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Un nuevo filtrador testificará sobre Instagram

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Un nuevo filtrador testificará sobre Instagram

Corren malos tiempos para Instagram, y podrían acabar siendo aún peores, merecidamente. Recientemente supimos que 41 estados de Estados Unidos han demandado a Meta por la «relación» de sus redes sociales, principalmente Instagram, con los menores. Y es que, aunque la información al respecto se ha reducido sustancialmente durante los últimos dos años, la marea ha seguido moviéndose bajo la superficie, y ahora amenaza a Meta con un auténtico tsunami.

Corría abril de 2021 cuando trascendieron públicamente los planes de Meta para crear un Instagram para niños, un plan que no hizo gracia alguna a las autoridades de Estados Unidos,y que pocos meses después llevó a gran parte del público a la indignación, cuando se hizo público que Meta sabía de los efectos nocivos de Instagram en los menores, y que pese a ello mantenía sus planes para llevar la toxicidad a los más pequeños. Adam Mosseri, director de la red social, incluso se atrevió a decir que los puntos positivos compensaban los negativos. Por suerte, entre medias el Senado estadounidense inició una investigación y, en respuesta a la misma, los planes del Instagram para niños quedaron en pausa.

Las sesiones de la investigación del Senado de Estados Unidos resultaron muy reveladoras, especialmente gracias a las aportaciones de Frances Haugen, ex-empleada de Meta, que pudo documentar que en Instagram eran perfectamente conscientes de su nefasta influencia en los menores, cerrando de este modo la vía de la negación de conocimiento que, hasta ese momento, podría haber sido la base de la defensa de Meta. Desde entonces, hemos visto como Meta ha intentado mejorar la imagen de Instagram, con medidas como el control parental que anunciaron a finales de ese mismo año y la mejora del sistema de verificación de edad… pero evidentemente han llegado tarde.

Un nuevo filtrador testificará sobre Instagram

Las revelaciones de Frances Haugen jugaron, como indicaba anteriormente, un papel clave, por la gran cantidad de información que pudo aportar. Pues bien, según podemos leer en Engadget, otro ex-empleado de Meta testificará sobre Instagram en el Congreso estadounidense, un testimonio que además de reforzar lo ya contado previamente por Haugen, servirá para aportar más información sobre el más que cuestionable comportamiento de Meta en este sentido.

Este nuevo testimonio es el de Arturo Béjar, ex-empleado de Meta y consultor de Instagram, que declarará ante un Comité Judicial del Senado de Estados Unidos el próximo martes 7 de noviembre y, según declaraciones públicas, contará que una investigación interna mostró que más del 20 por ciento de los usuarios menores de 16 años «se sintieron peor consigo mismos después de ver las publicaciones de otros» y que el 13 por ciento «recibió insinuaciones sexuales no deseadas en los últimos siete días«.

«A partir de las revelaciones de Arturo, ahora sabemos que Mark Zuckerberg, Adam Mosseri y otros ejecutivos de Meta fueron advertidos personalmente de que millones de adolescentes enfrentan intimidación, material sobre trastornos alimentarios, drogas ilícitas y explotación sexual, a menudo a los pocos minutos de abrir la aplicación«, podemos leer en un comunicado de Marsha Blackburn y Richard Blumenthal, ambos miembros del comité judicial que estudia este caso, y a esto añaden «En lugar de abordar estos daños mortales, Facebook continuó ocultando esta información al público y a la supervisión del Congreso, ignoró las recomendaciones para proteger a los adolescentes, revirtió las herramientas de seguridad y desmanteló los equipos responsables de la seguridad de los niños«.

Repito, hablamos de menores, a partir de este punto que cada uno juzgue con su propio criterio. En mi caso, en su momento califiqué como cretino a Adam Mosseri. Hoy, tengo claro que me quedé bastante corto, y que Zuckerberg comparte protagonismo en este punto.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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