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Móviles con diseños locos: cuando innovar implicaba arriesgar

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Los teléfonos móviles llevan con nosotros ya varías décadas, aunque es cierto que no se convirtieron en un producto realmente al alcance de las masas hasta finales de los años noventa, una fecha que dio inicio a diferentes fases que acabaron llevándonos a una evolución tan grande que hoy podemos encontrar móviles con una potencia tan grande que están al nivel de ciertas configuraciones de PCs.

Esa evolución a nivel de hardware y de potencia que han vivido los móviles y que nos ha llevado a hablar de smartphones ha sido enorme, de eso no hay duda, pero en términos de diseño y factores de forma el sector no ha corrido la misma suerte. Podríamos hablar de involución más que de evolución, pero lo cierto es que teniendo en cuenta las calidades de materiales, el peso y las mejoras a nivel de pantalla que ofrecen los terminales actuales tampoco sería justo.

Con esto en mente creo que lo más correcto sería hablar de estancamiento. Sí, el diseño de smartphones y móviles se ha estancado, una situación que se ha mantenido desde hace ya casi una década y que no parece que vaya a dar síntomas de mejora, puesto que de momento lo único verdaderamente innovador que hemos visto en este sentido todavía se encuentra en una etapa de prototipo y no es seguro que vaya a llegar al mercado. En efecto, hablamos de Proyecto Andromeda de Microsoft.

Los chicos de GSMArena han publicado un interesante artículo en el que nos llevan a dar un paseo virtual por los diseños más extravagantes de los últimos años dentro del sector móvil, y hemos querido compartirlo con vosotros para que veáis con mayor claridad la importante transición que ha vivido el sector y el estancamiento en el que se encuentra actualmente.

Estático, deslizante y giratorio: tres grandes categorías base

Cuando hablamos del diseño de un móvil o de un smartphone debemos partir de esas tres categorías base. Los diseños que podemos considerar estáticos son aquellos que presentan un terminal con una pantalla y un conjunto de botones (o una interfaz táctil) que podemos usar directamente y que no puede «cambiar de forma».

Para entenderlo mejor podemos poner muchos ejemplos: un iPhone 3GS, un Siemens SX1, un Galaxy S9 o un Nokia 7600 entrarían en esta categoría, a pesar de que en términos de diseño se encuentran en niveles muy distintos como podemos ver en las imágenes que acompañamos.

La categoría deslizante tuvo una gran popularidad durante la pasada década y ha tenido sus momentos en algunos años concretos, tanto que incluso se ha mantenido en nuestros días y existen varios smartphones que han apostado por ese formato. Dentro de ella se incluyen modelos tan variopintos como los móviles Motorola RAZR en sus diferentes versiones, el smartphone Motorola BACKFLIP y el reciente BlackBerry Priv, así como otros que integraron sistemas de control para crear un híbrido entre smartphone y consola (el Sony Ericsson Xperia PLAY).

En la tercera y última categoría se incluyen aquellos terminales que parten de una idea similar a la anterior, pero ejecutada de una manera bastante particular. Los móviles y smartphones giratorios realizan un giro para mostrar determinadas partes, ya sea la pantalla o el teclado, en lugar de un deslizamiento en vertical o en horizontal. Los Siemens SK65 y Motorola Aura son dos excelentes ejemplos.

Diseños minimalistas y simples: ¿consecuencia del dominio de la pantalla?

El punto anterior y los terminales que hemos visto nos ha permitido interiorizar esa idea de innovación asociada al riesgo en términos de diseño, y basta ver el formato y los acabados utilizan los principales vendedores actuales de smartphones y de otros dispositivos móviles para darnos cuenta de ese estancamiento al que hicimos referencia.

Sin embargo es importante ser justos y tener en cuenta que no se debe a un simple capricho de los vendedores, ya que en buena medida hemos llegado a esta situación por las características y particularidades de un smartphone, y por el uso que hacemos de los mismos.

La pantalla ha pasado de ser un elemento «secundario» a tener un peso cada vez mayor, y eso se ha debido al incremento de potencia y funciones que han vivido los móviles, que a su vez ha generado la llegada de aplicaciones de ocio (juegos y demás) y ha colocado al smartphone como un dispositivo más para visualizar contenidos multimedia.

Esto, unido a la transición de los botones físicos a una interfaz táctil y a la importancia de buscar un equilibrio entre ergonomía, ligereza y diseño ha acabado limitando de forma drástica a los vendedores, que además deben hacer frente a un mercado muy competitivo en el que un simple error puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Notas finales: son buenos tiempos, a pesar de la nostalgia

La nostalgia es peligrosa, tanto que puede hacernos creer aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, una idea que en el sector móvil no existe. Hoy tenemos smartphones con unas prestaciones que hace unos pocos años no habríamos podido imaginar, y con precios verdaderamente económicos.

A pesar de las bases comunes en términos de diseño que presentan todos los modelos actuales cada fabricante incorpora matices con los que diferencia sus modelos de los de sus principales rivales. Si a esto unimos los diferentes formatos de pantalla y los distintos materiales nos encontramos con un escenario bastante interesante: pequeños detalles que aplicados sobre una base común permite crear smartphones muy distintos.

No sabemos qué nos depara el futuro en el sector smartphone, pero estamos convencidos de que la base actual se mantendrá durante bastante tiempo, ya que es fundamental para cubrir las necesidades del usuario en términos de ejecución de aplicaciones y de visualización de contenidos multimedia.

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