo

diablo 1

La primera entrega de la franquicia fue la que abrió el melón, y generó una auténtica fiebre alrededor de los juegos de rol de acción con perspectiva isométrica. Sus gráficos pre-renderizados no fueron de lo mejor de la época, y las animaciones, los efectos de sonido y los hechizos tampoco destacaron especialmente, pero Blizzard supo compensar esas carencias con una ambientación excelente, una dirección artística fantástica, una historia muy cuidada y una jugabilidad a prueba de bomba.

En conjunto, Diablo fue una auténtica obra de arte, y no hay duda de que sentó las bases de los juegos de rol de acción que llegarían posteriormente, tanto a nivel técnico como jugable. Podemos destacar, en este sentido, cosas tan importantes como la subida de atributos, necesarios para cumplir con los requisitos de determinados objetos equipables y de conjuntos, y la diferenciación de objetos por calidad y rareza.

Es digno de mención también que, a pesar de las limitaciones técnicas de la época, Blizzard fue capaz de crear una ambientación fantástica, tanto que creó escuela y definió a la franquicia. También dio forma a una banda sonora que se ha convertido en un auténtico clásico de los videojuegos. No debemos olvidarnos tampoco de las misiones secundarias, que nos permitían conseguir recompensas importantes y ampliaban la historia del juego.

Por otro lado, el carisma de algunos personajes y enemigos fue tan grande que estos acabaron repitiendo protagonismo en entregas posteriores. Uno de mis favoritos es, sin duda, el carnicero. Todavía recuerdo el susto que me dio la primera vez que me enfrenté a él cuando escuche el aquello de «fresh meat». La expansión «Hellfire» introdujo mejoras muy importantes que redondearon la experiencia de juego, como por ejemplo la opción de correr en Tristán, un nuevo personaje identificado como el monje y la posibilidad de elegir entre tres niveles de dificultad en el modo de un jugador.

Cosas positivas

  • Ambientación y diseño artístico.
  • Historia.
  • Misiones secundarias.
  • Personalidad y carisma de jefes secundarios.
  • Jugabilidad.
  • Banda sonora.

Cosas negativas

  • Gráficos y animaciones, incluso para la época.
  • Voces y efectos de sonido.
  • Diferencias menores entre clases.

Diablo III

diablo iii

No os voy a mentir, esperaba la tercera entrega de la saga como agua de mayo, pero al final me llevé una decepción importante cuando vi los cambios que había introducido Blizzard, y la manera en la que había simplificado ciertas cosas. Lo primero que no me gustó fue el acabado gráfico, ya que todo había adoptado una estética tipo dibujo animado que no me terminaba de cuajar, y el acabado técnico era muy mejorable incluso para la época, especialmente el modelado de personajes.

Esto tiene una explicación, y es que estaba acostumbrado a Diablo II, un juego con un enfoque mucho más «realista» para la época, más tétrico y con una propuesta muy distinta a la de la tercera entrega, donde ya no podías distribuir los atributos con libertad, y en el que las runas ahora pasaban a ser mejoras que podías aplicar a las habilidades. Las sinergias entre habilidades también desaparecieron, y en general la sensación de progresión al subir al personaje se alejó tanto que al principio parecía que no estaba ante un auténtico Diablo.

A pesar de todo, debo reconocer que poco a poco me fui adaptando y que al final le acabé cogiendo el gusto, pero la fase del «end game» me cansó mucho antes que la de Diablo II porque, al final, todo se reducía conseguir el set y los objetos únicos que querías utilizar para tu build concreta, y esto era relativamente fácil y rápido. Eché mucho en falta el modelo de palabras rúnicas de Diablo II, el sistema de desarrollo y de construcción del personaje que ofrecía dicha entrega.

Las expansiones que recibió Diablo III introdujeron dos nuevos personajes, el cruzado y el nigromante, y las actualizaciones que recibió el juego también trajeron cambios que mejoraron notablemente la experiencia de juego. En este sentido las fallas fueron todo un acierto, de hecho me hicieron volver a jugar durante un tiempo, pero al final me acabé cansando y no tuve la misma motivación que con Diablo II para crear y equipar a varios personajes.

Cosas positivas

  • Historia con giros inesperados.
  • La ambientación de ciertas ubicaciones.
  • Jugabilidad dinámica con momentos espectaculares.
  • Fácil de jugar.
  • Gran variedad de personajes a elegir.
  • Animaciones.

Cosas negativas

  • Gráficos.
  • Sistema de desarrollo y progresión.
  • Posibilidades de personalización a nivel de equipamiento.
  • Fase «end game».

Diablo II – Diablo II Resurrected

diablo ii r

Una de las mejores entregas de la franquicia, y un claro ejemplo de cómo desarrollar el potencial de un juego sin tener que introducir cambios radicales. Diablo II introdujo todas las cosas que nos habría gustado ver en la primera entrega, y se atrevió a ir más allá con una de las mejores expansiones que hemos vistos en un juego de este tipo.

A nivel gráfico mantuvo la apuesta por los gráficos pre-renderizados, pero marcó un salto enorme en este sentido, especialmente por el modelado de los personajes, por sus animaciones y por la amplitud, el diseño y el nivel de detalle de los escenarios. Todavía recuerdo las sensaciones que tuve al recorrer por primera vez la Landa de Sangre con mi paladín, fue un auténtico espectáculo.

Diablo II supo mantenerse fiel al modelo de desarrollo y de mejora del personaje que vimos en la primera entrega, pero introdujo cambios importantes y muy acertados, como los árboles de habilidades exclusivos por clase, las características especiales de cada una de ellas, los aspectos particulares de ciertas habilidades y las sinergias entre estas. También aumentó el peso del equipamiento en la construcción final del personaje.

La historia de Diablo II es fantástica, encaja a la perfección con la localización de cada escenario y con los enemigos, y los personajes son tan diferentes, y se pueden jugar de maneras tan distintas, que su valor «rejugable» es muy alto. Esto mejoró todavía más con la llegada de la expansión «Lord of Destruction», que introdujo a dos nuevos personajes, el druida y la asesina, y otros cambios importantes que afectaron enormemente al juego, como las palabras rúnicas.

Diablo II Resurrected fue un remake muy digno y a la altura del original que, además, nos permite alternar entre esta nueva versión y el clásico de 1999 con solo pulsar una tecla. Muy recomendable, ya que mantiene todo lo que hizo grande al original y tiene un acabado gráfico realmente bueno.

Cosas positivas

  • Gráficos y acabado técnico.
  • Historia.
  • Ambientación.
  • Jugabilidad y desarrollo del personaje.
  • «End game» excelente.
  • Gran variedad de personajes a elegir.
  • Banda sonora.

Cosas negativas

  • Requiere muchas horas de farmeo para lograr runas altas.
  • Bots y tiendas de objetos que acaban arruinando el comercio.

Diablo IV

diablo iv

Tenía bastantes dudas sobre Diablo IV, y lo cierto es que mi primer contacto con la beta no terminó de dejarme un buen sabor de boca, pero tras jugarlo de forma continuada durante varios días debo decir que al final ha superado mis expectativas. A nivel gráfico no es ninguna revolución, pero gracias a una acertada dirección artística, al cuidado por el detalle y al afinado diseño de cada ubicación el resultado en general raya a un gran nivel.

La riqueza de cada ubicación, la amplitud de los escenarios y la gran cantidad de mazmorras hacen que explorar el mundo de Diablo IV sea una auténtica delicia. Por otro lado, la profundidad y el desarrollo de la historia, las misiones secundarias y la libertad a la hora de jugar hacen que sea el título más adictivo de la saga, y para bien. Empiezas a jugar y no te das cuenta de lo rápido que pasa el tiempo hasta que, por alguna casualidad, decides mirar el reloj y te das cuenta de que deberías descansar.

Tener la posibilidad de cambiar las habilidades de nuestro personaje en cualquier lugar, y en cualquier momento, pagando solo una pequeña cantidad de oro me parece todo un acierto, ya que nos permite experimentar con diferentes builds y cambiar entre ellas en función de nuestras preferencias. También hace que el juego resulte menos repetitivo, y evita que podamos agobiarnos por no haber elegido las habilidades adecuadas.

Siendo sincero echo en falta el sistema de atributos y las sinergias entre habilidades, pero me gusta ver que ahora es posible combinar habilidades muy diferentes y crear builds realmente efectivas. Por otra parte, y volviendo al plano técnico, es un juego que está muy bien optimizado, y esto sin duda es algo que agradecerán aquellos jugadores que tienen PCs relativamente antiguos. Muy recomendable, incluso para los fans más tradicionales.

Cosas positivas

  • Ambientación y diseño artístico.
  • Gráficos.
  • Historia.
  • Jugabilidad dinámica.
  • Libertad para cambiar de build en cualquier momento.
  • Amplitud del mundo y misiones secundarias.
  • Banda sonora.
  • Optimizado.

Cosas negativas

  • Solo cinco personajes.
  • Sentido real de progresión del personaje.
  • Itemización y equipamiento del personaje.
  • Desequilibrios entre clases.
  • Multijugador forzado.

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