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A qué tarjeta gráfica equivaldrá la GPU de PS5 Pro y qué rendimiento podemos esperar

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A qué tarjeta gráfica equivaldrá la GPU de PS5 Pro

La GPU de PS5 Pro tendrá, según las últimas informaciones que hemos visto, una configuración de 3.840 shaders, y estará basada en la arquitectura RDNA 3, aunque se comenta que podría contar con algunas funciones exclusivas de RDNA 4 para mejorar el soporte de nuevas tecnologías que podrían marcar la diferencia en juegos actuales.

Con estos datos en mente, a la hora de valorar la posible equivalencia que tendría la GPU de PS5 Pro está claro que lo más cercano sería una Radeon RX 7800 XT si nos dejamos llevar por el número de shaders, ya que esta también tiene 3.840 shaders y utiliza la arquitectura RDNA 3. Sin embargo, debemos tener en cuenta algo muy importante, y es que en términos de potencia bruta la GPU de PS5 Pro equivaldrá a un modelo inferior.

Esto tiene una explicación muy sencilla, y es que al final ni el conteo de shaders ni los TFLOPs máximos en FP32 son un exponente o equivalente directo del rendimiento en juegos. Hay muchas otras cosas que debemos tener en cuenta en este sentido, y para que no os quede ninguna duda al respecto os lo voy a explicar a continuación de una manera sencilla y clara.

Por qué la GPU de PS5 Pro no rendirá como una Radeon RX 7800 XT

Radeon RDNA 3

La respuesta es muy sencilla, porque estamos hablando de una consola que tendrá una GPU integrada en la misma pastilla de silicio donde irá la CPU, y por tanto no podemos asimilarla a una GPU dedicada con su propio PCB, su propio sistema de refrigeración y un sistema de alimentación que le da acceso a un consumo de hasta 263 vatios.

El núcleo gráfico que montará PS5 Pro tendrá que compartir el espacio a nivel de silicio con la CPU, lo que significa que no contará con caché infinita, o en su defecto incluirá una cantidad muy pequeña, y funcionará a una frecuencia de trabajo mucho más baja que una Radeon RX 7800 XT, porque no podrá llegar al mismo nivel de consumo.

Para que entendáis mejor esto os puedo poner como ejemplo la GPU de PS5 y su equivalente por conteo de shaders, la Radeon RX 6700. La segunda tiene una GPU que ocupa 335 mm2, su TBP es de 175 vatios, cuenta con 80 MB de caché infinita (L3) y su GPU roza los 2,6 GHz de frecuencia. La GPU de PS5 ocupa, junto con su CPU, 308 mm2, tiene un TBP compartido entre procesador y gráfica de 175 vatios, carece de caché infinita y su pico máximo de frecuencia es de 2,23 GHz.

El resultado es que al final la GPU de PS5 ofrece un rendimiento a medio camino entre la Radeon RX 6600 y la Radeon RX 6600 XT en el mejor de los casos, y siempre hablando de rasterización. Teniendo en cuenta todo esto, creo que al final el rendimiento real de la GPU de PS5 Pro va a estar entre la Radeon RX 6700 XT y la Radeon RX 7700 XT.

¿Qué diferencia marcará en juegos?

Configuración de Alan Wake 2 en PS5, cortesía de Digital Foundry

Es una buena pregunta, y la verdad es que no es nada fácil de responder. En líneas generales la GPU de PS5 Pro estará mejor preparada para trabajar con juegos más exigentes porque será más potente, pero seguirá teniendo las principales carencias que vimos en la GPU de PS5, como la ausencia de caché L3, o en su caso la presencia de una cantidad muy pequeña, y también las restricciones a nivel de consumo, que constreñirán la frecuencia máxima de trabajo.

PS5 Pro podrá mover juegos a mayor resolución, pero los títulos basados en el Unreal Engine 5 le seguirán quedando grandes en 4K salvo que la consola recurra al reescalado. Estoy totalmente convencido de ello, y de que la tecnología de reescalado inteligente que utilizará Sony será clave para que la consola pueda alcanzar esa resolución en juegos realmente exigentes.

Pensad que PS5 tiene serios problemas con títulos como Alan Wake 2, que funciona en resolución 1270p reescalada a 4K con calidad media-alta y 30 FPS, y que otros como Lords of the Fallen funcionan incluso peor, puesto que se mueve en 1152p dinámicos con caídas hasta 648p. Con estos números no tiene sentido pensar que PS5 Pro va a ser una consola 4K de verdad, ni que podrá domar el Unreal Engine 5.

Para disfrutar de un auténtico salto tendremos que esperar a PS6, una consola que vendrá con una renovación más profunda a nivel de hardware, y que obviamente será mucho más potente que PS5 y PS5 Pro. Entiendo que por simplicidad y por costes Sony podría seguir utilizando una APU, pero creo que al final volver a una configuración separada de CPU y GPU tendría un impacto muy positivo en la potencia bruta de su futura consola, y en su vida útil.

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